Log In


Reset Password
SAN JUAN WEATHER
Mundo

Política de Trump interfiere con necesidades ambientales de Islas Vírgenes

Cuando se llega a St. John por agua, parecería a primera vista que los huracanes Irma y María no afectaron a las Islas Vírgenes estadounidenses. Los árboles que cubren sus empinadas colinas -- que fueron desnudadas por los fuertes vientos -- son verdes nuevamente, y sus aguas azul turquesa.

Sin embargo, a medida que el ferry se acerca a Cruz Bay, se ven varios de los edificios del puerto todavía destruidos a más de siete meses de los huracanes. Aún hay puertas y ventanas con sus tormenteras, paredes desaparecidas y techos al descubierto.

Dos terceras partes de St. John -- que tiene unos 4,000 residentes, en comparación a los casi 50,000 de sus islas hermanas St. Thomas y Santa Cruz -- son tierras protegidas como parte del Parque Nacional de Islas Vírgenes. Como resultado, la isla, que ni tan siquiera cuenta con un aeropuerto, tiene más barreras naturales que sus vecinos, tales como corales, manglares y costas cubiertas de vegetación, para protegerse contra los eventos climáticos extremos.

Pero en realidad, St. John tambien sufrió daños sin precedentes a causa de los dos huracanes del pasado mes de septiembre y los científicos, ambientalistas y otros residentes creen que esas barreras naturales están en riesgo por los efectos del cambio climático. El 2005 fue un año particularmente caliente y precipitó una marcada muerte de corales, eliminando el 50% de la cubierta de arrecife que hubiera ayudado a proteger la isla. Los huracanes recientes volvieron a eliminar gran parte de lo que ya había crecido desde entonces.

A la ecuación se añade el creciente aumento en el nivel del mar, lo que se cree que empeoró las marejadas que trajo Irma.

'Donde vivo, en Sandy Shore, perdimos entre 20 a 30 pies de vegetación, de manera que nuestras costas desde Irma son más vulnerables hasta a pequeños aumentos en el nivel del mar', dijo Eleanor Gibney, una horticultora que creció en la isla y que recientemente habló del daño causado por los huracanes en el entorno terrestre. 'Luego tuvimos una tormenta procedente del norte a principios de marzo, y debido a que ya no había una barrera allí, eliminó mucha de la vegetación que sobrevivió a Irma'.

Aunque la presión de estos eventos es grande y evidente, el territorio está quedando rezagado ante sus vecinos caribeños en lo que respecta a la preparación para el cambio climático.

Aunque St. John está protegido por aire ya que no tiene aeropuerto, y parece estar de pie, la vida todavía no se ha normalizado para algunos de sus residentes.

A diferencia de muchas otras islas de la región, las Islas Vírgenes de Estados Unidos (USVI, por sus siglas en ingles) no han producido una estrategia o política pública de adaptación. Aunque la administración del gobernador Kenneth Mapp promete una pronto, el esfuerzo quedaría relegado bajo el mandato de un presidente de Estados Unidos que pone en duda el consenso entre científicos sobre los patrones de cambios climáticos causados por el ser humano.

'En estos momentos, la mayor amenaza en cuanto a cambio climático es que el gobierno de Estados Unidos no hará nada al respecto y que un grupo grande de científicos que trabajan para el gobierno federal no trabajarán en un asunto tan importante', dijo Joe Kessler, quien preside Amigos del Parque Nacional de Islas Vírgenes, una organización sin fines de lucro con base en St. John.

La situación -- la cual Kessler cataloga como problemática por la cantidad de terreno en St. John que es un parque nacional -- contrasta marcadamente con el liderazgo que ejerció el ex presidente Barack Obama en el tema, manifestó.

Puede ver el resto de la historia aquí

St. John (Suministrada | Centro de Periodismo Investigativo).
Foto: