La muerte entra a la Universidad en Siria
El Cairo - La Universidad de la ciudad siria de Alepo suspendió sus clases de forma temporal después de los últimos actos de violencia en su campus, que se cobraron hoy la vida de dos personas, informaron hoy el centro de estudios y grupos opositores.
En su página web, esta universidad del norte de Siria señaló que se retomará la actividad de las facultades de ciencias y de letras el próximo 13 de mayo y argumentó que su suspensión hasta esa fecha está motivada por 'las circunstancias actuales'.
Mientras, Emad Hosari, portavoz de la red de activistas Comités de Coordinación Local, señaló que al menos dos personas murieron por disparos y quince resultaron heridos después de que las fuerzas del orden intentaran reprimir con gases lacrimógenos y disparos las protestas contra el régimen sirio en la Universidad.
Hosari explicó que anoche se desarrollaron varias manifestaciones en el campus, lo que llevó a las fuerzas de seguridad a dar un plazo a los estudiantes para que dejasen de protestar.
Como los universitarios hicieron caso omiso de las advertencias, los miembros de seguridad irrumpieron esta mañana en la universidad y llevaron a cabo campañas de detenciones de forma indiscriminada, apuntó el activista, que agregó que los vehículos policiales continúan en el lugar, así como las protestas estudiantiles.
En los últimos meses, los manifestantes de la Universidad de Alepo se han unido a la revuelta que desde marzo de 2011 busca la caída del presidente sirio, Bachar al Asad.
Por otra parte, los Comités de Coordinación Local indicaron que las fuerzas de seguridad y los matones del régimen o 'shabiha' atacaron a los participantes en el funeral de Ismail Haidar, hijo del opositor sirio Ali Haidar, líder del Partido Nacional Sirio.
El hijo del opositor fue asesinado anoche por un grupo armado en la carretera que une la localidad de Homs (centro) con Masyaf (centro).
Desde el comienzo de la revuelta, más de 10.000 personas han muerto por la violencia en Siria, según datos de la ONU, que cifra en 230.000 los desplazados internos y en más de 60.000 los refugiados en países limítrofes, como Turquía y Líbano.