Mali está malo
El Consejo de Seguridad de la ONU abordó hoy con preocupación la grave crisis en Mali, donde los acontecimientos han empeorado en los últimos días y ha provocado que haya 90,000 desplazados internos en el país y más de 130,000 refugiados.
Consejo de Seguridad, que en abril preside Estados Unidos, recibió hoy un informe sobre los últimos acontecimientos en Malí de la mano del subsecretario general de la ONU para Asuntos Políticos, Lynn Pascoe, quien subrayó que 'la situación no ha hecho más que empeorar en los últimos días', indicó a la prensa la embajadora estadounidense, Susan Rice.
Los rebeldes se han aprovechado de 'la confusión' debido al golpe de Estado y han tomado varias ciudades del norte del país, mientras que las fuerzas gubernamentales abandonan sus posiciones en esa región 'sin combatir', según el relato de Pascoe.
El responsable político del organismo alertó de que la situación humanitaria se deteriora por momentos en el país africano, en donde ya hay más de 90.000 desplazados internos y más de 130.000 refugiados.
Los quince, afirmó Rice en una conferencia de prensa, 'están unidos al pedir a los miembros de la junta militar dimitan y permitan el regreso al orden constitucional'.
El Consejo de Seguridad trabaja ya, a petición de Francia, en una declaración presidencial que se espera adoptar 'lo antes posible', apuntó la diplomática estadounidense.
Aseguró también que el máximo órgano internacional de seguridad conoció de la mano de Pascoe las sanciones impuestas a Mali por la Comunidad Económica de Estados del África Occidental (CEDEAO) y destacó que esa organización cuenta con 3.000 efectivos listos para responder al golpe de Estado y la rebelión en el norte del país.
El embajador de Francia ante la ONU, Gérard Araud, señaló por su parte que 'la situación es muy grave: El norte de Mali está controlado por grupos rebeldes, la situación en Bamako es también de gravedad'.
Para Francia, señaló, 'es absolutamente indispensable que el Consejo de Seguridad reaccione, primero para dar su apoyo a la CEDEAO a fin de restablecer el orden constitucional en Bamako, y después sobre esa base, para encontrar una solución política' a la crisis maliense.
El pasado 22 de marzo el presidente Amadou Toumani Touré fue depuesto por un golpe de Estado, protagonizado por un grupo de militares malienses a los que se unieron tuareg e islamistas.
El detonante del golpe de Estado habría sido la crisis en el norte del país, donde convive una rebelión secesionista tuareg con las actividades de la red terrorista Al Qaeda.
Tras más de dos meses y medio de violentos choques, en los que han perdido la vida centenares de soldados, los independentistas tuareg se han hecho con el control de la práctica totalidad de la región, que tiene unos 850.000 kilómetros cuadrados de superficie.
Araud propuso la adopción de una declaración presidencial que aborde la crisis maliense y que podría ser aprobada por los quince en breve.
La Comunidad Económica de los Estados de África Occidental decidió el lunes en Dakar (Senegal) imponer un embargo total contra la junta militar de Mali mientras no se restablezca plenamente el orden constitucional.
Las medidas incluyen sanciones económicas, diplomáticas y financieras, entre otras, y entraron en vigor el mismo lunes.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y el Consejo de Seguridad de la ONU han condenado en dos ocasiones la rebelión militar de Mali y exigido la restitución inmediata del orden constitucional y del Gobierno elegido democráticamente en el país africano.