La larga carrera de Luis Pérez para ser un padre héroe (galería y vídeo)
Estaba empezando a ser papá cuando su abuelo paterno falleció. Durante el sepelio, una de sus tías despidió a su padre diciendo que su papá era su heroe. Esas palabras lo impactaron y se dijo: 'Cuando yo este en ese lugar (quiero que) mis hijas al despedirme hablen de mí de esa forma'.
Desde la adolescencia, mientras otros pensaban en tener solo una carrera, Luis pensaba en su futuro como profesional y además, en cómo 'ser un buen padre… el mejor papá posible'. Nunca imaginó que en un momento, sería padre y madre de sus hijas.
Y es que, para este propagandista médico, la madrugada del 22 de septiembre del 2012 cambió por completo su vida y también sus responsabilidades como padre. Su esposa sufrió una fractura en la columna vertebral tras ser atropellada mientras se ejercitaba junto a otros dos corredores frente al parque Luis Muñoz Rivera en San Juan. El conductor del auto se fue a la fuga.
A él le tocó decirles a sus hijas la delicada condición de salud de su madre. Dice que el proceso fue duro y muy difícil, pero el amor y las bendiciones que llegaron a consecuencia de esta experiencia han fortalecido a Luis Pérez como padre, como ser humano… en fin como el inseparable esposo de la corredora Mayra Elías.
'Lo que pasó con Mayra cambió todo. Todo! Como padre fue mi responsabilidad hablar con las niñas y decirle lo que estaba pasando. Fue difícil', relató a NotiCel.
Su hija pequeña, entonces de 15 años, dormía en su casa. Apenas hacía unas semanas la mayor se había establecido fuera de Puerto Rico para iniciar estudios universitarios.
'Ellas sirvieron mucho de apoyo para mí. La pequeña tomó un rol, no de víctima, sino de apoyarme a mí. Ella ha servido de enfermera, de terapista, de paño de lágrimas. Ella ha sido muy fuerte. Contrario a lo que se supone, ellas me han servido de bálsamo en muchas ocasiones'.
En un momento, admite temió verse solo con las niñas. Inmediatamente aclara que no por la responsabilidad de ejercer el rol como padre, más bien por el temor de perder a Mayra.
'Hacer de mamá y papá no se me hizo difícil porque desde que las nenas nacieron compartíamos todo. Siempre no ayudamos e intercambiamos roles, por lo que no se me hizo difícil. Difícil fue el que Mayra estuviera en el hospital y todas las cosas que van a pasar de ahora en adelante y los ajustes que habría que hacer. Velar que ellas estuvieran emocionalmente bien y que puedan mantener sus estudios. Eran detalles que sí me preocupaban mucho', narró.
Fue un proceso muy duro para toda la familia pero ayudó que hubo mucha comunicación con sus hijas. 'Estábamos para arriba y para abajo juntos siempre. Íbamos al hospital juntos, nos comunicamos constantemente, tanto con la grande por teléfono como con la pequeña', recordó.
Con una profunda mirada Luis admitió que aunque públicamente la gente ha visto a una Mayra Elías de amplia sonrisa y siempre con buen ánimo, las cosas que han vivido detrás de todo ha sido difícil. 'Ha sido duro… bien duro', susurró.
'Es duro acostumbrarse que Mayra necesita mucha ayuda. Es duro que tengo que hacer muchas más cosas de las que hacía antes. Responsabilidades mayores, incluyendo el aspecto económico pues ahora soy el único que trabaja', dijo.
El padre insistió en que tras el accidente aprendieron a vivir día a día y planifica a largo plazo. Le dedica más tiempo a Mayra por las necesidades producto del accidente. La relación con sus hijas, asegura, se ha fortalecido más con mayor comunicación y más calidad de tiempo. Como padre ha trabajado con áreas más espirituales.
'Nunca me he preguntado Papá Dios, por qué esto le pasó a Mayra? Siempre he dicho que las tragedias ocurren y Dios las usa para crear bendiciones…. Y es algo que lo hemos vivido durante estos tres años que llevamos tras el accidente. Constantemente nos lo demuestra de distintas maneras. Dentro de muchas tragedias, mucho dolor y muchos sentimientos, hemos encontrado muchas bendiciones y mucha felicidad', insistió.
Se describe como un 'chancletero orgulloso', un papá entrega'o, que jugó con a las tazas y los platos y asistió a clases de deportes y ballet. Asegura siempre ha tenido una relación de mucha confianza con sus hijas.
Hoy será su primer Día de Padres sin sus niñas. Ambas estarán fuera del país por sus estudios universitarios. Tras un suspiro dice que no espera regalos aunque sí un mensajito, una llamada o una carta porque tiene mucho más valor. Es evidente que luego del accidente valora las cosas pequeñas, los detalles, cada segundo de vida.
Luis Pérez junto a sus hijas Patricia y Nicole (Foto suministrada)
Con una amplia sonrisa explica que la prisa y las tareas diarias hacen que la gente dé por sentado muchas cosas pero con lo que pasó entendió la fragilidad de la vida y aprecia tener 'la bendición' de tener a Mayra con él, suerte que otros, en accidentes similares, no viven para contarlo.
'Hay que aprender a vivir día a día, con el significado más profundo de vivir; no simplemente existir', esa, dice, es la lección.