Log In


Reset Password
SAN JUAN WEATHER
Opiniones

El diálogo como estrategia de cambio

Columna de la Dra. Mayra Olavarría Cruz, presidenta interina de la Universidad de Puerto Rico.

Mi reflexión debe iniciar definiendo la palabra diálogo, la cual significa o implica dos o más individuos que exponen sus ideas o afectos de modo alternativo para intercambiar posturas. Un diálogo es también una discusión o contacto que surge con el propósito de lograr un acuerdo.

En una comunidad como la de la Universidad de Puerto Rico que es diversa, compleja, y extensa se hace obligatorio sostener y mantener diálogos para lograr acuerdos, cambios y progreso en la agenda universitaria. El diálogo requiere empatía, comprensión, respeto a las diferencias y paciencia para escuchar de manera tal que podamos comprender en lugar de juzgar. El diálogo implica que seamos escuchas de lo que el otro u otra tiene que decir a pesar de que no pensemos igual. El verbo implica movimiento, cambio, implica conciliación.

A través del diálogo que iniciamos con la comunidad universitaria buscamos conciliación y cambio, procuramos lograr un punto donde todos y todas converjamos. El diálogo se estableció como una herramienta valiosa para el quehacer cotidiano de la Universidad reconociendo que la diversidad implica riqueza, grandeza y crecimiento. Ese crecimiento nos hace mejores seres humanos, nos hace mejores universitarios y mejora la convivencia.

La empatía que implica dialogar con los que piensan diferente a nosotros nos hace crecer, nos hace entender, nos hace buscar en nuestro fuero interno las cualidades que nos humanizan. La bondad, el amor la generosidad son cualidades que nos habitan y cuando tenemos la valentía de sentarnos a dialogar, de intentar entender al otro esas cualidades se muestran en todo su esplendor.

Acercarse en el momento difícil de los paros y manifestaciones a nuestra comunidad universitaria nos hizo ver el miedo, el coraje, la preocupación de nuestros estudiantes con el futuro y el presente. Futuro y presente que ellos observan con pesadumbre y entendiendo que no les ha tocado vivir en un momento fácil. Ellos entienden que es su responsabilidad mejorar nuestro país y nos toca a nosotros unirnos a ellos y nivelar o aligerar el peso que están cargando.

Del mismo modo nos toca a nosotros ayudarles y acompañarlos en el proceso de construir un mundo mejor, mucho más que enseñar materias como inglés y español entre otras, nos toca ayudarles y promover el pensamiento crítico, el diálogo constructivo, el diálogo que abre puertas, que nos acerca y que busca unir las coincidencias y reducir las diferencias. Las diferencias pueden ser conciliadas y con ello lograr entendimientos y movimiento.

Mi aspiración en todo momento ha sido abrir la puerta al diálogo, ese que construye, ese que tiende puentes, ese que hace olvidar las diferencias y aumentar las coincidencias. El diálogo que no pretende violentar al otro, que no pretende imponer al otro, pero sí busca entendimiento y conciliación.

El diálogo es un proceso lento pero efectivo. Las personas que se involucran en el proceso provienen de diferentes escenarios laborales, económicos, sociales, religiosos y culturales entre otros, pero buscan un fin común. Ese fin común en el caso de la Universidad es seguir ofreciendo una educación de excelencia, un espacio de crecimiento, de apertura de intercambio de ideas y promoción de la creación académica. Es en pos del bienestar de nuestra noble institución que tomamos el diálogo franco y sincero para ir entendiendo y mejorando nuestras fallas o errores y unir nuestras coincidencias por el bien común.

Abrazar el diálogo como la herramienta principal en la resolución de problemas y diferencias de pensamiento fue una gran y acertada decisión. Los que conformaron las mesas de diálogo son ejemplo vivo de qué la voluntad y la puesta en escena de nuestras mejores cualidades pueden lograr zanjar diferencias y alzarse al final del camino con acuerdos buenos para todos. Esto a pesar de los momentos tensos, difíciles y en los cuales se pensó que no se vería la luz al final del camino. Esta estrategia seguirá guiando mi proceso en el trabajo de dirigir la más noble y excelsa institución de educación de Puerto Rico.

El Alma Mater se seguirá construyendo desde el diálogo y la comunicación contando con todas las nobles cualidades que nos distinguen como universitarios.