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Tribunales

Testifica el excuñado de Áurea Vázquez

Defensa de Áurea pierde un nuevo testigo

Jose Ferrer Sosa, uno de los acusados de conspiración en el asesinato por encargo del canadiense Adam Anhang, se sentó en la silla de los testigos durante el decimotercer día de juicio para dejar claro que no tuvo ninguna participación en la muerte del empresario con quien, sostuvo, tenía una gran relación.

'¿Que participación, si alguna tuvo usted en el asesinato de Adam Anhang?', preguntó el licenciado Ovidio Zayas.

'¡Ninguna!', respondió el acusado.

Tambien llamó al asesino confeso Alex 'El Loco' Pabón 'embustero' al decir que había estado presente en la reunión para planificar el asesinato en 'El Hamburger' y decir que se habían comunicado la noche de los hechos.

Como parte de su testimonio, Ferrer Sosa tambien reveló que le había prestado a Carmen, madre de Áurea Vázquez Rijos, la cantidad de $15,000 que había obtenido de una herencia de su abuelo, y que los constantes correos que envió a Marcia en donde hablaba de 'donativos' era cobrando el dinero de vuelta.

Habría sido Carmen, además, quien habría solicitado buscar la guagua Porshe Cayenne al día siguiente de la muerte de Anhang, y el auto BMW al estacionamiento de La Cochera, en el Viejo San Juan.

Tras una mañana intensa, en la que la defensa de la viuda no tuvo exito en traer a la silla de los testigos a un perito en computación forense, Zayas, representante legal de Ferrer Sosa anunció que su cliente estaba dispuesto a dar testimonio. Tras el juez federal Daniel Domínguez advertirle que estaba en todo su derecho de no hacerlo, Ferrer Sosa insistió y contestó a las preguntas de su abogado.

Comenzó contando que le decía 'el jefe' a Anhang por ser el dueño de Pink Skirt y detalló que comenzaba su trabajo a diario a las 7:00 de la mañana preparando el menú del restaurante en compañía de Carmen Rijos.

Luego, imprimía varias copias del menú y salía a la calle a repartirlo y tomar órdenes. Además, contó que acostumbrara cocinarle a Anhang y que el canadiense era fanático de cómo preparaba las tilapias. Según el acusado, su turno en el restaurante del Viejo San Juan se extendía hasta las 4:30 de la tarde, hora en que se iba a comprar marihuana y luego se retiraba a su hogar.El día de los hechos

El 22 de septiembre de 2005, día en que ocurrió la muerte, Ferrer Sosa dijo que tuvo un día fuera de lo normal, ya que el negocio estaba cerrado de día, porque septiembre es temporada muerta. Relató que llegó al Pink Skirt más tarde de lo normal, para dejar las cosas de la barra lista porque por las noches seguía operando como de costumbre. Terminó a las 6:30 de la tarde y no pudo ir a comprar marihuana en La Perla porque habían agentes estatales, así que se dirigió a Monacillos en Guaynabo, adquirió la marihuana y se fue a la casa de Yardi's Place, en Ocean Park. Dijo que llegó a las 7:00 de la noche.

A su llegada a la residencia se encontró con Marcia, quien era su novia en ese momento, y más tarde recibió la llamada de Charbel, hermano de Áurea y Marcia, quien le pidió prestado su auto. Contó que el y Marcia se acostaron a dormir, hasta que recibieron una llamada a la 1:00 de la madrugada, proveniente del CDT de Santurce, que fue respondida por Marcia.

'Nos dieron una descripción de que mataron Adam y que habían acuchillado a Áurea en la cabeza', dijo.

Así que, relató, llamaron a Charbel y le pidieron que los recogiera. Los tres llegaron hasta el CDT. Ferrer Sosa dijo que no se quedaron mucho tiempo en el hospital porque quisieron asegurarse de que todo marchara bien en el negocio, así que fueron al Viejo San Juan y cerraron Pink Skirt a eso de las 5:30 de la mañana.

Ferrer Sosa dijo que Carmen los llamó y a raíz de esa llamada, fueron a buscar el auto Porshe Cayenne en el hotel Regency, en donde fue confrontado por Roberto Cacho y entrevistado por el agente Jose Miranda.

Luego, el agente lo montó en su vehículo, condujo hasta Río Piedras y le pidió que le mostrara dónde vivía Áurea. Despues, dijo, lo paseó por el barrio Buen Consejo, en Río Piedras, y le preguntó si conocía a alguien allí.

Tras la intervención con el Policía, dijo que se fue a la residencia de Yardi's Place nuevamente, en donde se encontró con Carmen, la madre de Áurea. Despues de conversar con ella, fueron a recoger el BMW que guiaba Adam al estacionamiento La Cochera, dijo. El auto fue dejado en Yardi's Place. Algo más pasó en el 2005

Pero el año 2005 marcó a Ferrer Sosa de otra manera. El hombre contó que tras el fallecimiento de su abuelo, recibió una herencia de $20,000 que fueron depositados en una cuenta de ahorro en el banco.

