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La Calle

Padres de Stefano conmocionan a juez y fiscales en vista de sentencia

El juez federal Jay García Gregory otorgó una sentencia de cadena perpetua para Alexis Amador Huggins, de 25 años, quien fue encontrado culpable por el carjacking que desembocó en el asesinato de Stefano Steenbakkers Betancourt, de 17 años, en hechos ocurridos en junio 2012 en la carretera PR 693 de Dorado.

La madre de Stefano, Zorimar Betancourt, mostró al juez un envase con las cenizas de su hijo. 'Esto es lo único que me queda de él... sus cenizas. Con sus cenizas es que voy a celebrar las navidades y el año nuevo', mencionó con la voz entrecortada por las lágrimas.

Durante los testimonios del padre y la madre, el juez se mostró conmocionado. A las fiscales se les aguaron los ojos en ambas alocuciones. Amador Huggins, con vestimenta de reo, una cadena en su cintura y sus manos esposadas, no mostró ninguna emoción - incluso cuando pidió disculpas a la familia de Steenbakkers y a su propia familia. 'Hoy se me sentencia por una persona que no asesiné. Aunque he perdido el juicio en esta corte, ante Dios soy inocente', aseguró previo a escuchar su sentencia.

El abogado Juan Matos intentó establecer una relación entre los medicamentos que estaba tomando el acusado tras haber recibido una herida de bala y sus acciones violentas. 'Ambos medicamentos son adictivos', dijo en referencia a Percocet y Tramadol. El sentenciado también estuvo convicto por robo a mano armada y es usuario de marihuana, según estableció el juez.

Matos pidió que no se le diera la cadena perpetua a su cliente al opinar que el tribunal estaba siendo desigual en el trato otorgado al otro acusado, John Anthony Morales López, quien logró un acuerdo con fiscalía para reducir su condena a 30 años tras declararse culpable y cooperar como testigo en la investigación. Morales López fue quien disparó 'con los ojos cerrados' luego de que Amador Huggins le pasara el arma y le indicara: 'haz lo que tengas que hacer'. Mañana tendrá la lectura oficial de su sentencia.

'Yo no veo un asesino como el señor Morales. Todo lo que hizo fue usar su derecho como ciudadano (de permanecer callado). No tiene sentido, juez', insistió el abogado de defensa, quien mencionó a la prensa, al salir de corte, que radicará una apelación.

La fiscalía insistió que la cadena perpetua era justa y razonable ya que no sólo se trataba de uno de los crímenes más viles en la historia del país, sino de un acusado que se negó a colaborar con la investigación federal y que condujo a error a los federales con declaraciones falsas. 'Cómo puede ser que nos conformemos con una sociedad donde un joven de 17 años que va saliendo de casa de su abuelo, pueda ser asesinado por $1,500?', cuestionó la fiscal Jackeline Novas.

La madre del sentenciado, Mara Huggins, mencionó, al ser abordada por la prensa, a su salida que aunque se identifica con el dolor como madre, considera que no se hizo justicia. Huggins fue quien llevó a su hijo a que se entregara a las autoridades tras conocer que había participado en el crimen. 'Es lamentable todo lo que pasó. Yo soy madre. Pero tú te declaras testigo, cometes un delito, pero la otra persona por ser callado lleva toda la culpa. No estoy eximiendo al mío de la culpa que lleva. Tengo el mismo dolor... Lamentablemente, estamos viviendo en un tiempo donde cuanto tienes, cuanto vales'.

El padre de Stefano, Erick Steenbakkers, se expresó, por su parte, más reconfortado al saber que uno de los asesinos de su hijo ya no iba a estar en la isla, sino en una cárcel en Estados Unidos. 'Pienso en él cada minuto. Todavía lo busco a mi alrededor... Soy el padre. Se supone que yo muera primero. La vida de mi hijo se detuvo por un trapo de $1,500'.

Según el pliego acusatorio, el 24 de junio de 2012, Amador Huggins buscó a Morales López al residencial Villas del Rey en Caguas, para luego conseguir un arma. Al transitar por la PR 693 y observar la guagua Lexus, propiedad de la abuela del joven de 17 años que conducía, Amador impactó al vehículo varias veces en la parte posterior para obligarle a detenerse.

Steenbakkers no quiso detenerse y llamó a su madre para informarle de la situación. Más tarde fue su progenitora quien lo encontró baleado dentro del vehículo.