España…un país para comerse (Video y galería)
Cuando pensamos en España, pensamos en la Madre Patria, en quesos, vinos, aceite de oliva, aceitunas, jamón serrano... En, fin nuestra imaginación puede ver y saborear una infinidad de cosas ricas que vienen al teatro de la mente.
La variedad de sabores y tradiciones culinarias que ofrece este país europeo de norte a sur y de este a oeste, es infinita. Sin importar la región o ciudad que visites, Madrid, Andalucía, Barcelona, Navarra, San Sebastián, Bilbao, La Coruña, o Valencia, de seguro vas a comer bien.
Turísticamente España ofrece todo lo necesario para pasar unas excelentes vacaciones: ciudad, campo, playa, sierra, excelentes hoteles, buena música, espectáculos de primera, museos, monumentos, historia, tradición y mucho más. Además, permite hacer un recorrido turístico culinario para todo aquel que disfruta de la buena comida.
Visitando las grandes ciudades o pueblos más pequeños podrás descubrir y disfrutar entre vinos, tapas y cañas llevándote un pedacito del país en cada sorbo y bocado. No es necesario comer en finos restaurantes o aquellos premiados con la famosa estrella Michelin. En cualquier esquina o barrio, donde frecuenten los 'locales', disfrutarás de extraordinaria comida, buena bebida y excelentes precios.
Tradicionalmente de una a tres de la tarde se almuerza, y la mayoría de los restaurantes tienen ofertas que incluyen una entrada, plato principal, postre y café por una suma modesta. Se almuerza fuerte y se cena más liviano. En la tarde, luego del trabajo, se va de copas y tapas.
Los españoles son los reyes indiscutibles del tapeo. La variedad de estos platos livianos varía dependiendo de las regiones. Madrid tiene muchos barrios. Entre los más frecuentados con buena comida está el Barrio de Santa Ana; uno muy pintoresco de día y más aún de noche, donde encontrarás una diversidad de oferta culinaria para todos los gustos y bolsillos. Los restaurantes de la zona llevan nombres muy pintorescos, como Fatigas del Querer.
Dos visitas adicionales obligadas son Casa Labra y el Mercado de San Miguel. La primera, fundada en el 1860, fue el lugar donde se fundó el Partido Socialista Obrero Español. En este lugar se comen posiblemente las mejores croquetas de bacalao de la ciudad. Solo hay que ver la fila que la gente hace para deleitar este manjar. Con un vinito, la espera es rápida. Más abajo, pero en la misma zona de la Plaza del Sol y la Plaza Mayor, llegamos al Mercado de San Miguel. Esta estructura, que muchos siglos atrás fue una iglesia, a principios del siglo xx se convirtió en un mercado de víveres al aire libre. Conservando parte de su estructura original, en el 2009 abrió como un espacio gastronómico, donde se puede disfrutar de una amplia variedad de vinos, tapas y postres bajo un mismo techo.
Siguiendo para el sur de España, hacemos una breve parada en Córdoba y Granada, ciudades con mucho que ofrecer, a la vez que son simpáticas con el visitante. En Córdoba nos sentimos como en casa. Nos sorprendemos con su alegría y su salero. Una ciudad con mezcla de moros y cristianos, en la que podemos apreciar la impresionante Mezquita de Córdoba. Esta ciudad es famosa por sus platos refrescantes para combatir el intenso calor del verano. De allí, su pasión por las sopas frías como el gazpacho tradicional hecho con tomate y la sopa de ajo blanco.
Granada, majestuosa ciudad, se impone como guardián de La Alhambra. De la región de Andalucía, esta es la más generosa con el visitante. En la mayoría de los bares que ordenes un vino o una caña, te traen una tapa por la casa.
Desde el sur comenzamos a subir hacia el norte y llegamos a Pamplona, ciudad como mucho movimiento universitario. Planifica llegar un jueves, ya que el gobierno de Navarra ha decretado los jueves de pinchos o 'pintxo', como se dice en el idioma vasco, autóctono de la región. El pincho es un entremés o tapa que consiste de una rodaja de pan como base, con una diversidad de combinaciones de carnes, pescados, queso y vegetales. La oferta es variada dependiendo del bar. En general cobran 2 euros por una copa de vino y un 'pintxo'.
Para finalizar este recorrido, subimos más al norte hasta llegar a San Sebastián, un lugar hermoso por su entorno, su gente y, por supuesto, su comida. En esta simpática ciudad costera, todos los pinchos son parecidos a los encontrados en Pamplona, pero con una mayor oferta de frutos del mar. Esta ciudad es uno de los balnearios más populares del país durante el verano. Apacible durante el otoño y el invierno; invita a caminarla con calma y sin itinerario.
La diversidad gastronómica que ofrece este país al visitante es una excelente, que complace al más exigente paladar. Los colores, sabores y olores harán que la visita a este espacio en el continente europeo sea uno inolvidable. Seguramente, regresará de España diciendo que es….un país para comerse.