Nominado de Trump al Supremo habla de las acusaciones de acoso sexual
Brett Kavanaugh, el nominado del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para convertirse en juez del Tribunal Supremo, rechazó hoy las acusaciones de que haya cometido acoso sexual hace años.
'Niego categórica e inequívocamente esta acusación. No lo hice durante el instituto ni en ningún momento', aseguró Kavanaugh en un comunicado de la Casa Blanca, citado por medios de comunicación estadounidenses.
Ayer, el diario The New York Times informó de que los demócratas habían enviado datos sobre un presunto caso de acoso sexual por parte de Kavanaugh al Buró Federal de Investigaciones (FBI).
Los progresistas en el Comite Judicial del Senado recibieron una carta cuya autoría ni contenido fueron revelados, pero que consideraron suficientemente importante para ponerla a disposición de los investigadores federales.
La misiva recogía una acusación de acoso sexual por parte de una mujer que aseguraba haber sido atacada por Kavanaugh mientras ambos se encontraban en el instituto.
Según la revista 'The New Yorker', la carta relata cómo durante una fiesta Kavanaugh, que había bebido, trató de retener a la mujer y propasarse con ella.
Entonces, una compañera del ahora magistrado subió el volumen de la música para silenciar las protestas de la víctima, cuya boca fue presuntamente tapada por Kavanaugh hasta que ella pudo librarse, de acuerdo a la versión de la texto que cita esa publicación.
Kavanaugh fue nominado por Trump el pasado 9 de julio para sustituir una vacante en el alto tribunal, conformado por nueve jueces con puesto vitalicio, que son elegidos por el presidente y confirmados por el Senado.
El próximo 20 de septiembre, el Comite Judicial de la Cámara Alta votará si recomendar o no a Kavanaugh al resto de senadores, que serán quienes decidan en última instancia la idoneidad de la candidatura.
Su nominación ha generado preocupación en la oposición por la posibilidad de que abogue para menoscabar derechos como el aborto y por su entendimiento del poder presidencial, en un contexto en el que la fiscalía especial de la trama rusa investiga la supuesta coordinación entre la campaña de Trump y el Kremlin y presuntos intentos de obstrucción a la justicia.