Hay Charly García para rato
Charly García es un genio musical. Lo demostró sin lugar a dudas ante el público delirante que presenció a su banda, The Prostitution, en el Jackie Gleason Theater en Miami el sábado pasado. Veinticuatro temas después, ante una audiencia que ignoró sus asientos, estableció porque es probablemente el músico de Rock más influyente e importante de América Latina.
Descubrí a Charly hace pocos años. En aquel mundo pre-Internet de la década de 1980, el insularismo musical portorricensis no permitió que muchos en mi generación conociéramos la obra del hombre con bigote bicolor. Conocí del Rock en castellano al explotar el fenómeno de Maná. Antes de Maná, las bandas de Rock del patio componían en ingles, y el público pedía temas en ese idioma. Todavía se tocan en los pubs temas en inglés, pero ya entrelazados por temas como 'Dame lo que Quieras' de la Secta, 'Música Ligera' de Soda Stereo, o 'Lamento Boliviano' de los Enanitos Verdes (que las bandas odian tocar, pero que no falla en el último set).
Un viaje a la Argentina en 2006 me 'llenó la cabeza de Rock'. Apoyado por el cambio favorable en la moneda, llené una canasta de discos compactos de artistas como Luis Alberto Spinetta (recientemente fallecido), Andrés Calamaro y Fito Paez. Entre esos discos, conseguí una recopilación de éxitos de Charly, así como 'El Album' de Seru Giran, una de sus mejores bandas.
Pero la joya de la corona fue conseguir un CD y DVD del concierto Quilmes 2004, que incluyó el tema ‘Seminare' de Seru Giran. Charly define en esa presentación la esencia del Rock n Roll.
Llueve torrencialmente. Charly, evidentemente drogado, surge sin camisa, con esa figura flaca del rock star maldito. Ante la lluvia torrencial, advierte que 'si llueve y me mojo, no me enojo porque no encojo'. Toca el acorde de Do en su piano eléctrico, ensopado por la lluvia. Afirma que 'ésta es la fiesta', y se sube encima del piano a cantar unos versos a capella. Un público delirante se presta a cantar un tema grabado antes de que la mayoría de ellos naciera. Charly tira el micrófono al piso, y corre a un pequeño teclado a otro lado del escenario. Luego de cantar unos versos, corre a su estación de múltiples teclados. Brinda por el público con dos copitas de sabrá Dios que tipo de licor, y rompe las mismas. El gran final es la melodía que toca simultáneamente, y sin mirar, en dos teclados, con todo el abandono y el look de quien es la figura cimera del Rock en nuestro idioma.
Carlos Alberto García Moreno es un argentino que nació hace 61 años en el seno de una familia acomodada. Ya a los 12 años era profesor de música. Desde niño había desarrollado la habilidad de reconocer cualquier nota musical con solo escucharla, lo que se conoce en inglés como perfect pitch. Su entrenamiento en la música clásica chocó con la aparición de cuatro peludos de Liverpool. Tomó la guitarra eléctrica, y su entrenamiento musical asumió las influencias sesentosas de los Beatles, Stones, Dylan, Hendrix, entre otros. Conoce en la escuela superior a Nito Mestre, y juntos formaron una de las bandas clásicas del Rock argentino, Sui Generis.
Luego de romper Sui Generis, funda experimentos interesantes como PorSuiGieco, y la Máquina de Hacer Pájaros (en la onda del Rock progresivo, como Yes). Su última banda antes de comenzar a publicar en solitario es la hoy legendaria Seru Giran, a quienes muchos consideran los Beatles del Rock argentino. Su carrera en solitario, con bandas en las que curiosamente fungieron de tecladistas Fito Paez y Andrés Calamaro, ya tiene tres décadas. Cuenta a su haber con la publicación de más de treinta discos de larga duración.
