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La salud mental

NotiCel abre un espacio para las propuestas novedosas y arrojadas en lo social, económico y político, de forma que se pueda superar la crisis construyendo un nuevo país. Participan la senadora del Partido Popular Democrático por el distrito de Mayagüez-Aguadilla, Mari Tere González (@mtsenadora), y la candidata a la Comisaría Residente por el Partido Nuevo Progresista, Zoe Laboy (@zoelaboy).

La salud mental como prioridad

Por: Mari Tere González (@mtsenadora)

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la salud mental 'como un estado de bienestar en el cual el individuo es consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones normales de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera y es capaz de hacer una contribución a su comunidad.' Partiendo de esta definición, se hace patente la importancia de que el Estado propicie que los puertorriqueños(as) disfruten de una buena salud mental para construir una sociedad con calidad de vida, estabilidad emocional, combatiendo así los males sociales que nos aquejan y que día tras día se agudizan. Es política pública consignada en nuestra Ley de Salud Mental que el Gobierno tiene un interés apremiante de 'velar por la salud mental de nuestro Pueblo…'

La génesis de muchos, por no decir de todos, nuestros problemas sociales recaen en la falta de una buena salud mental, lo que repercute, a su vez, en una alta incidencia de violencia de género, el suicidio, la pedofilia, la corrupción, el abuso de sustancias controladas y la alta incidencia criminal, que diariamente son reseñados en los medios de comunicación y donde se bombardea la psiquis colectiva. Esto pone de relieve la aguda crisis de salud mental que vive el País, que requiere darle paso a acciones urgentes que contemplen medidas proactivas y donde adoptemos un concepto integral que atienda de forma simultánea las particularidades médicas, psicológicas y sociales de nuestra gente, especialmente de la población infantil afectada con algún diagnóstico.

Investigaciones empíricas estiman que en Puerto Rico más de la mitad de la población tiene alguna situación que afecta su salud mental. Un informe de la Administración de Servicios de Salud Mental y Contra la Adicción (ASSMCA) del 2011 señala que existen más de 770 mil personas que padecen de trastornos de salud mental en grados de moderados a severos. Me permito significar que preocupante es el hecho de que casi el 49% de los pacientes atendidos a través de los distintos niveles de cuidado padecen o han padecido Trastornos de Inicio en la infancia, niñez o la adolescencia.

Este grave panorama está afectando el desarrollo y la formación equilibrada de nuestra juventud, conforme al Censo 2010 más de medio millón de menores entre 9 y 17 años en Puerto Rico sufren de algún tipo de desorden mental. Esta crítica situación más allá de alarmarnos, conlleva el que manejemos una inversión en el área de la salud mental de nuestros niños/as y jóvenes para asegurar su bienestar.

La incertidumbre en torno a la disponibilidad de los servicios y los recursos médicos para brindar tratamiento a esta población me llevó a radicar la Resolución del Senado 984, que busca realizar una investigación exhaustiva que nos permita conocer el estado actual de los mismos en aras de presentar soluciones y darle continuidad a los tratamientos.

Cabe significar que desde el 1992 se han invertido más de 2 mil millones de dólares en servicios de salud mental y en la actualidad no existe evidencia de que la privatizadora APS Healthcare haya mejorado los servicios a los pacientes.

Este asunto que nos problematiza requiere que pongamos en marcha un Programa Nacional de Salud Mental enfocado en la prevención, el tratamiento y el cuidado que fortalezca los servicios comunitarios. Un ejemplo eficaz de este enfoque es el modelo Cubano, al igual que el de Noruega, ambos concentrados en la atención comunitaria con énfasis en la prevención y la promoción de salud, sin dejar de atender la rehabilitación.

Es hora de que el Estado revise e implemente modelos exitosos que nos lleven por una ruta para atender esta situación con programas holísticos que involucren a distintos sectores del campo de la salud, la academia y la comunidad.

La salud mental es una prioridad, ya que en la medida que aportemos a tener un país con personas mentalmente saludable estaremos nutriendo a la semilla que germinará al puertorriqueño(a) capaz de contribuir a un Puerto Rico productivo, en donde se respire un clima de concordia, paz y sana convivencia.

La salud mental y la colonia

Por: Zoé Laboy (@zoelaboy)

En Puerto Rico se estima que cerca de 50% de nuestra población sufrirá en algún momento de su vida alguna condición de salud mental. De acuerdo a miembros de la facultad de la Universidad Carlos Albizu, los problemas que más atados están a la salud mental en Puerto Rico son la deserción escolar, el uso de sustancias controladas y la violencia. Todos son factores de nuestro diario vivir y que están intrínsecamente atados a calidad de vida. En Puerto Rico, todos estos elementos se encuentran muy presentes en nuestra realidad.

La deserción escolar en Puerto Rico es alarmante y sigue subiendo. Actualmente, 1 de cada 2 muchach@s no se gradúa de escuela superior en la Isla. Ese número palidece en comparación con el promedio nacional de un 20%. Aparte de las dificultades que ello representa para nuestro sector laboral y nuestra productividad como pueblo, no cabe duda que el que no trabaja y no se siente productiv@ está más propens@ a caer en una depresión. No es menos cierto que bajo el estatus actual, nuestr@s niñ@s reciben muchos menos fondos en programas educativos, tales como Head Start, educación especial y programas 'after school'. Como pueblo tenemos que procurar que nuestro sistema educativo sea uno digno para lograr que nuestra gente sea competitiva. Pero más aún, tenemos que procurar la dignidad educativa de nuestros chicos y chicas por su salud y para que sean personas de bien.

De igual modo, sabemos que si fuésemos estado recibiríamos un trato digno en la lucha contra el trasiego de drogas ilegales. Los recursos que recibimos para combatir el tráfico de drogas en la Isla no son proporcional con la cantidad de droga que entra a la Isla particularmente cuando lo comparamos con los estados fronterizos del suroeste de los Estados Unidos.

Tod@s sabemos que la violencia no tiene justificación alguna. Sin embargo, su razón se encuentra en varias raíces, entre ellas, la falta de valores y la presión que conlleva una calidad de vida económica y social deprimida. Indudablemente, la igualdad que conlleva un cambio en el sistema político actual y la mejoría en nuestra calidad de vida ayudará a aliviar la situación de salud mental.

Esta crisis seguramente se agudizará como resultado de los recortes que ha anunciado CMS en programas de asistencia de salud, tales como Medicare y Medicaid. Todo el liderato político en Puerto Rico reconoce que existe una gran desigualdad en el trato que recibimos para atender a nuestra población con problemas de salud. Es ahora que como Pueblo nos tenemos que unir para luchar por la Igualdad, la cual impacta todas las dimensiones de nuestra calidad de vida.