La incidencia del cáncer de pulmón en Europa Occidental está en retroceso entre los hombres y todo apunta a una sola explicación: el descenso del tabaquismo gracias a las campañas de concientización.

Décadas de campañas sobre los peligros para la salud de los fumadores han conseguido contener la epidemia de cáncer de pulmón masculina, que alcanzó su pico de mortalidad en la Unión Europea en 1988,publica el diario español El País.

A juicio de Josep Maria Borrás, coordinador científico de la estrategia contra el cáncer del Sistema Nacional de Salud, ello demuestra que "la estrategia clásica contra el tabaquismo ha funcionado".

Entre los hombres, se ha pasado de un 62,3% de fumadores en 1978 a un 35,3% en 2007, una evolución que ha tenido un impacto directo (aunque lento) en el descenso de este tipo de tumores. Y tratándose de cáncer de pulmón, una caída de la incidencia es clave en la letalidad, ya que la supervivencia de los pacientes a los cinco años es inferior al 15%.

Para Borrás, el descenso del cáncer de pulmón entre los españoles, que comenzó hacia 2000, es el premio de décadas de concienciación, aunque "un 35% de fumadores aún es una tasa alta".

En las mujeres, sin embargo, la incidencia es opuesta. Comenzaron a fumar más tarde, y están replicando la curva epidémica (de momento en la etapa ascendente) de los hombres. Un 23,9% de mujeres españolas fumaba en 2007 frente a un 17,6% en 1978. Y lo peor: entre los 16 y los 24 años están enganchadas a la nicotina el 32,7%, por un 31,1% de los hombres.

Borrás plantea que las estrategias de concienciación no funcionan igual en hombres y mujeres, en lo que coincide Carlos Camps, del Grupo Español de Cáncer de Pulmón. "La modificación de actitudes no puede ser la misma en hombres que en mujeres, que se sumaron al hábito bajo un pseudoespíritu de modernidad e integración sociolaboral".

Con datos de 2008, la Organización Mundial de la Salud sitúa a España en la posición 32 en incidencia de cáncer.