Caguas - Olvidando por unas horas las condenas que cumplen detrás de los barrotes por cometer actos delictivos, 15 reclusas de la Escuela Industrial para Mujeres de Vega Alta y 21 confinadas del Hogar Intermedio para Mujeres en San Juan demostraron sus habilidades en el voleibol frente a uno de los equipos más codiciados en la Liga de Voleibol Superior Femenino (LVSF).

Las bicampeonas Criollas de Caguas recibieron en la noche de ayer, martes, el grupo de confinadas de ambas instituciones para celebrar un partido amistoso en el Coliseo Héctor Solá Bezárez en Caguas, esto como parte de un programa de rehabilitación del Departamento de Corrección y Rehabilitación (DCR).

Las reclusas de mínima y mediana seguridad y quienes eran vigiladas por un contingente de alrededor de 35 oficiales correccionales distribuidos por los predios de la cancha, pudieron sentir un poco de libertad por unas horas.

Las mujeres montaron su escuadra y, con la ayuda de varias jugadoras estelares de las Criollas, demostraron que podían medirse frente a frente a las campeonas defensoras.

Ambos sextetos jugaron un partido a tres parciales. Las Criollas se complementaron con las confinadas como si se tratara de un partido de temporada. Celebraban los puntos que hacían, al igual que reían del error del contrario.

Según contó el presente secretario del DCR, Einar Ramos López, 'nosotros no podemos olvidar que el confinado es parte de la sociedad. Delinquió en un momento dado, el Tribunal de Justicia lo juzga, lo ingresa en el DCR y nosotros tenemos que poner las herramientas para cuando esa persona salga a la libre comunidad, se reinserte a ella y no vuelva a delinquir'.

'La agradecemos grandemente a las Criollas su disponibilidad y de la manera en que han tratado a las confinadas. Ellas (las confinadas) ven que participando de estos programas pueden tener interacción con gente que está en la libre comunidad y esto le ayuda a reinsertarse en la comunidad cuando cumplen su sentencia', subrayó el Secretario, quien estuvo compartiendo con varias confinadas desde las tribunas del Coliseo.

Para la etapa final del tercer parcial, las confinadas le solicitaron a las Criollas jugar con su cuadro regular y así fue, las bicampeonas atacaron a su rival con fuerza pero las confinadas probaron que podían recibir los poderos ataques en más de una ocasión, convirtiéndose en las mimadas de los espectadores.

La estelar jugadora de las Criollas, Stephanie 'Fefa' Enright, tuvo un momento especial con una de las confinadas. Enright notó que Solderis Rivera poseía rodilleras protectoras, aprovechando el momento para llegar al banco donde Rivera se encontraba y le otorgó un par de rodilleras nuevas.

'(Rivera) era la única con rodilleras. Traje hoy como cuatro pares negras. Se las regalé para que las tengas y las use dentro de la prisión', precisó Enright luego de firmar camisas a varias de las mujeres.

Por otro lado, Ana María Rivera Bello gozó desde las gradas la oportunidad de salir a la libre comunidad para compartir con las Criollas, que marchan con récord de 15-3 en la temporada regular de la LVSF. Rivera Bello atesoró el privilegio de poder salir fuera de la institución carcelaria en la que ha vivido por los pasados cuatro años y 11 meses.

'El estar aquí sentada es un privilegio. No todo el mundo cualifica para estar aquí. La libertad es una y es lo más valioso que tiene el ser humano. Antes éramos parte del problema y ahora somos parte de la solución', indicó Rivera Bello, quien cumple una sentencia de 11 años y seis meses por los delitos de asesinato y ley de armas.

Por su parte, Joan Miranda pudo participar del choque contra las Criollas. La confinada, quien cumple una sentencia por asalto a mano armada, se sintió orgullosa por la experiencia vivida.

'Me siento bien orgullosa, bien animada (por) la oportunidad que nos han dado. Compartir con las campeonas ha sido una experiencia inolvidable tanto para mí como para mis compañeras que hemos practicado para este día', reveló Miranda justo al finalizar el juego.

'Es una oportunidad bien valiosa para mí ya que en algún momento tuve una vida delictiva. Ha sido una oportunidad que no voy a desaprovechar para mi tanto para mis compañeras', describió Miranda.

El técnico de las Criollas de Caguas, Juan Carlos Núñez, precisó que no le tomó mucho para aceptar la petición realizada por el DCR en medio de la temporada regular de la LVSF.

'No dudé en hacerlo. Esas cosas son bien importantes para la comunidad y es un bien social que le estamos dando a las muchachas, que en algún momento durante su estancia de donde están puedan salir y estar en la libre comunidad', acotó Núñez mientras observaba el juego.

Enright, por su parte, indicó que 'fue una labor social además de que nos divertimos un montón con ellas. (Ese) era el propósito de que ellas la pasaran bien'.