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Acusados del 11-S hacen mutis en una vista caótica

Base Naval de Guantánamo, Cuba - Los cinco acusados de los atentados del 11-S, entre ellos el supuesto cerebro de los ataques de 2001, Jalid Sheij Mohamed, eludieron responder a las preguntas del juez en una comisión militar llena de interrupciones y detalles por discutir.

Uno por uno, comenzando por Sheij Mohamed, los reos se negaron a contestar a las preguntas del juez militar James Pohl, al que ignoraron de manera desafiante en una vista que dedicaron durante la mañana a leer el Corán, revistas o rezar dentro de la sala, en ocasiones de pie y haciendo inclinaciones.

La audiencia, que tras nueve horas no había llegado a la lectura de cargos chocó con discusiones sobre detalles que pusieron en evidencia las lagunas de las comisiones militares.

Finalmente, ya de noche, la acusación leyó los delitos que se les imputan: conspiración, ataque a civiles y objetivos civiles, causar daños a personas, violación de la ley de la guerra, destrucción de propiedad, secuestro de aviones y terrorismo.

Todos los acusados eludieron declararse inocentes o culpables por el momento.

Durante la vista, la defensa protestó por la traducción, que pasó de simultánea por auriculares a consecutiva por altavoces, con las consecuentes dificultades para agilizar el proceso.

David Nevin, abogado civil de Sheij Mohamed, dijo que su cliente 'está muy decepcionado por la imparcialidad que proveen estas comisiones militares', por lo que 'eligió no hablar' si el tribunal se dirigía a él.

Del mismo modo se pronunció el abogado militar de Al Hawsawi, supuesto responsable de la financiación de los atentados, quien expresó sus 'grandes reservas por la dificultad' que han encontrado para realizar su trabajo.

Este caso que comenzó a prepararse en 2007 durante la administración de George W. Bush, se suspendió con la llegada de Barack Obama a la Casa Blanca y ahora se reformula de nuevo.

El único que alzó la voz fue Ramzi bin al Shibh, quien supuestamente iba a ser uno de los pilotos de los vuelos, pero que no consiguió visado para ingresar en EEUU.

'Tal vez no nos vuelvan a ver aquí nunca más. Nos quieren matar en los campos (de la prisión) y harán que parezca un suicidio', gritó Al Shibh en inglés, al tiempo que fue llamado al orden por el juez Pohl.

Los acusados llegaron por separado, rodeados por tres guardias de la prisión para que no hablaran entre ellos, aunque en varias ocasiones Sheij Mohamed, Walid bin Attash, Bin al Shibh, Ammar al Baluchi (Ali Abd al Aziz Ali) y Mustafa al Hawsawi charlaron.

Sheij Mohamed, uno de los presos de más valor de Guantánamo y que presuntamente pasó tres años en cárceles clandestinas en las que fue torturado antes de llegar a la prisión, vestía una túnica, lucía una larga y espesa barba pelirroja y se colocó un turbante en medio de la sesión.

Bin Attash, exguardaespaldas de Osama bin Laden, y que perdió una pierna en Afganistán, llegó atado a una silla con ruedas y le fue ajustada la prótesis después.

El defensor militar de Bin Attash, el capitán de la Fuerza Aérea Michael Schwartz, recordó que su cliente estaba restringido por correas porque no quería asistir y aseguró que 'su comportamiento fuera del tribunal es reflejo de los problemas que tiene por el tratamiento en los campos de la prisión desde hace de 12 a 18 meses'.

Cheryl Borman, abogada civil de Bin Attash, que vestía una abaya (túnica negra que cubre cabeza y cuerpo) exigió que no se castigue a su representado por problemas de comportamiento previos que no pudo revelar debido a las normas, y recordó que el prisionero tiene cicatrices en sus brazos.

El yemení se levantó la camisa para enseñar sus marcas y el juez tuvo que llamarle al orden.

Las estrictas medidas de seguridad de la cárcel de Guantánamo, en la que aún quedan 169 presos, volvieron a ser tema de discusión para los miembros de la defensa que se quejan de los traumas que ha causado la reclusión en sus clientes.

La entrada de Sheij Mohamed al tribunal fue recibida con una luz roja en toda la sala y la supresión del sonido para la prensa invitada, que recibe audio de la sesión con 45 segundos de retraso para proteger información secreta.

Nevin, su abogado, llegó a pedir que todos los miembros de la acusación se identificaran, ya que 'considerando por lo que ha pasado el Sr. Mohamed la presencia de desconocidos y personas en la sombra le enerva'.

Así las cosas, el juicio propiamente dicho podría comenzar dentro de un año, en mayo de 2013 a falta de que se pulan los aspectos técnicos para juzgar a los responsables de los atentados más graves de la historia estadounidense.

Dibujo de Janet Hamlin, revisado por el Ejército estadounidense, que muestra a Jalid Sheij Mohamed, considerado el cerebro de los atentados del 11-S y a Walid bin Attash, exguardaespaldas del fallecid
Foto: