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Tribunales

Cómo se vive el drama de Áurea Vázquez desde el interior del tribunal

Siete hombres y 5 mujeres decidirán su futuro.

La saga de Áurea Vázquez Rijos tiene a los puertorriqueños en vilo. Todos buscan conocer su historia. Por eso, desde que se anunció que quiso ofrecer su versión de aquella fatídica noche de 2005, en la que su esposo canadiense Adam Anhang fue asesinado en una calle del Viejo San Juan, la sala está llena a capacidad.

Ya han pasado 16 días desde que comenzó el juicio en su fondo y se han escuchado todo tipo de historias. En sala, y fuera de ella. Cada mañana, Áurea llega impecable, vestida de chaqueta, con su cabello rubio, largo y alisado, y unas cómodas 'flats'. Desde el interior de un salón al fondo de la sala se escucha el ruido de las cadenas, luego se abre la puerta, y la acusada sale, libre de esposas. Cruza la sala, se sienta al lado de su abogada y un nuevo capítulo comienza.

Su destino está en manos de siete hombres y cinco mujeres. Ellos, el jurado, han tenido una intensa jornada. Y cada uno de ellos ya parece tener su tecnica para evaluar los testimonios. La mayor parte de los hombres parece estar inmerso en un partido de tenis, pues sus cabezas se mueven al ritmo de la pregunta y respuesta. Sin embargo, la mayor parte de las mujeres, está pendiente a sus libretas, como si corroboraran palabra por palabra cada versión.

Mientras esto ocurre, en sala parece ser cada vez más difícil que se haga silencio. Está llena de fiscales y empleados que se toman un tiempo para ver el juicio. Y durante el testimonio de Áurea, ríen de sus respuestas.

Y es que la mujer parece ya haber sido enjuiciada por quienes siguen este caso y no aceptan un 'no recuerdo' por respuesta.

El proceso judicial contra Vázquez Rijos, acusada del asesinato por encargo de su esposo y comerciante canadiense, Adam Anhang, inició el 21 de agosto pasado con una maratónica sesión de selección de jurado en el Tribunal Federal de Hato Rey.

Pero fue el día 14 de juicio cuando la acusada levantó su mano derecha para indicar que juraba decir la verdad y nada más que la verdad y responder preguntas tanto de sus acusadores como de su defensa. Con ese acto, dió otro giro de tuerca más a su historia llena de actos inusitados.

En los dos días de testimonio, la acusada ha negado insistentemente su participación en el asesinato de su marido y ha intentado desmentir a todos los testigos que ha presentado la fiscalía, hasta ahora.

En momentos en que la defensa ya culminó con sus testimonios y la fiscalía traerá a la mesa su última carta, la pregunta es si el jurado ya la considera la autora intelectual que el gobierno ha pintado con su evidencia o si todavía albergan duda.

El juicio contra Áurea Vázquez se desarrolla en el Tribunal Federal del Viejo San Juan. (Archivo / NotiCel)

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