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Economía

Los 'boomerang': la generación de adultos que dependen de mamá y papá

Salieron de sus casas entre los 17 y 18 años, en su mayoría para asistir a la universidad. Vivieron independientemente en hospedajes y apartamentos, solos o con 'roomates', gracias en gran medida a las ayudas universitarias, pero cuando acabaron sus estudios y quedaron sin empleo o consiguieron uno que les paga por trabajar menos de lo que recibían estudiando tienen que regresar a sus casa, a volver a depender completamente o parcialmente de sus padres.

Se les conoce como los niños 'boomerang', según el término creado hace unos años para identificar a estos jóvenes que salen del hogar, pero luego tienen que regresar a reclamar mucho más que un sitio dónde vivir.

Los investigadores han calculado que los jóvenes adultos de entre 19 y 22 reciben un promedio de apoyo monetario de $7,500 al año.

En el más reciente estudio publicado sobre el tema, Asistencia Financiera Familiar a Jóvenes Adultos, realizado por el Instituto de Investigación Social de la Universidad de Michigan, sale a relucir que alrededor del 42% de los encuestados reportaron que sus padres les ayudan a pagar sus deudas.

Por otra parte, el 35% dijo que les ayudaban con la matrícula de la universidad, recibiendo en promedio $10,147 al año.

Cerca del 23% recibía ayuda para pagar sus vehículos de motor, en promedio, $9,682, y si vivían fuera de casa, el 22% recibía en promedio $3,937 para esos fines.

Un 11% afirmó que sus padres les ofrecían dinero en préstamos y el 7% regalos monetarios.

Mayor la dependencia en Puerto Rico

En Puerto Rico, la situación es aun más grave que lo puede ser en Estados Unidos.

'No son pocos los jóvenes que ahora dependen más que sus padres. Son muchos, incluso, los que una vez casados y con hijos tienen que volver a depender de las ayudas de sus padres en las medidas en que estos puedan ayudarles', apunta el economista Francisco Catalá.

'Podemos inferir que esa ayuda que reciben los jóvenes puertorriqueños de sus familiares es aún más porque en Puerto Rico la familia es más extendida todavía y los lazos económicos se tienden a mantener por más tiempo, amén de que la situación económica es aún peor'. El resultado, señala, es que 'esto sí está sucediendo y está alterando dramáticamente las relaciones de padres e hijos'.

'Tú tienes un matrimonio, ella trabajaba en un banco de inversiones y él con el gobierno, los dos con un buen sueldo, pero se quedaron sin trabajo los dos, en alguna forma, aunque no vivan con sus padres, necesitan de su ayuda… tienen que pagar hipoteca y demás', ejemplifica. El problema se agudiza si se considera que la base sobre la cual se sostiene esa dependencia es también estrecha, pues se trata de hijos dependiendo de pensionados cuando esas pensiones están en entredicho.

Estos llamados 'boomerang' se diferencian de sus padres en que éstos fueron más exitosos económicamente que los suyos. 'Los mayores hemos tenido más éxito económico que nuestros padres. Tenemos más estudios y más ingresos. Nuestros hijos, por el contrario, han tenido menos éxito económico y menos estudios que nosotros', destaca el economista.

Si bien la dependencia, tanto en el gobierno como en ayuda de familiares se redujo un poco entre la década del 90 y principios de la del 2000, en los últimos años ha vuelto a aumentar significativamente. A la misma vez, ha aumentado la emigración de profesionales, lo que se traduce en un deterioro de los servicios. Todo contribuye a un clima de frustración y pesimismo.

'Así que hay gran incertidumbre, los que no se han ido, están pensando cuándo se irán o están en las filas de la dependencia, sea total o parcial y es dependencia no para resolver problemas sino para empatar la pelea', añade.

'Aquí estamos hablando de dos tablas de salvación: la emigración y la dependencia, y con ninguna de esas dos podemos desarrollar una economía', concluyó.