Cómo responder a patrones de conducta desafiante en los jóvenes
Si bien el comportamiento de los niños puede complicarse durante su crecimiento, la psicología considera importante que los padres desarrollen métodos de disciplina y comunicación asertiva con sus hijos.
Desobedecer las reglas, escaparse del hogar o retar las figuras de autoridad pueden ser indicios claros de un trastorno de conducta negativista desafiante en un menor, y para los padres que no cuentan con las herramientas para manejarlo, ese comportamiento podría tornarse en una pesadilla.
En sus 22 años de experiencia como psicóloga clínica, Ingrid Marín Espiet ha atendido un sinnúmero de casos relacionados con la respuesta negativa de los jóvenes a las normas establecidas, dentro y fuera del hogar, establecidaspor sus padres o encargados.
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¿Uno de los errores más comunes que suelen cometer las personas que observan dichos escenarios? Asumir la presencia inmediata de maltrato en el núcleo familiar.
"Primero que todo, un joven que tiene este tipo de conducta (desafiante) recurrente no significa que está siendo víctima de maltrato. Casi siempre se debe a múltiples factores", expresó Marín Espiet, quien ejerce la profesión en el ámbito privado.
"Puede ser que en el hogar del joven no haya un sistema de consecuencias establecido o que los padres no sean consistentes al momento de dar reglas claras. Cuando no hay una consecuencia por una mala acción, el niño o el adolescente seguirá haciendo lo que quiere", agregó.
No obstante, la profesional en salud mental subrayó que la mejor forma de responder a los comportamientos negativos es modelando, en todo momento, una cultura de respeto.
"Los padres deben ser asertivos, no agresivos. La disciplina asertiva hace que un joven se sienta amado, porque aunque no le gusten ciertos límites o normas, sabe que hay adultos que se preocupan por él y que quieren lo mejor para él", puntualizó la doctora.
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"La violencia física puede significar que el padre ha perdido el control, y si el joven está saturado por dicha violencia, puede replicar esas acciones en la escuela, con sus amigos o peor aún, propiciando conductas delictivas cuando sea mayor", añadió.
Al igual que sus colegas, Marín Espiet exhorta a los padres a buscar ayuda profesional y practicar una buena comunicación para atender los desacuerdos, no solo entre padres e hijos, sino también entre hermanos, en el matrimonio y con otros familiares.
"Una consecuencia a corto plazo no trae una modificación de conducta. Hay que cuidar la salud mental, física y emocional del niño ya que no vienen con un manual de instrucciones. Cada uno es diferente y se debe manejar diferente", finalizó.