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La Calle

Antiguo fanático denuncia atropello de Santini

Una que otra lágrima se asomaba a la expresión recia de Maitte Mendez, al acatar la orden de desahucio que recibió para que abandonara el salón de actividades que operaba en el área del Parque Jaime Benítez, en la Laguna del Condado, en el cual ella y su esposo habían invertido 45 mil dólares.

'Hace tres años lo que había aquí eran piedras y escombros, nosotros sometimos una propuesta a la compañía de Parques Nacionales para construir este centro y fue a una subasta que estuvo vacía porque esto nadie lo quería' aseguró el esposo de Méndez, WilfredoFigueras, sobre la adquisición del salón al que llamaron Blue Lagoon.

Méndez contó que entonces escuchó muchos comentarios de empleados municipales, que predecían que convertirían el espacio en un chinchorro por ella ser una mujer dominicana. A pesar del prejuicio, la administradora del lugar dijo que su negocio se convirtió 'en el salón número uno del área, y desde quien traía el hielo, rentaba los manteles, las mesas, hasta la decoración, empleaba de 20 a 30 personas'.

La suerte de los comerciantes, sin embargo, cambió cuando el 12 de noviembre se aprobó en la Legislatura una resolución para que Parques Nacionales traspasara la titularidad del Parque y sus estructuras al Municipio de San Juan.

'Tomé con mucha alegría la noticia, ya que entendía que garantizaría más tiempo en dicho lugar porque a quien se le traspasaba era a mi amigo y una persona a quien yo le había servido con alma, vida y corazón en su carrera política, Jorge Santini', declaró Figueras, y luego, en medio de una actividad de recaudación de fondos del Partido Nuevo Progresista en el salón, el propio Alcalde capitalino le exigió que se tenía que ir.

'Abrió la boca y manoteaba, que por poco me da, gritándome 'te tienes que ir de aquí, te tienes que ir de aquí'. Después, se paraba en cada esquina diciendo 'esa cabrona, hija e puta, esa dominicana bruta, no pagan agua y luz', y cuando le decían que nosotros sí pagábamos decía 'eso es ilegal, ellos no pueden estar ahí'', contó afectada la mujer.

El matrimonio aceptó que el 17 de agosto de 2011 venció el contrato que tenían con Parques Nacionales para el arrendamiento del sitio y, aunque suplicaron a los funcionarios del municipio para que les extendiera el contrato con ellos, éstos se negaron. A partir del traspaso, los Figueras Méndez dijeron que pagaron la renta correspondiente a cada mes, aunque el municipio la devolviera y ellos le pasaban el dinero al Tribunal en donde se ve el caso.

'Lo último que hizo (Santini) fue que en enero nos cortó la luz. Yo tuve que poner una planta de electricidad allá abajo para poder seguir cumpliendo con nuestros contratos de nuestras actividades. Él hizo eso aún sabiendo que nosotros, mientras tuvimos un contrato con Parques Nacionales, pagábamos dos veces al mes el mantenimento privado para el Parque, para que las áreas verdes se vieran limpias', reclamó el matrimonio.

María Batista, encargada de la administración del Departamento de Recreación y Deportes de San Juan, explicó que desde hace un año y medio se les informó a los comerciantes que debían abandonar el lugar porque éste debía ir a subasta pública, de acuerdo a lo que establecía la ley.

Batista argumentó que no hay ningún interés político en entregarle el sitio a alguien, sino que más bien sería injusto que se les extendiera el contrato a ellos sin antes ir a subasta, porque Figueras es 'nuestro amigo'.

La pareja, sin embargo, se indignó con el razonamiento de la empleada municipal pues señalaron que al negocio de 'kayaks' que opera en el Parque y a la compañía que administra el estacionamiento del Escambrón, se les extendieron contratos con el Municipio sin ir a subastas.

Ellos también dijeron sospechar que el lugar, que con tanto esfuerzo levantaron, Santini se lo quiere entregar a Edwin Soto, quien es contribuyente de la campaña del Alcalde y que además tiene múltiples contratos con el municipio de San Juan.

'Un día, Edwin Soto se apareció aquí con unos colombianos a medir aquí y allá. Me dijo que eran inversionistas y que iban a usar esto para hacer talleres', indicó Figueras

Maitté Méndez y su esposo, Wilfredo Figueras. (Suministrada)
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