La forma en la que el fútbol de los Seahawks superó a la leyenda de Peyton
El guión lo había adelantado el esquinero Richard Sherman al declarar días antes de que se disputase el 48 Super Bowl de la NFL que su equipo, Seahawks de Seattle, demostraría ser el mejor y más completo cuando se enfrentasen a los Broncos de Denver.
Su pronóstico se cumplió a la perfección. Los Seahawks, con un fútbol 'total', el que había trabajado el entrenador del equipo durante toda la temporada regular, el veterano Pete Carroll, derrotaron por paliza de 43-8 a los Broncos, la mejor ofensiva de liga, con el mariscal de campo Peyton Manning a la cabeza.
Un día antes, Manning, de 37 años, había recibido el premio de Jugador Más Valioso (MVP) y el Mejor Jugador Ofensivo de la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL) durante la temporada regular.
Ni esos premios ni las marcas históricas de 55 pases de anotación y 5.477 yardas conseguidas en la temporada regular evitaron la eficacia de la defensa de los Seahawks, que con una primera línea demoledora en la presión le impidió tener tiempo para pensar o para soltar bien el balón, y ahí estuvo la clave del triunfo de Seattle.
La intimidación que siempre sintió Manning por parte de la defensa de los Seahawks quedó reflejada en su gesto nada confortable con lo que sucedía en el terreno de juego, y más después de ver cómo en su primera posesión los Broncos perdieron el balón y cometieron un 'safety', castigado con dos puntos.
No habían pasado ni 12 segundos desde el comienzo del partido y los Seahawks ya hicieron historia con la anotación más rápida que se había dado jamás en un Super Bowl.
Pero lo peor no fue el dejarse anotar dos puntos, sino la imagen de enfrentamiento entre Manning y el centro de origen mexicano Manny Ramírez, que no le dio bien al balón, y aunque el corredor Knowshon Moreno lo recuperó, lo hizo en la zona de protección.
La mejor ofensiva de la NFL estaba paralizada, sin saber qué hacer, y ahí fue el comienzo y el final del partido disputado en el MetLife Stadium, de East Rutherford (Nueva Jersey), donde ni hubo nieve ni temperatura baja, ya que los 43 grados Fahrenheit que se registraron fueron superiores a los 39 del sexto Super Bowl, que se disputó en Tulane (Nueva Orleans).
Los Seahawks nunca bajaron el ritmo en ninguna faceta del juego y Manning se encontró sin recursos con los que intentar cambiar la marca del partido.
No los tuvo porque la primera línea ofensiva no le daba la protección suficiente y sus pases tampoco encontraban el objetivo en el territorio de los receptores abiertos, que también pasaron de ser estrellas brillantes durante la temporada regular a desaparecer en el partido más importante del año.
Uno de los culpables de que eso sucediese fue el esquinero Kam Chancellor, que impuso su ley en lo profundo del campo, con golpes duros sobre el receptor DeMaryius Thomas y Wes Welker.
Byron Maxwell brilló cerrando el lado derecho de la defensiva, sin otro receptor Eric Becker tuviese protagonismo.
El apoyador Malcolm Smith demostró todo el potencial que tiene de cara al futuro y protagonizó la primera interceptación de la noche que sufrió Manning y la convertió en una devolución de 69 yardas de 'touchdown' que puso el parcial de 22-0 antes que concluyese la primera parte.
Luego también recuperó un balón suelto que forzó su compañero Byron Maxwell, que también brilló junto con Richard Sherman, pero todos en una gran labor de equipo.
Smith recibió el premio de Jugador Más Valioso (MVP), el octavo defensor que lo consigue en un partido de Super Bowl y el tercer apoyador.
Si la defensa de los Seahawks fue una muralla, la ofensiva con el receptor abierto Percy Harvin seria el que sentenciase el partido desde el inicio del tercer cuarto al correr 87 yardas para 'touchdown' con una devolución de patada de inicio de las acciones en la segunda parte.
Luego otros jugadores como el corredor estelar Marshawn Lynch y los receptores abiertos Jermaine Kearse y Doug Baldwin siempre dieron la aportación que el equipo necesito para asegurar la victoria y demostraron que la falta de jugadores sin experiencia en un Super Bowl no es factor negativo.
El mariscal de campo Russell Wilson, aunque no ganó el MVP a pesar de superar las 200 yardas de ganancia, confirmó que es el mejor de la NFL a la hora de pasar el balón cuando se encuentra corriendo y que a pesar de ser sólo su segundo año mostró más aplomo y confianza que el propio Manning.
La que le dio Carroll que en su primer Super Bowl le ganó el duelo de estrategia y mentalización a John Fox, que disputó el segundo con equipo diferente, el primero lo hizo con los Panthers de Charlotte y ambos los perdió.
Carroll, de 61 años, el tercer entrenador con más edad de la NFL que ganó un Super Bowl, se convirtió en el tercer entrenador que logra los dos títulos de campeón universitario de la NCAA con el equipo de USC y ahora los Seahawks en la NFL.
Carroll se une a los legendarios entrenadores Jimmy Johnson y Barry Switzer, que ganaron el Super Bowl con los Cowboys de Dallas.