Las últimas dos décadas no han sido generosas con Charly. Los excesos clisé de su profesión se tornaron peligrosos para su vida y salud mental. El abuso de drogas lo fue deteriorando, y García fue asumiendo una identidad de rock star decadente, aunque no tan elegantly wasted como Keith Richards. Los años de excesos han afectado considerablemente su voz; compare esa voz que cantaba en tonos altos en 'Eiti Leda', con el tono distorsionado y grave con el que interpretó ‘Rock n Roll Yo' en años recientes. En 2008, Charly tuvo que ser internado para rehabilitarse de sus adicciones. Recuperado, ha emprendido varias giras y presentaciones exitosas con The Prostitution.
El autoproclamado 'John Lennon del subdesarrollo' le llevó una selección representativa de toda su carrera al público que llenó las butacas del Jackie Gleason Theater. Aunque siempre se puede argumentar el famoso 'faltó X tema' (hubiera preferido incluyera ‘Nos Siguen Pegando Abajo' luego de la falsa salida), lo cierto es que el escogido fue muy adecuado. A la instrumentación tradicional del Rock (batería, bajo, dos guitarras eléctricas, teclados, percusión y el piano del Maestro), se le unió un bandoneón y un trío de cuerdas. En muchos de los temas, el sonido no logró se distinguieran las aportaciones de la sección de cuerdas, lo que sí pudo ocurrir en temas más suaves.
La voz de Charly, aunque deteriorada y a veces frágil, sonó afinada en todo momento. La corista Rosario Ortega logró reforzar con buenos arreglos de voces al líder de The Prostitution. Por su parte, los músicos de la banda, que llevan varios años tocando juntos, sonaron sólidos y sumamente acoplados; particularmente destacándose la guitarra eléctrica Gibson 335 que estrenó esa noche Carlos Alberto 'El Negro' García López, la cual compró esa tarde en la tienda de música en la que coincidimos por casualidad.
The Prostitution comenzó con el tema 'Fanky', encendiendo de inmediato el ánimo del público, que apenas se sentó durante el recital. Charly entro con su jacket militar, su bandita de Say No More en el brazo, una camisa negra y... leg-ins rojos. Mi padre tiene casi la misma edad de Charly, y gracias a Dios no se pone leg-ins rojos. Pero García es rock star, y no le aplican los criterios convencionales de la sociedad.
A 'Fanky' le siguió 'Rezo por Vos', dedicado a su gran amigo y conspirador el 'Flaco' Spinetta, fallecido en febrero. Charly y el 'Flaco' interpretaron ese tema en muchas ocasiones. Charly continuó repasando su canon de solista con temas como 'Cerca de la Revolución', 'Pasajera en Trance', en la que se destacó la sección de cuerdas, 'Asesíname', 'Yendo de la Cama al Livin', 'Demoliendo Hoteles', 'Los Dinosaurios', entre otros. Atendió la etapa de Sui Generis con 'Instituciones', y uno de sus temas más logrados y emotivos, 'Canción para mi Muerte'.
Los temas climáticos de la noche fueron sin lugar a dudas 'Llorando en el Espejo' y 'Eiti Leda', ambos de la etapa de Seru Giran. 'Llorando en el Espejo' combina la sensibilidad de la música clásica, con una letra poética perfumada en bohemia y Blues. El arreglo del tema comienza de manera delicada, y va in crescendo hasta el arreglo instrumental que lleva a su conclusión. Desde la delicadeza de las cuerdas, el arreglo lleva a la introducción de las guitarras eléctricas trazando la melodía, hasta el clímax fuerte y ensordecedor que enardeció al público.
'Eiti Leda' definitivamente es de los arreglos más logrados en la carrera de Charly. El tema, conocido en las postrimerías de Sui Generis como 'Nena', llega a su arreglo definitivo en las manos de Seru Giran. The Prostitution interpretó el tema con mucho cuidado, destacándose el bajista Carlos Gonzalez en la sección de los solos, trazando las líneas clásicas y melódicas que en su día le imprimió ese virtuoso del bajo que es Pedro Aznar. El tema, que cuenta con una de las letras más poéticas de Charly, terminó con el arreglo progresivo que enardeció a todos los presentes en el Jackie Gleason.
Ser testigo de la genialidad de Charly García es un oasis, en un mundo en el que sobran los cantantes de karaoke glorificados, las estrellas fugaces, y los 'raros peinados nuevos'. Hay Charly García para rato.