La ciudad como materia prima
Referencia mundial del arte urbano, el luso Alexandre Farto se inspira desde los 13 años en su materia prima favorita, la ciudad, marco donde construye un relato de rostros anónimos excavados en muros que se extienden desde Shangai a Mexico.
Hasta el 8 de septiembre, la exposición 'Diorama', en la galería Vera Cortés, devuelve a la ciudad que le vio crecer parte de este talento que se fraguó en las calles de Lisboa bajo el nombre de 'Vhils', su seudónimo grafitero.
Las piezas repasan el recorrido de su corta pero prolífica carrera entre cuatro paredes y en el exterior, con dos retratos a gran escala grabados sobre piedra.
La muestra revela la técnica de la que Farto es precursor y su inequívoca marca como artista, lo que él mismo denomina 'scratching the surface' (arañando la superficie).
El artista crea imágenes -pinta o esculpe, es difícil distinguir- a golpe de martillo y cincel, o incluso con explosivos, ácidos, sobre papel viejo, ladrillos, madera o metal.
Su lema es construir destruyendo. Rompe y rasca sobre los muros para desvelar la 'arqueología' de la ciudad a partir del contraste entre lo viejo y lo nuevo.
'Trabaja con capas que van descubriendo y componiendo simbólicamente una historia, la de la ciudad', explica en una entrevista con Efe, Vera Cortés, de la galería homónima y una de las descubridoras de este joven de 25 años.
El portugués se inició en el 'spray' como adolescente sobre paredes de la capital portuguesa, donde todavía se conservaban restos de los murales políticos que rememoraban la revolución democrática portuguesa de los años setenta.
Rasgó los cárteles publicitarios que ocultaban la propaganda política y descubrió que la descomposición animaba su creatividad y poco tardó en atreverse a excavar, capa a capa, máscara en ristre y montado en grúas.
Algunos comparan a Farto con Banksy -la gran leyenda británica del arte urbano y junto al que ha expuesto algunas obras-, pues igual que las de él, sus creaciones salen de las calles para entrar en galerías de autor.
Para Cortés, Farto 'es un artista y punto'. 'No distingo entre arte urbano y arte', insiste.
Dentro de un ámbito u otro, la fama del joven crece. Una cadena alemana prepara un documental sobre él; su fotografía fue portada del diario británico 'The Times'; se han publicado antologías sobre su obra; y sus contadas apariciones en Portugal crean un revuelo de periodistas a su alrededor.
Reside entre Portugal e Inglaterra, donde estudió Bellas Artes en la Universidad de Artes de Londres, pero su vida corre entre ciudades de todo el mundo.
La última gira le condujo a Shangai, donde trabajó para la galería 18Gallery en un barrio en proceso de demolición para mostrar los efectos colaterales del crecimiento económico chino: los rostros de los antiguos propietarios expulsados de las casas.
Pero el mapa de su obra se extiende a tres continentes y ciudades como Bogotá, Buenos Aires, Los Ángeles, Nueva York, París o México aunque gran parte de su obra aguarda escondida en las paredes de su ciudad de origen, Lisboa.