El 'repunte' económico sufre de exceso de entusiasmo
Con pinzas habrá que tomar el anuncio que hiciera el Banco Gubernamental de Fomento (BGF) sobre un supuesto repunte en la economía puertorriqueña al identificarse el primer crecimiento positivo del Índice de Actividad Económica (IAE) desde que comenzó la recesión en marzo de 2006.
Y es que el cálculo de ese índice anunciado el martes se basa en cuatro variables: empleo asalariado no agrícola, ventas de cemento, consumo de gasolina y consumo de electricidad, de las cuales una, el consumo de electricidad, se ha mantenido en crecimiento negativo y las otras tres merecen una interpretación bastante cautelosa.
De acuerdo con el economista y catedrático de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras, Argeo Quiñones, el mismo BGF ha reconocido que sobre la variable del consumo de gasolina, los datos muestran un patrón irregular causado por variaciones significativas en las compras y los inventarios de los mayoristas que no necesariamente reflejan el consumo actual de las personas. Es decir, el registro de un aumento en las compras del combustible por parte de mayoristas no significa que la gente esté comprando más.
Por otra parte, resalta el economista, aunque el empleo asalariado no agrícola para diciembre de 2011 fue levemente mayor que para diciembre de 2010, 'la realidad es que en promedio el empleo total para el año 2011 se redujo en 0.6 por ciento'. En el sector privado, la tendencia sigue siendo negativa mientras que en el sector gubernamental se reporta un aumento de 2.7 por ciento.
Quiñones indicó que lo que ha ocurrido en ese aspecto es que la velocidad de la caída en el empleo ha disminuido. 'Esa reducción no ocurre por un aumento proporcional en el nivel de empleo, ocurre porque muchas personas desempleadas que están activamente buscando trabajo dejan de buscar trabajo y dejan de aparecer en las estadísticas', explicó.
Otra forma de verlo es considerando que en Puerto Rico, la razón de las personas empleadas al total de los individuos hábiles para trabajar es de 34 por ciento, lo que sigue siendo muy por debajo de Estados Unidos, donde sobrepasa el 50 por ciento, y de otros países catalogados como desarrollados, donde supera el 60 por ciento.
Quiñones también llamó la atención sobre el aumento de 13.9 por ciento reportado en ventas de cemento, pues 'realmente no hay mayor demanda por vivienda porque no hay ni crecimiento de población ni en ingresos de las personas'. Dijo que ese aumento es consecuencia de obras de infraestructura gubernamental que se están realizando con remanentes de los fondos ARRA.
Notó también que el panorama no es alentador, pues entre el 2008 y el 2011 han entrado a la economía local cerca de 10,000 millones de dólares producto de legislaciones e incentivos económicos federales que no volverán. Además, tras elevarse el tope de la deuda en Estados Unidos, lo que se espera es más recortes en fondos federales y beneficencia social, así que 'esta proyección de optimismo debe tratarse con cautela'.
'Entre los economistas hay mucho pesimismo con respecto a estos pronósticos. Peor aún es que irrespectivamente de que la economía crezca, la pregunta es si esto va a ser sostenible, si se va a crear empleos y se va a vivir a la expectativa de lo que la sociedad espera', apuntó Quiñones.
'Todo apunta a que esta supuesta mejoría, validando lo que dice el índice (el IAE), no está fundamentada sobre base sólida, todo lo contrario. Hay razones para temer que en muy poco tiempo estaremos viendo otra intensificación (de la crisis)'.