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Opiniones

Al nuevo intento inmovilista dile no

El licenciado Luis Berríos Amadeo argumenta que la propuesta por dos congresistas demócratas para convocar una asamblea constitucional de estatus ignora consultas previas en las cuales los puertorriqueños han expresado su voluntad en las urnas.

Lcdo. Luis Berríos Amadeo.
Foto: Archivo/Juan R. Costa

Las congresistas federales Nydia Velázquez y Alexandria Ocasio-Cortez han radicado un proyecto de ley en la Cámara Federal titulado “Puerto Rico Self-Determination Act of 2020” bajo el número H.R.8113, en español: “Ley para la Auto-Determinación de Puerto Rico del año 2020”.

La señora Velázquez es natural de Yabucoa, Puerto Rico, compueblana de mi padre, que en la década de los años ochenta decidió reubicarse en la ciudad de Nueva York. Allí, disfrutando de todos sus derechos y obligaciones que le concede su ciudadanía americana por haber nacido en Puerto Rico, a diferencia de los que aquí hemos decidido permanecer, se postuló para un escaño en la Cámara Federal. En las elecciones del año 1992 resultó electa como representante del entonces distrito número 12 en la ciudad de Nueva York. Desde esa fecha ha sido reelecta en su distrito con una participación del electorado que no excede el 25% de los inscritos. Históricamente la señora Velázquez ha asumido posturas en contra de la igualdad de los ciudadanos americanos que residimos en la isla y ha favorecido la condición colonial y territorial que aquí sufrimos.

Por otro lado, la congresista Ocasio-Cortez es una joven de ascendencia puertorriqueña nacida y criada en la ciudad de Nueva York, que sorprendentemente resultó electa en las elecciones de medio término del año 2018, en el distrito número 14 que cubre parte de los condados de Bronx y Queens. La representante Ocasio-Cortez ha adquirido mucha prominencia en la política nacional y dentro de su Partido Demócrata, por sus posturas progresistas y sus posiciones a favor de los derechos humanos y la igualdad para las minorías.

Tal como surge de la medida radicada por las congresistas, el fin de la misma es tratar de habilitar un proceso para la alegada “auto-determinación” de los ciudadanos de los Estados Unidos de América que residimos en Puerto Rico para supuestamente resolver el problema centenario que es el indigno estatus colonial que padecemos. Las autoras del proyecto de ley, al parecer muy acomodaticiamente, ignoran tres procesos mucho más democráticos que el que ellas proponen. Esos procesos son los dos plebiscitos celebrados en la isla en el 2012 y en 2017, y el que se celebrará el próximo 3 de noviembre. En los primeros dos, el pueblo de Puerto Rico mediante el voto directo, libre, democrático y sin intervención de comités, convenciones y cualquier otro tipo de “cuarto obscuro” votaron mayoritariamente a favor de la igualdad/estadidad y en contra de la condición colonial. En el año 2012 el 54% de los votantes rechazaron el estatus territorial y el 61% seleccionaron la estadidad como la solución final. En dicha elección participaron sobre el 78% de los electores inscritos para votar. En la consulta del año 2017, el 97% de los electores que participaron escogieron la estadidad sobre las otras alternativas de independencia y el estatus territorial. La participación de electores en esa consulta fue igual o más alta que en las múltiples elecciones donde ha sido electa la señora Velázquez desde el año 1992.

En el proceso a efectuarse el 3 de noviembre próximo, el pueblo de Puerto Rico nuevamente tendrá la oportunidad de seleccionar su preferencia para la solución final de nuestro problema colonial, con su voto directo, libre y sin ningún tipo de filtro anti-democrático.

No debe sorprenderle a nadie que la señora Velázquez haya radicado este embeleco colonial y anti-democrático por lo que antes mencione, sus consistentes posturas inmovilistas y a favor del estatus territorial y colonial que históricamente ha defendido consistentemente, negándole a los residentes de la isla los derechos y beneficios que ella disfruta en Nueva York. Tampoco debiera ser motivo de sorpresa para nadie que una razón adicional sería complacer a sus aliados inmovilistas y soberanistas en Puerto Rico, tales como Charlie Delgado, Aníbal Acevedo Vilá y la derrotada Carmen Yulín Cruz Soto.

Por el contrario, debe ser motivo de sorpresa para muchos que la congresista Ocasio-Cortez prestara su firma y apoyo a esta medida por sus posiciones progresistas de avanzada y en favor de los derechos civiles y la igualdad para todos los ciudadanos. En especial para aquellos que se le privan sus derechos fundamentales, como los que ella disfruta en el estado de Nueva York. A ella le consta que su familia que vive en Puerto Rico no goza de los mismos derechos que ella, por lo que su juventud y entusiasmo la deben mover a luchar para que los que aquí permanecemos logren la igualdad y nos equiparemos a ella, por conducto de la estadidad. Con el H.R.8113 lo único que se logrará es perpetuar el inmovilismo.

Un somero repaso de las disposiciones de esa medida nos lleva a concluir inequívocamente que está diseñada para que nada ocurra. Crea unos enredados, complicados y burocráticos organismos en Washington y Puerto Rico que a lo único que conducirán es al gasto innecesario de fondos públicos y que con suerte durarán más de una década y nada pasará. Obviamente, si nada pasa, la señora Velázquez y sus aliados ganan.

En otra columna señalé que los líderes del inmovilismo no habían aprendido nada del gran ejemplo de las enseñanzas del fallecido congresista John Lewis. Hoy reitero que la señora Velázquez se ha negado a emular a su colega demócrata de muchos años en el apoyo que aquel le dio a las aspiraciones de los puertorriqueños de alcanzar la igualdad que solo se logra con la estadidad. A la congresista Ocasio-Cortez respetuosamente la exhorto a reconsiderar su postura y luchar como lo ha hecho en toda su corta carrera, por los derechos civiles de sus conciudadanos y ahora por los que vivimos en la isla logren la igualdad.

El 3 de noviembre próximo el proceso de ponerle fin a la indigna situación colonial que padecemos continuará sin la necesidad de nuevos embelecos anti-democráticos e inmovilistas impuestos por aquellos que nos niegan los derechos que ellos disfrutan desde sus distritos congresionales en los estados y cómodas oficinas en la capital federal.

Dile NO al H.R.8113 y vota SI masivamente a favor de la estadidad el 3 de noviembre.

El autor es abogado y miembro de la Comisión de Igualdad para Puerto Rico.