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La Calle

Dos rescatistas puertorriqueños despiertan de la pesadilla de Pulse

Estaban en sus casas, descansando de un largo día de trabajo en sus respectivas posiciones de liderato dentro de la Policía y la Oficina para el Manejo de Emergencias de la ciudad de Orlando, Florida, cuando llegó la llamada. A las 2:04 a.m. se reportó un tiroteo en una discoteca gay. No abundaban los detalles, solo que eran muchos los muertos y heridos.

Los eventos que desfilaron tras esa llamada el pasado sábado, 12 de junio de 2016, fueron para los puertorriqueños Orlando Rolón, subjefe de la Policía en Orlando, y para Manuel Soto, director de la Oficina para el Manejo de Emergencias de la misma ciudad, la experiencia más difícil que han enfrentado en sus carreras. Ambos tienen experiencia militar y décadas trabajando en seguridad pública pero nada los preparó para la magnitud de este incidente.

'Yo estaba durmiendo. En el caso de nosotros, como subjefes, nuestro trabajo es de lunes a viernes de ocho a cinco. Ese día era domingo por la madrugada. Recibí una llamada de que algo significante estaba ocurriendo en ese lugar… un 'mass casualty incident' (incidente con víctimas en masa)', contó Rolón. A su lado, durante la entrevista con NotiCel, estaba Soto, quien recibió la llamada un tanto después, a las cinco de la mañana.

49 personas muertas y 53 heridos, en su mayoría jóvenes boricuas, fue el saldo de un ataque a la comunidad hispana y LGBT a manos de un autoproclamado soldado del Estado Islámico, que armado con un rifle de alto poder disparó a mansalva dentro de la discoteca Pulse, ubicada en el centro de la ciudad, en lo que fue calificado por el presidente Barack Obama como un acto de 'terror y odio'.

'Cuando llego al (Centro de Mando del) 9-1-1', recordó Soto, 'y veo el ambiente tan caótico, decido llamar (a Rolón) para asesorarme mejor de la escena y qué tipo de apoyo se iba a necesitar'. A las 9:00 a.m., ya habían puesto en marcha la respuesta de seguridad pública más significativa en la historia del estado y de la cual, ahora, otros estados y Puerto Rico desean incorporar como preparación a un evento similar en el futuro.

'De la manera que 'Inicialemnte estabamos viendo que la situación eraen un club nocturno. No teníamos idea (que eran puertorriqueños). Cuando preguntamos cuál era el tema de la noche y cuando dijeron que era una noche latina, todo cambió', puntualizó Rolón.

Por tal razón, motivados por sus raíces y las ganas por evitar eventos así en el futuro, ambos viajaron a Puerto Rico esta semana pasada para participar de la primera conferencia de la recién creada Asociación de Manejadores de Emergencia y Profesionales de Seguridad (AMEPS), que agrupa funcionarios y empleados privados que forman parte del organismo de seguridad y manejo de emergencias de la Isla.

Pese a la cruda violencia, la 'montaña rusa de emociones' y el golpe tan personal al enterarse que la gran mayoría de las víctimas eran puertorriqueños, los dos funcionarios aceptaron una invitación para recontar sus vivencias frente a los miembros de AMEPS. Aunque dolorosas, sus memorias valen oro para sus homólogos en otras jurisdicciones que aún no han pasado por una situación como la ocurrida en Pulse el verano pasado.

En cuanto a seguridad y emergencias se trata, el entrenamiento es clave. 'El ejemplo de que todos estuvieron presentes en esta conferencia para asesorarse a base de lo que nosotros pudimos compartir indica que el pueblo puertorriqueño y su equipo de seguridad están súper interesados en siempre ver qué pueden hacer para mejorar, para, Dios no lo quiera, un evento como este', explicó Rolón, quien estuvo presente en la escena.

'Lo más difícil, en mi opinión, fue para los que estaban presentes en la escena viendo las personas heridas, las personas desorientadas, los que ayudaron a sacar del club a personas para recibir ayuda, las personas que atendían el 9-1-1. Todo eso tuvo un impacto significante', añadió.

Por su parte, aseveró Soto, 'estamos preparados para ejecutar en cualquier tipo de evento. Pero yo creo que lo que nos tomó por sorpresa al equipo de Manejo de Emergencias fue la montaña rusa de emociones que hubo durante esa semana porque tú no lo puedes replicar en un ejercicio. Por lo tanto, no habíamos tenido esa experiencia y tuvimos que bregar'.

'A pesar de lo trágico que fue el incidente en Pulse para nosotros - o cualquier otro incidente de terrorismo en el mundo -, algo positivo que trae es el carácter de la gente que quiere ayudar a la comunidad. Esa actitud de subirse las mangas para ayudar al prójimo', agregó Soto, complacido por el interés de los funcionarios boricuas para agruparse y compartir ideas sea desde la perspectiva policíaca, de los bomberos, los rescatistas y jefes de agencias.

Pero además de la actitud, aclaró Rolón, es necesaria una organización precisa, apoyada por todas las agencias que atienden emergencias, y adaptable a los eventos, por más inesperados que sean.

'(La difícil situación) nos forzó a tomar muchas decisiones con más rapidez que ningún otro evento que tuvimos en el pasado. Tuvimos que modificar y tomar personal, el cual no tenía la experiencia para hacer muchas de las cosas, para utilizarlos para cosas que nunca pensaron que iban a hacer. Lo bueno que tenemos nosotros es que siempre estamos abiertos a la idea de que si se tiene que hacer un cambio, estamos preparados para hacer esas decisiones de inmediato, para ajustar lo que haya que ajustar y hacer lo necesario', dijo el subjefe de la Policía de Orlando como recomendación a las agencias de aquí.

Porque sí, aseguraron los dos, un trágico evento como el ocurrido en Orlando, o en Newtown, o en Aurora, o en la elemental de Sandy Hook, puede pasar en Puerto Rico y lo mejor es prevenir.