Trágico historial detrás de la niña ahogada en Casa Cuna
Aunque solo estuvo viva un año, su existencia encerraba una vida de tragedia que, lamentablemente, se multiplica cientos de veces sin trascender en la discusión pública.
Se trata de Emiliana del Valle Colón, la infante que Puerto Rico conoció la semana pasada cuando murió ahogada en el albergue Casa Cuna a cargo del Municipio de San Juan.
En un supuesto caso de negligencia, todavía bajo investigación, la menor murió en una piscina que no estaba autorizada para uso.
El padre de la menor, un acusado de narcotráfico llamado Miguel A. del Valle López, reaccionó airado a la muerte y amenazó con 'tirotear' Casa Cuna, expresiones que ayer le ganaron una orden de arresto federal por violación de su fianza al considerársele una 'amenaza a la comunidad'.
La semana que transcurrió entre la muerte de su hija y su arresto fue suficiente para que el hombre suscribiera, junto con algunos familiares, una demanda millonaria contra el Municipio de San Juan.
Sin embargo, los documentos en su expediente federal apuntan a que, aparte la negligencia que se pudiera haber cometido en Casa Cuna, son las decisiones de vida del padre las que pusieron a la menor a las puertas de la muerte.
Según la declaración jurada que fue usada para su arresto, Del Valle López fue intervenido por la Policía en su apartamento del residencial Vista Hermosa el pasado 3 de marzo. Con una orden de allanamiento en mano, los agentes encontraron en el sofá un peine y municiones calibre .40 y siete bolsas de cocaína. En la sala, cerca de una bocina, encontraron otras cinco bolsas de cocaína, tres de marihuana y 18 envases con 'crack'. También, en el cuarto principal, encontraron otra bolsa de marihuana y una pistola calibre .25.
Todo este material en un apartamento en el que también estaban tres menores de edad, siendo Emiliana una de ellas. El hombre admitió la posesión del material incautado y aseguró a los agentes que estaba 'desesperado por dinero y que había cometido un error'. Las autoridades lo arrestaron y el Departamento de la Familia retiró a lo hijos de Del Valle del hogar. Emiliana acabó en Casa Cuna hasta el día en que cayó en la piscina.
Tras la muerte, Del Valle llamó de manera repetida y agresiva a la trabajadora social del caso para exigirle que 'diera la cara por su hija' y solo se calmó cuando la trabajadora lo convenció de que ella no tenía nada que ver con la muerte.
'Es entendible que cualquier ser humano en momentos de crisis, como este caso, por la pérdida inesperada de una hija, puede experimentar un torbellino emocional', dice la moción con la que se pide que el Tribunal Federal revise las condiciones de fianza del hombre tras sus amenazas.