Puede sonar a cliche, pero la gente de Casa Cortes en el Viejo San Juan, dueños y empleados, decidieron que tenían que ser parte de la solución en el momento de mayor desolación despues del huracán María el pasado septiembre.

Así el chef ejecutivo Ricardo De Obaldía llegó al segundo día despues del huracán y junto a otros empleados comenzaron a cocinar 'para la comunidad' lo que estaba disponible y a venderlo por debajo de una plancha de 'playwood' que servía de media puerta. Los precios eran de huracán. De solidaridad. Primero desayunos, despues almuerzos y la fila no se achicaba. Pero no se quedaron ahí.

'Cuando nos percatamos de que no habría escuelas, ambientamos el segundo piso, abrimos las ventanas y los balcones, porque no teníamos luz, y creamos una escuela, Educa Cortes', explica Adeliza González, administradora de la Fundación Casa Cortes.

En promedio, durante los casi dos meses que duró la escuela asistían diariamente unos 35 niñas y niños entre tres y 17 años de edad. En total pasaron por el local en la calle San Francisco alrededor de 115 estudiantes de las escuelas públicas de San Juan con niños de La Perla, Puerta de Tierra, Viejo San Juan y hasta de Aguas Buenas, Toa Alta, Cayey.

Las maestras, a su vez estudiantes de la Escuela de Artes Plásticas, eran las guías de la galería que ubica en el segundo piso del restaurante. Una de ellas utilizó la tecnica de sanación a traves del arte integrada a las actividades diarias de la escuela Educa Cortes.

La escuela le dio la oportunidad a las familias de los estudiantes de atender otros asuntos de la novedosa y caótica nueva realidad que enfrentaban. 'Podían salir a trabajar o a buscar trabajo', cuenta González.

Todo esto lo hacían mientras sus empleados, de los cuales ninguno fue despedido, trabajaban solidariamente por el proyecto y en ayudarse unos a otros. Un día buscaban gasolina para la planta y otro día para repartirla entre los compañeros para que pudieran llegar a trabajar, abunda la administradora.

Los vecinos del Viejo San Juan nunca olvidarán al chico que con una sombrilla y una maquinita de ATM se mantenía en el techo buscando señal mientras los clientes le pasaban sus tarjetas en una canasta amarrada con una soga que subía hasta la azotea. Necesidad, creación e invención.

Pero el proyecto emblemático y más cerca del corazón de la Fundación Casa Cortes es la educación a traves del arte. No solo lo desarrollaron como modo de sanar despues del huracán sino que durante todo el año reciben grupos de estudiantes que, utilizando la extensa colección de arte de la Fundación, se educan disfrutando.

Pasado el huracán siguen los planes, siempre con la comunidad en mente.

'Tenemos varios proyectos que estamos ya desarrollando y que involucran el arte, la educación y el bienestar', cuenta González con un entusiasmo contagioso.

El primero de los proyectos es en alianza con la Universidad Carlos Albizu (UCA), 'El arte del bienestar'. Constará de visitas guiadas de las colecciones de la galería con la participación de estudiantes doctorales de la UCA quienes dirigirán talleres sobre bienestar, una forma de llamar a la salud mental, explica González.Tambien le darán seguimiento a las 115 familias de los estudiantes que atendieron despues de María con la intervención de los estudiantes de la UCA para ofrecerles servicios de bienestar o salud mental. 'Mi teoría de cambio se basa en la integración del arte visual en estos procesos y el impacto de estos procesos en nuestro ser. Queremos darle continuidad a lo que empezamos', asegura. Tambien atenderán a los adultos mayores en una alianza con la organización AARP ofreciendo talleres en los que participarán artistas visuales y escritores.

Para todo esto se necesitan fondos por lo que durante las Fiestas de la Calle San Sebastián tendrán una oferta para sus clientes que ayudará a sufragar los sueños de la Fundación. Los interesados pueden acceder a la página Fundación Casa Cortes en Facebook, comunicarse con fundacióncasacortes@gmail.com o llamar al 787-523-4642.

La autora ha sido periodista durante más de 40 años, muchos de los cuales ha sido vecina del Viejo San Juan.