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Psiquiatra puertorriqueña llega alto y hace historia

El pasado marzo, la doctora María Oquendo se convirtió en la primera mujer hispana en presidir la Asociación Americana de Psiquiatría (APA, por sus siglas en ingles).

De ascendencia puertorriqueña y española, Oquendo cursó su educación primaria y secundaria en Puerto Rico, donde aún viven sus padres en la ciudad de Guaynabo. Cursó estudios universitarios en Estados Unidos y España. Graduada de Tufts University, recibió su doctorado en Medicina de Columbia University en 1984. En el 2010, recibió su doctorado en psiquiatría de la Universidad Autónoma de Madrid.

Al presente, la doctora Oquendo es también presidenta de la Academia Internacional de Investigación sobre el Suicidio y vicepresidenta de la Junta de la Fundación Americana para la Prevención del Suicidio. Además, funge como editora del 'American Journal of Psychiatry'.

En entrevista con NotiCel, conversó sobre su rol en la Asociación Americana de Psiquiatría y el futuro de la profesión desde el punto de vista hispano.

NC: Cómo describe su camino profesional hasta llegar a la presidencia de la APA?

MO: Para llegar a ser presidente de una asociación de 36 mil psiquiatras, lo más importante ha sido el voluntariado, trabajar bastante tiempo en beneficio de la organización, participando en comités y grupos de trabajo. Hace cuatro años fui electa secretaria de la Asociación y después de los dos años de secretariado, fui candidata y resulté electa como Presidenta.

NC: Qué enfoque trae su presidencia desde la perspectiva de ser una mujer hispana?

MO: La Asociación ha tenido dos presidentes hispanos y aproximadamente 10 presidentes mujeres de un total de sobre 150 presidentes. Seguimos siendo minoría pero se va acelerando el paso de elegir mujeres como presidentes de la asociación. Dentro de la Asociación hemos podido estrechar los lazos de forma más eficaz entre los psiquiatras que son de origen hispano o afroamericano o asiático, hay más facilidad cuando el presidente tiene un trasfondo étnico diferente a la mayoría.

Para mí ha sido de suma importancia empezar a trabajar para que la Asociación tenga una visión un poco más internacional. Hemos establecido un programa piloto para ofrecer entrenamiento de investigación y talleres en la reunión anual invitando a personas de otros países como Colombia, Brasil, y México.

NC: Qué fortalezas tienen los profesionales de la salud mental hispanos?

MO: Una de las cosas con las que contribuimos es que sabemos lo que es vivir entre dos culturas. El poder comprender mejor la situación de nuestros pacientes que también provienen de otros países y tienen que adaptarse a una cultura nueva, un idioma nuevo y lidiar no solo con la carga de tener algún trastorno psiquiátrico sino que también tienen que buscar ayuda en un sistema que a lo mejor no les es familiar.

NC: Cómo describe el rol del gobierno como proveedor de servicios de salud mental?

MO: Entre el 20 y el 25% de las personas van a padecer de algún trastorno psiquiátrico en un dado año y, sin embargo, tenemos 13 psiquiatras por cada 100 mil personas. Esos 13 psiquiatras tendrían que hacerse cargo de entre 20 a 25 mil pacientes y no van a dar abasto. Tenemos que desarrollar nuevas metodologías para poder ofrecer tratamiento a todas las personas que lo necesitan. Estamos llevando a cabo unos proyectos en colaboración con la Universidad de Sao Paulo en Brasil para desarrollar junto con el Ministerio de Salud de Mozambique, uno de los países más pobres del mundo, el personal que no son necesariamente médicos pero que tengan uno o dos años de preparación especializada para trabajar con trastornos psiquiátricos y que puedan llegar a las comunidades.

NC: Cuál es la postura de la APA sobre la muerte asistida o eutanasia?

MO: Hay un debate encendido en nuestra asociación. Tenemos un grupo de trabajo sobre el tema junto con nuestro comité de ética. Algunos de nuestros miembros tienen una postura muy fuerte sobre pacientes con enfermedades que los van a llevar a la muerte y que tienen una calidad de vida pobre por estar sufriendo de mucho dolor, que entienden que pueden tomar esa decisión de suicidarse. Sin embargo, otros de nuestros miembros también piensan que ese tipo de situación lleva a la persona a sentirse deprimida y al tener un cuadro clínico de depresión va a considerar el suicidio, cuando estando en sus cabales no elegiría esa opción.

NC: Cómo influye la crisis económica de un país en la salud mental de sus habitantes?

MO: Sabemos que la pobreza es súper estresante pero la razón por la que digo que no solamente la pobreza es sinónimo de depresión es que si uno mira a los países y a las ciudades más ricas, las tasas de depresión también son muy altas. No hay una correlación directa entre la tasa de depresión y el nivel socioeconómico del país. Si miramos a Estados Unidos, que se considera uno de los países más ricos del mundo, las tasas de depresión son altísimas. En Suecia también tanto la tasa de depresión como la de suicidio son muy altas, siendo un país rico. La pobreza causa mucho estrés pero no es causativo de depresión por sí sola.

La psiquiatría hoy por hoy es uno de los campos más interesantes dentro de la medicina. Estamos aprendiendo muchísimo sobre el cerebro y sus patologías, que forman la base de los problemas psiquiátricos. Al tener esta revolución en la investigación sobre el cerebro, estos conocimientos nuevos que están disponibles van a hacer que los trastornos psiquiátricos puedan atenderse de una forma más detallada y desarrollando tratamientos aún más eficaces.