La fría historia de los Juegos Olímpicos Invernales
La ciudad rusa de Sochi, que sucede a la canadiense de Vancouver, es la sede de los XXII Juegos Olímpicos de Invierno de la historia, cuya primera edición tuvo lugar en 1924 en la localidad francesa de Chamonix.
Con anterioridad, en el calendario de los Juegos de Londres 1908 se había incluido el patinaje artístico, al igual que en los de Amberes 1920, en los que también hubo hockey hielo, aunque los primeros Juegos de Invierno 'de verdad' no se celebraron hasta 1924 y recibieron ese tratamiento de forma retroactiva, concebidos inicialmente como la Semana Internacional del Deporte (invernal).
Las competiciones fueron un éxito y los escandinavos, que con anterioridad se oponían a las tesis -sobre todo alemanas- de crear unos Juegos de Invierno, accedieron a que éstos se disputaran, con una periodicidad de cuatro años, después de ganar 28 de las 43 medallas repartidas. El patinador estadounidense Charles Jewtrew -oro en los 500 metros- fue el primer campeón olímpico de invierno y Noruega acabó primera en el medallero.
Lo volvió a encabezar en los que albergó en 1928 la estación suiza de St. Moritz, en unos Juegos en los que el patinador de velocidad finlandés A. Clas Thunberg, que había capturado seis medallas cuatro años antes -tres de oro-, se anotó dos nuevos títulos olímpicos y la noruega Sonja Henie causó sensación al ganar el patinaje artístico a los 15 años.
En su tercera edición, los Juegos de Invierno hicieron el primer cambio de continente y en el 32 la sede fue Lake Placid. Abrió los Juegos Franklin Delano Roosevelt, gobernador del estado de Nueva York y más tarde presidente de los Estados Unidos, que encabezaron un medallero final que se decidió con polémica, al cambiar toda una serie de reglas en el patinaje de velocidad sin haber avisado de ello al resto. El estadounidense Eddie Eagan ganó en el 'bob' a cuatro y se convirtió en el primer y hasta el momento el único campeón olímpico de invierno y de verano, ya que en Amberes'20 (Bélgica) había ganado oro en boxeo.
Los del 36 fueron los Juegos de Adolfo Hitler, que unió Garmisch y Partenkirchen situando una estación de ferrocarril entre ambas localidades bávaras. Sonja Heine fue estrella ante su público al lograr su tercer oro consecutivo en patinaje artístico en la última cita olímpica antes de la II Guerra Mundial.
Tras la misma, St. Moritz fue de nuevo sede en 1948, en una edición en la que las sanciones internacionales excluyeron a Japón y a Alemania.
En 1952 los Juegos llegaron a Noruega, cuna del esquí moderno. La llama olímpica se encendió en la casa de Sondre Nordheim, el primer esquiador famoso, y fue transportada por 94 esquiadores hasta Oslo. Canadá ganó su quinto título olímpico en hockey y el país anfitrión volvió a ganar el medallero, por tercera vez seguida.
Cortina D'Ampezzo, en los Dolomitas italianos, albergó la edición de 1956, en la que participó por primera vez la URSS, que, con siete oros, tres platas y seis bronces, fue la primera en la clasificación de trofeos, que se volvería a anotar en los siguientes dos Juegos.
El austríaco Toni Sailer, que hizo pleno en esquí alpino al ganar las tres pruebas -ahora se disputan cinco- fue el héroe de los primera cita olímpica invernal televisada, que le catapultó al mundo del cine. 'El rayo de Kitz' ('Der Blitz aus Kitz'), como se conocía al esquiador de Kitzbühel, ganó descenso, gigante y eslalon.
En 1960 Squaw Valley, en California, supuso la segunda salida de Europa y la segunda que los EE.UU. se hicieron cargo de los mismos. Walt Disney presidió el comité organizador de las ceremonias inaugural y de cierre y Estados Unidos ganó el hockey hielo.
Cuatro años después, Innsbruck sufrió la escasez de nevadas y el ejército austríaco 'tomó' las montañas para acondicionarlas con nieve traída de otras estaciones. Las hermanas francesas Christine y Marielle Goitschel cruzaron primer y segundo puesto en el eslalon -que ganó la primera- y en el gigante del esquí alpino.
En Grenoble'68 (Francia), Noruega interrumpió el dominio de la Unión Soviética en el medallero y Jean-Claude Killy repitió ante su público la gesta de Sailer, doce años después. El italiano Franco Nones (en la prueba de 30 kilómetros) fue el primer campeón olímpico de esquí de fondo no escandinavo.
Asia se estrenó en 1972 y en los Juegos de Sapporo (Japón), de los que fue excluido 'por profesional' uno de los mejores esquiadores de la historia, el austríaco Karl Schranz, España sorprendió con el oro en eslalon de Paco Fernández Ochoa, único campeón olímpico invernal español.
La URSS encabezó de nuevo el medallero en Innsbruck'76 (Austria) y en Lake Placid'80 (Estados Unidos). En la capital del Tirol -que sustituyó a Denver (Colorado, EEUU), designada por el COI, pero cuya población se opuso a la organización de los Juegos- Franz Klammer brilló ganando el descenso del Bergisel ante su público.
Lake Placid, que, tras serlo en 1932, volvió a ser sede en 1980, fue testigo de los cinco oros en patinaje de velocidad que Eric Heiden ganó para Estados Unidos y del sorprendente título en hockey hielo del equipo local, que ganó en la final a la Unión Soviética.
Sarajevo, la capital bosnia, entonces en Yugoslavia, organizó en el 84 la primera cita invernal en un país socialista. El estadounidense Bill Johnson ganó el descenso y sus compatriotas los gemelos Phil y Steve Mahre fueron los dos mejores en el eslalon. La extinta RDA dominó el medallero, ocho años antes de que la pista de bobsleigh se convirtiera en una posición artillera de las guerrillas serbias y las pistas de eslalon en una instalación militar.
