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SAN JUAN WEATHER
La Calle

Se puede salir de la droga

Grenda Suárez y Wanda González son dos mujeres que representan ejemplos de que es posible superarse y reintegrarse a la comunidad tras caer en las garras de la drogas y a pesar de las recaídas.

Ambas deambularon por varios años por las calles de Bayamón en desesperación por aquella dosis de lo que les cambió la vida para siempre.

Wanda, quien se inyectaba heroína y cocaína, hoy tiene 47 años y se dedica precisamente a dar consejería en adicción. Además, según contó a NotiCel, hace las gestiones para matricularse en la Universidad Interamericana para completar un bachillerato en justicia criminal.

Wanda González(Fotos: Josian Bruno/NotiCel)

'Yo no me avergüenzo de estas marcas. Estas marcas me recuerdan porque yo no quiero volver a caer', dijo mientras mostraba los brazos que fueron víctima de su adicción a lo que en la calle se le conoce como 'speedball'.

Según confesó la mujer, luego de haber estado 10 años sin inyectarse, en el 2007 volvió a caer.

'Todo lo que había logrado en esos días años lo dejé perder. Tuve la suerte de que mi papá no me pudo bregar. Solo duré dos semanas porque me llevó al Proyecto Oasis de Amor', recordó tras apuntar que a través de ellos logró estudiar administración de empresas y conseguir su propio apartamento para vivir con sus dos hijas de 11 y 12 años de edad.

En el caso de Grenda, quien está en silla de rueda y comienza a recuperar el movimiento en su cuerpo luego de haber estado varios meses cuadraplégica a causa de un derrame cerebral, su enfermedad era con la cocaína.

Grenda Suárez(Fotos: Josian Bruno/NotiCel)

Tras deambular por unos 4 años, la mujer de 37 años recibió el apoyo en un centro en Bayamón que la ayudó a completar sus estudios en facturación médica para conseguirse un puesto como secretaria en la oficina municipal de ayuda al ciudadano.

Sin embargo, hace un año y ocho meses cuando dio a luz a su tercera criatura 'di positivo y el Departamento de la Familia me la quitó, me dio con fumar cocaína, algo que yo nunca había hecho'.

Hace a penas cinco meses, indicó, ingresó al Hogar de Ayuda de Refugio en Guaynabo, sin poder mover algo más que los ojos. Hoy, mientras sonríe con determinación porque a cada dos días recibe la visita de su hijo mayor, asegura que ' aunque es bien difícil se puede dejar las drogas porque yo lo hice sin medicamentos'.

'Me gustaría volver a trabajar y recuperar mi independencia. Prefiero una vida saludable', insistió.

Las entrevistas a estas ex usuarias se realizaron durante una reciente actividad de laCoalición de Apoyo Continuo a Personas sin Hogar.

Para leer más sobre este temavisita el siguiente enlace:

Cambia el perfil de las personas sin hogar

(Fotos: Josian Bruno/NotiCel)
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