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La Calle

Aunque pidieron perpetua, padres de Stefano aceptan condena de 30 años

John Anthony Morales López, de 21 años, fue sentenciado a 30 años de prisión, el miercoles, por el carjacking que desembocó en el asesinato de Stefano Steenbakkers Betancourt, de 17 años, en hechos ocurridos el 24 de junio de 2012, cuando el joven salía de casa de sus abuelos, en Dorado.

La sala del Tribunal Federal donde el juez Jay García Gregory dictó la sentencia, se convirtió en vitrina del dolor tanto de los familiares de la víctima como del acusado, quien miró directamente a los familiares de Stefano para pedirles disculpas. 'Sé que no hay palabras que puedan calmar el dolor que les causé. Como ustedes mismos mencionaron yo tenía la oportunidad de decidir, y no tomé la mejor decisión', mencionó en referencia al disparo mortal que atravesó el cerebro del joven.

A diferencia de su compinche, Alexis Amador Huggins, quien ayer fue condenado a cadena perpetua, el juez le redujo la condena a Morales López, conforme a lo establecido en la ley, tras haber aceptado su responsabilidad en el crimen y servir de testigo estrella para ayudar a esclarecer el caso.

Los padres de Stefano pidieron al juez que le otorgara la cadena perpetua. 'Ambos estaban en el carro. Ambos lo hicieron juntos. Cómo puede ser dejado en libertad en 30 años?', cuestionó Erick Steenbakkers, quien seis días después del accidente iba a recibir a su hijo en Holanda, donde estudiaría diplomacia. 'Creo que es sólo justo que ambos asesinos compartan la misma condena', insistió, y mirando al acusado agregó: 'A ti tu familia te puede visitar en la cárcel y te pueden escribir, pero nuestra familia ya no puede ver a Stefano'.

Ante cuestionamientos del juez, la fiscal María Domínguez explicó llorosa que entendía lo difícil que le resultaba a los padres de Stefano aceptar que no fuera sentenciado a cadena perpetua, pero que ambos estuvieron de acuerdo con utilizar a Morales como testigo. 'Esto no es algo que le da el gobierno, él simplemente está recibiendo lo que la ley provee para él', justificó Domínguez, quien al salir de sala comentó a la prensa que en sus 28 años como fiscal nunca había estallado en llanto en medio de un caso. 'Esto ha sido una pérdida que nos toca a todos en lo personal. Ambas somos madres', contó.

El acuerdo con Morales López fue crucial para que fiscalía pudiera tener detalles más contundentes en el juicio contra Amador Huggins. 'El temor que teníamos era que se pintara como un participante menor, que sólo guió el carro', explicó Jackeline Novas. Ambas fiscales dejaron entrever que la investigación continuará hasta identificar a un sujeto apodado 'Gordo', quien fue el que les ofreció $1,500 a cada uno por realizar el carjacking y les prestó la pistola.

El abogado Richard Donsoh recordó al juez, por su parte, que su cliente había sido evaluado psiquiátricamente desde los 12 años por depresión y alucinaciones, que había abandonado sus estudios y que fluctuaba en y fuera del país desde el divorcio de sus padres.

'Cómo alguien que intentó cometer suicidio a los 17 años termina quitándole la vida a otro joven a sus 17 años?', cuestionó, quien además se mostró solidario con la familia de Stefano al ofrecer sus condolencias, con voz entrecortada. 'No hay excusas que justifiquen sus actos, pero mi cliente me ha expresado que si pudiese volver atrás y borrar esa noche, lo haría. Pero no puede. Lo que sí podía hacer era sentarse y relatar lo ocurrido para darle tranquilidad a la familia… 24 años es mucho tiempo', puntualizó.

Según el pliego acusatorio, el 24 de junio de 2012, Amador Huggins buscó a Morales López al residencial Villas del Rey en Caguas, para luego conseguir un arma. Al transitar por la PR 693 y observar la guagua Lexus, propiedad de la abuela de Stefano, Amador impactó al vehículo varias veces en la parte posterior para obligarle a detenerse.

Steenbakkers no quiso detenerse y llamó a su madre para informarle de la situación. Más tarde fue su progenitora quien lo encontró baleado dentro del vehículo.

Al salir de sala, Zorimar Betancourt, la mamá de Stefano, se mostró satisfecha con la sentencia. 'Este caso es un ejemplo para todas las personas que hacen esto todos los días. Piénsenlo dos veces porque están dañando su vida, la de su familia y la de todos nosotros'.

García Gregory también envió un mensaje claro: 'Es tiempo que las personas en la isla comiencen a valorar la dignidad de la vida humana', y mirando al acusado le dijo: 'Me duele mucho condenarte de la manera que lo estoy haciendo porque tú también tienes una dignidad que tú mismo has impedido que florezca como Stefano estaba floreciendo... pero no puedo disminuir lo que hiciste. Las leyes están para proteger esa dignidad'.