Tiempo despues, en el año 2006, Carmen Rijos, la mamá de Áurea y Marcia, le pidió $15,000 prestados y se comprometió a devolverlos a razón de $500 por mes. Solo un pago le fue entregado.

Con esta revelación, el licenciado Zayas regresó a la evidencia mostrada por la fiscalía y la serie de correos electrónicos enviados por Ferrer Sosa a Marcia en los que hablaba de donativos.

'Marcia, mira, oye, nunca me llamaste. Se que tienes otras cosas más importantes en las que pensar, que pensar en Jose. Oye, cuando hablamos olvide decirte cuando colgamos que yo tambien te amo. Tambien quería decirte que me dijiste que tenías algo para mí. Por eso quería decirte que estoy recolectando donativos en cash y dólares para ayudar a la causa del joven adulto Jose Ferrer, que está necesitado de todo. Y agradecerte lo que me puedas ayudar en esto. Dile a Áurea que si quiere ayudar con lo que pueda te lo puede dar y tú traerlos', dice parte de un correo que fue enviado desde el correo electrónico de su mamá, porque en ese momento no contaba con uno.

Ferrer Sosa dijo que prestó el dinero en el año 2006 y ya era el 2010, y solo había recibido $500. Sin embargo, no quería sonar rudo al momento de pedir el dinero de vuelta.

'Le tenía aprecio a la familia, no quería pedir los chavos así. Yo les di los chavos porque ellos estaban mal, y lo vi como, yo les doy a ellos para que estuvieran bien y así se los pedí. No como dame chavos, dame chavos… y se los pedía como una donación', dijo en corte.

Mañana corresponde a la fiscalía interrograr a Ferrer Sosa.

No se permitió la participación de un 'perito'.

Un intenso debate arropó esta mañana la sala del juez federal Daniel Domínguez, en el juicio despues de que la defensa de la viuda intentara calificar a un perito en computación. Por más de dos horas hubo un fuerte intercambio entre las partes, hasta que finalmente el juez no lo permitió como testigo.

La decisión del juez se basó en dos de las respuestas que el testigo Brandon Manzo ofreció a la corte relacionadas a unos documentos que se encontraban en la computadora de Adam Anhang. En una de ellas, el testigo aceptó que había 'miles de documentos de negocios', que el juez manifestó no estaban relacionados al caso. A ello se sumó que Manzo dijo que en cuatro documentos de la computadora que estaban bajo los nombres de 'Áurea Prenup', 'Aurea Proposal', 'Aurea Personal Guarantees' y 'Charbel Guarantee', tendría que especular, ya que no pudo accederlos.

'El testigo no puede testificar por las razones expuestas anteriormente', dijo finalmente el juez.

Desde temprano en la mañana, la abogada defensora Lydia Lizarríbal advirtió al juez que contaba con dos expertos como testigos de defensa, despues de que, presuntamente, un 'testigo de hecho' que había anunciado, no apareciera durante el fin de semana. Despues de que la fiscalía, compuesta por Jose Ruiz y Jennifer Hernández Vega, dejaran saber su oposición, el juez Domínguez recibió a Manzo, sin la presencia del jurado, para evaluarlo.

El testigo inició ofreciendo un resumen de su experiencia como forense de computación, sin embargo aceptó ante el juez que no había completado un grado universitario. Despues de mostrar diversas calificaciones y experiencias que tenía relacionadas al tema, siguió la controversia.

'El campo como examinador forense es muy grande. Él no ha mostrado evidencia que sustente que puede ser aceptado como un experto… El problema es que no tiene un título', dijo el juez.

A insistencias de la abogada, que presentó un listado de alrededor de 13 entrenamientos en el campo recibidos por Manzo, el hombre regresó a la silla de testigos para escudriñar más, uno a uno, en los entrenamientos.

El testigo dijo que el Instituto de Ciencias Forenses le entregó alrededor de 11 discos que contenían unos archivos de computadora que estaban perdidos, pero que había tenido problemas para recuperar unos de ellos.

Dijo que en el documento había 'miles de archivos de negocios', algo que el juez destacó que no era parte de la evidencia.

Lizarríbal insistió en presentar al testigo ya que la computadora en cuestión fue la que se ocupó días despues de la muerte de Adam Anhang, en la oficina que compartía con Roberto Cacho, y asegura que muchos de los documentos fueron borrados. Trajo a la atención los cuatro documentos a los que no pudo acceder y que estaban bajo los nombres de 'Áurea Prenup', 'Aurea Proposal', 'Aurea Personal Guarantees' y 'Charbel Guarantee'.

'Esto es evidencia para defender a mi cliente y fue borrada despues de la muerte de Adam Anhang', dijo la abogada.

'Pero es especulativo', indicó el juez.

En el intercambio de preguntas con el fiscal Ruiz, el testigo aceptó que en el caso de los documentos a los que no pudo entrar, debía especular.

Tras un breve receso, el juez retornó a sala con el fallo.

El coacusado y excuñado de Áurea, José Ferrer Sosa. (Juan R. Costa / NotiCel)

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