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Fuera del aeropuerto tras 43 años recortando a viajeros

El barbero Ángel Colón Román llevaba 43 años recortando a turistas y a empleados del Aeropuerto Internacional Luis Muñoz Marín, pero su larga trayectoria alcanzó un final inesperado cuando representantes de Aerostar Holdings le pidieron que empacara sus cosas y se moviera a un área de poco tránsito, mientras culminaban el proceso de remodelación de las facilidades.

La mudanza implicaría gastos adicionales en momentos en que la barbería sólo generaba pérdidas por la poca cantidad de vuelos en la temporada. Tampoco le garantizaban una renovación del contrato que vencía en febrero, y se asomaba un nuevo aumento a la renta.

'No tuve más remedio que retirarme', relató el hombre de 64 años, quien también ha atendido a figuras icónicas de la música y política puertorriqueña como a Gilberto Santa Rosa, Ismael Miranda, Ednita Nazario y al independentista Juan Mari Brás.

El cierre se da en momentos en que se avecina una temporada alta de pasajeros, y en la que Colón Román esperaba recuperar las pérdidas de los pasados meses. 'Tenía la esperanza de que el negocio iba a mejorar. Ya me había preparado para retirarme, pero no lo había hecho porque estaba esperando que llegara algo, que no llegó', expresó a este diario digital.

La compañía privada administradora del aeropuerto le ofreció mover su negocio al sótano donde se hace el recogido de equipaje o al área de la capilla en la parte extrema de uno de los pasillos. En la carta le indicaban que necesitaban el espacio por dos años para ubicar una nueva máquina de agricultura y culminar procesos de remodelación. 'Me querían ubicar bien lejos, en un sótano donde no pasa público', comentó Colón Román.

Durante sus 43 años en el aeropuerto, el estilista contó que pasó largas horas alejado de la familia y dedicado al negocio. A pesar de su dedicación de seis días a la semana y 10 horas diarias, tenía muy pocas ganancias. Entre la renta, seguro y otros gastos, Colón Román debía pagar alrededor de $1,600 mensuales. 'Qué sobrante voy a tener? A un muchacho de Burger King le sobra más que a mí', criticó quien comenzó en la década del 70, cuando el aeropuerto no tenía aire acondicionado, ni multipisos.

Entre su clientela también se encuentran muchos propietarios de los concesionarios, a quienes no se les han renovado sus contratos. 'Están bien decaídos. Se fueron llorando porque los sacaron a la calle', comentó.

'Fueron unos años buenos cuando estaba American', recordó con nostalgia. Ahora, sin embargo, se dedicará a atender a unos cuantos clientes fieles los jueves, viernes y sábados en su casa.

(Archivo-Josian Bruno/NotiCel)
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