En Calgary, Canadá albergó por primera vez unos Juegos invernales en 1988 -en el 76 Montreal había sido sede de los de verano-. La germana oriental Katarina Witt defendió su título en patinaje artístico. El italiano Alberto Tomba ganó el eslalon y el gigante, la suiza Vreni Schneider le emuló en las pruebas femeninas y el finlandés Matti Nykaenen ganó tres oros en las pruebas de saltos de esquí. La Uniçon Soviética dominó de nuevo el medallero.
En Albertville'92 (Francia) España ganó la que hasta ahora es su segunda medalla olímpica invernal, la de Blanca Fernández Ochoa, hermana de 'Paquito', en el eslalon. Tomba se convirtió en el primer esquiador alpino en defender título -el de gigante- y Alemania fue la que más medallas de oro ganó.
Noruega -que había organizado los de Oslo'50- volvió a celebrar los Juegos en 1994, en Lillehammer, donde se rompió la cadencia de cuatro años, para separar la cita veraniega de la invernal.
Fueron los Juegos de la polémica entre las patinadoras artísticas estadounidenses Nancy Kerrigan y Tonya Harding -que había ordenado a unos 'matones' la agresión de aquella-, que se resolvió con plata para la 'buena' y un triste octavo para la 'mala'.
El fondista noruego Bjorn Daehlie, que la había iniciado dos años antes, prosiguió con su colección de trofeos que culminaría cuatro años más tarde en la segunda cita invernal que albergó Japón: la de Nagano'98, donde el austríaco Hermann Maier se convirtió en 'Herminator', al ganar dos oros -supergigante y gigante- después de haber sufrido un espectacular accidente -'la caída del siglo'- en el descenso, disputado en Hakuba.
La alemana Katja Seizinger se convirtió en la primera mujer que defendía con éxito un título de descenso y su compatriota Georg Hackl, en luge, se convirtió en el sexto deportista de toda la historia en lograr tres títulos consecutivos en la misma disciplina.
Daehlie, al ganar tres oros y un bronce, alcanzó la gloria olímpica absoluta en Nagano, donde alcanzó su plusmarca histórica de títulos (ocho en total) y medallas (doce).
Su compatriota el biatleta Ole Einar Bjoerndalen (que lleva once) fue el rey de los Juegos que albergó la localidad estadounidense de Salt Lake City, en Utah, donde ganó todas las pruebas en la que compitió, colgándose al pecho cuatro oros, que añadió a otro que había obtenido cuatro años antes en Nagano.
Si Bjoerndalen fue rey, la reina fue la croata Janica Kostelic, ganadora de tres oros y una plata. Y el noruego Kjetil Andre Aamodt se convirtió en el esquiador alpino más laureado de la historia olímpica, con siete, al ganar en Salt Lake dos oros más. Plusmarca que amplió cuatro años después en el Piamonte italiano.
La sensación fue el suizo Simon Ammann, que asombró al ganar dos oros en el salto de trampolín de 90 y de 120 con tan sólo 20 años.
El protagonista negativo fue el español de origen alemán Johann Muehlegg, que fue desposeído por dopaje de las tres medallas de oro que llegó a colgarse en esquí de fondo.
Los penúltimos Juegos, vigésimos, tuvieron sede en Turín y los triunfadores fueron el biatleta alemán Michael Greis y el patinador en pista corta surcoreano Hyun-Soo Ahn, con tres oros cada uno.
Con dos títulos se fueron de Italia la fondista estonia Kristina Smigun y la austriaca Michaela Dorfmeister, que puso la guinda a su carrera con los oros de descenso y supergigante en esquí alpino, deporte en el que la española María José Rienda, que en los pasados Juegos de Vancouver fue olímpica por quinta vez -igualando la plusmarca invernal del fondista cántabro Juan Jesus Gutiérrez- partía como favorita en el gigante, en el que se tuvo que conformar con el decimotercer puesto.
El austriaco Benjamin Raich, se convirtió en el primer hombre, después de Tomba, en ganar gigante y eslalon; mientras que Aamodt hizo historia, al ganar por tercera vez -después de Albertville'92 y Salt Lake'02- el título de supergigante y convertirse en el esquiador alpino más laureado del olimpismo -cuatro oros, dos platas y dos bronces- y, asimismo, en el plusmarquista de esquí alpino de medallas en Mundiales y Juegos, con veinte.
Los Juegos de Vancouver comenzaron marcados por la tragedia, ya que horas antes de su inauguración se produjo el fallecimiento del georgiano Nodar Kumaritashvili durante un entrenamiento de luge; y finalizaron con la anfitriona, Canadá, al frente del medallero.
Triunfaron dos mujeres, la fondista noruega Marit Bjoergen, que capturó tres oros, una plata y un bronce, y la patinadora de velocidad en pista corta Wang Meng logró tres oros en Vancouver, que se sumados al oro, la plata y el bronce que había conseguido cuatro años atrás en Turín la convirtieron en la más laureada del olimpismo invernal chino.
Meng fue expulsada de su selección en 2011 tras golpear a su entrenadora Wang Chunlu en estado de embriaguez. Volvió a competir 13 meses después de ser sancionada y en 2013 brilló en los mundiales de Debrecen (Hungría), pero se fracturó un tobillo el pasado 16 de enero y será una de las más sonadas ausencias en Sochi.
En esquí alpino, el estadounidense Bode Miller -doble ganador de la Copa del Mundo y cuádruple mundial- capturó en Whistler Mountain el único título que le faltaba, el olímpico, en la supercombinada, a lo que añadió una plata en el superG y un bronce en el descenso.