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Dennis Hernández y su legado en el desarrollo de la Isla

El edificio de la égida del CIAPR llevará su nombre.

Sede de la égida del CIAPR
Foto: Suministrada por Ada Torres Toro

Sentarse a conversar con el ingeniero Dennis Hernández es como abrir un impresionante libro en el que encuentras cada detalle del acelerado desarrollo que se vivió en Puerto Rico en las décadas de 1960 y 1970.

Relajado, sentado al lado de su esposa y compañera de vida, y disfrutando de la brisa rica que ofrece el norte de la Isla, Hernández recibió a NotiCel para complacer una solicitud de que contara su historia, después de que se conociera que la égida del Colegio de Ingenieros de Puerto Rico llevará su nombre.

Y no se trata del primero. Ya la Universidad Interamericana de Puerto Rico, en donde aún funge como presidente de la Junta de Síndicos, lo honró al ponerle su nombre al edificio que alberga la Escuela de Ingeniería en Bayamón.

“Eso fue muy motivador para mí y siendo todavía presidente de su Junta de Síndicos. Me enorgullece después de tantos años dedicado a la educación”, dijo emocionado.

Estos honores son solo algunos de los muchos logrados desde que inició su destacada carrera como ingeniero, que lo llevó a convertirse, cuando apenas tenía 32 años, en el primer secretario del Departamento de Transportación y Obras Públicas de Puerto Rico. Era el 1973, y ya Hernández tenía una muy respetada reputación en su industria.

Su interés por la profesión inició desde que estudiaba en la Escuela Superior Central de Santurce, a donde llegaba desde Villa Palmeras, en donde residía en ese momento. Era un apasionado de las ciencias y las matemáticas, por lo que muy fácilmente se movió por la carrera de la ingeniería.

El ser un estudiante sobresaliente le llevó a entrar a la Universidad de Puerto Rico, cursando su primer año en Río Piedras, y moviéndose a Mayagüez a partir del segundo año.

Hernández siempre fue líder. Así que, estando en la universidad, ingresó al ROTC, trabajaba y estudiaba al mismo tiempo. No pasó mucho, antes de que lo nombraran instructor asociado, para ayudar a los estudiantes en las asignaturas.

Al terminar la Universidad de Puerto Rico, con el dinero de su trabajo, logró pagar su matrícula y se fue a estudiar a Massachusetts Institute of Technology (MIT), en donde completó una maestría de ciencia en ingeniería civil, en 1960.

“Allí estudié diseño estructural y me gradué en un año. Estuve con los mejores ingenieros estructurales del momento con quienes simpaticé mucho y trabajé con ellos par de años”, recordó.

El ingeniero Dennis Hernández tiene 52 años de carrera.
Foto: Suministrada

A su regreso a Puerto Rico, debía pagar la beca que había obtenido y lo hizo dando clases por un año.

“Siempre me ha encantado enseñar. Creo que tengo talento para ello y hay muchos estudiantes brillantes en la universidad”, destacó.

Su primer enlace con el servicio público llegó al inicio de su práctica privada, en 1962, cuando inició como director del Departamento de Diseño de Edificios Públicos y le correspondió manejar toda la organización de la agencia.

“Éramos pocos, cuatro o cinco, pero me asignaron dirigir la división de diseño. También trabajé con la Autoridad de Carreteras como consultor en la parte de puentes, y en el año 70, ya desarrollado bastante como ingeniero y en la práctica de la profesión, ya me estaba distinguiendo, y los compañeros en ese momento, me eligieron presidente del "Colegio de Ingenieros, Arquitectos y Agrimensores de Puerto Rico. Apenas tenía 32 años fui el ingeniero mas joven y todavía conservo esa posición de ser el más joven”, recordó.

“En ese momento, hubo una transformación tremenda de liderazgo del Colegio de Ingenieros. Mi primer año fue muy bien aceptado públicamente y por la profesión, a tal grado, que empezando don Luis A. Ferré como gobernador, me llamó a La Fortaleza para ver si me interesaba ser miembro del Consejo de Educación Superior y le dije: ‘Mire, don Luis, con mucho gusto, pero no soy de su partido, soy popular. Y él me dijo: ‘No te preocupes, yo lo sé, pero necesitamos gente que tenga calibre y gente que acepte el reto. Y me encanto ser miembro del Consejo. Fue un reto el que pudiera estar allí, y no solamente eso, sino que fue parte de mi formación”, contó orgulloso.

También le llenó de orgullo recordar cuando el exgobernador Rafael Hernández Colón lo contactó para poner en sus manos la secretaría del Departamento de Transportación y Obras Públicas.

“Lo primero (que tuve que hacer) fue lograr motivar a la gente a que viniera a trabajar conmigo, para nombrar a un director de la Autoridad de Edificios Públicos… dar estructura a la agencia”, dijo.

“El servicio público es una misión que tiene cualquier profesional que quiere ayudar al país. El servicio público es una carrera, y no se debe pensar de otra manera. Es un empleo, pero más que eso, es un interés de ayudar a la comunidad, y al país a echar hacia adelante. Es importante que quienes estén en el servicio público tengan esa motivación. Siento que en este momento la gente en el gobierno está desmotivada por varias razones, por todas las personas que vienen a hacer más daño que bien, y eso no motiva a los que están abajo, eso los desmotiva, y a otros los motiva a hacer lo mismo”, opinó.

Tras su salida del sector público, Hernández retomó su práctica privada y entró a Vivienda, con el desarrollo y la administración de una serie de égidas alrededor de la Isla.

Su legado en sus más de 52 años de experiencia profesional en la industria de la construcción, en los campos de la ingeniería civil y estructural, y el desarrollo de proyectos de construcción comercial y de vivienda en su tierra, lo ve hoy día en la manera como su familia sigue impulsando y apoyando su compañía.

“Él es un líder innato”, compartió con orgullo su esposa Marta, quien también recuerda con precisión todos los logros de su esposo y su activismo como exmiembro del Consejo de Educación Superior de Puerto Rico, expresidente de la Junta de Directores del Seminario Evangélico de Puerto Rico, expresidente de la Junta de Directores de la Escuela Robinson, presidente del Comité de Planificación de la Construcción de la Iglesia Metodista de Torrimar, Miembro de la Cámara de Comercio de Puerto Rico y ex miembro de su Junta Directiva y presidente del Comité de Transporte de la Cámara de Comercio de Puerto Rico, entre muchos otros.

“Uno va a los lugares, no solamente a aportar, sino a aprender de los demás. Y en la medida en que uno pueda hacer aportaciones, las hace, pero el reto mayor es saber aceptar y aprender con humildad”, concluyó.

* Nota del editor: Este artículo fue editado para corregir que el edificio que llevará el nombre de Dennis Hernández es el de la égida del CIAPR.

Periodista con más de 20 años de experiencia en temas de espectáculos, arte y cultura, tanto para el mundo de los impresos y como para el digital. Egresada de la Universidad de Puerto Rico, fanática de las novelas y de los cuentos de su hija.