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Puertorriqueña logra hazaña única: descendió a casi 20 mil pies en el Atlántico

En Alvin, un sumergible de investigación, Rosa León Zayas tardó dos horas en llegar al abismo marino de la Trinchera, a cien millas de Puerto Rico, en un recorrido que es casi la misma distancia que hay a la cima del monte Everest, el más alto del mundo.

Rosa León Zayas en el sumergible Alvin.
Foto: Twitter

La puertorriqueña Rosa León Zayas (Villalba, 1986) se encuentra a esta hora en algún punto cercano al puerto de San Juan a bordo del barco de investigación Atlantis y, quizás, en la intimidad de su camarote sigue procesando su gigantesco logro en el ya legendario sumergible Alvin, que le permitió a apenas cien millas de Puerto Rico lograr una hazaña única: transformarse en la primera persona en la Isla -y de las pocas en el mundo- en sumergirse hasta casi los 20 mil pies (6,055 metros) en la insondable Trinchera del Atlántico.

En Alvin, un sumergible recién certificado para acceder a esas profundidades (ha realizado más de 4,600 inmersiones desde que comenzó a operar en 1964 y con él se lograron imágenes del Titanic), la científica puertorriqueña recorrió el pasado viernes en dos horas (en total pasó más de siete sumergida) casi la misma distancia que hay a la cima del monte Everest, el más alto del mundo.

Porque al fin y al cabo, la zona de la Trinchera de Puerto Rico (área sísmica del Sombrero y la plataforma de las Islas Vírgenes, que abarca más de 100 millas de largo y 50 millas de ancho), la segunda fosa más profunda del planeta (la primera es Las Marianas), es el Himalaya invertido y, como tal, atrae por su inmensidad abismal, sobre todo a los científicos como León Zayas, quien buscaba investigar la composición de los microbios en la zona, para lo cual pudo incluso recolectar muestras.

La boricua está ligada profesionalmente al mar, pese a que de niña, en Villalba, iba a la playa solo un par de veces al año. Pero ahora estuvo sumergida en las profundidades insondables del océano, lo que para ella fue una combinación “saludable” de “emoción y terror”.

"Nunca se había dado una expedición con Alvin en la Trinchera. Pero varias personas han colectado muestras en la trinchera en el pasado, incluyéndome. Es un privilegio gigante poder participar en este momento histórico. Fue la primera sumergida del Alvin con un propósito científico a esa profundidad", indicó León Zayas a través de un correo electrónico enviado a Noticel y aún a bordo del Atlantis.

La investigadora de 36 años opina que lo vivido "es una experiencia inigualable y difícil de describir, porque cualquier adjetivo se queda corto. Mientras desciendes el color azul del agua es más azul que nunca, y como entre los 300 y 350 metros, ya es totalmente oscura. Y después, como a los 1,000 metros, empieza la zona de la bioluminiscencia. Después, todo se vuelve oscuro nuevamente y, entonces, se espera una hora más o menos hasta llegar al fondo".

Cumplidas dos horas de una aventura que partió el 27 de julio a las 10:00 de la mañana, el trío de investigadores (estuvo acompañada de dos estadounidenses, Adam Soule y Bruce Strickrott) tocó el fondo del lecho marino en Alvin.

Y es ahí cuando la puertorriqueña se sintió en la luna: "Cuando se ve el fondo es como lo que imagino sería aterrizar en la luna, el suelo con un sedimento blancuzco y suave. Pero con una diferencia, hay vida a seis kilómetros al fondo del mar. Todo tipo de crustáceos y otros animales. Es increíble. Y entonces empezamos a hacer ciencia. A documentar observación y tomar muertas para llevar a la superficie para que todos en le equipo investigativo puedan utilizarlas. Y cuando el barco llamó para decirnos que teníamos que ascender, pareció como si hubiesen pasado solo unos minutos... No fue suficiente el tiempo. Aunque, para ser sincera, por más tiempo que tuviera en el fondo, nunca hubiese sido suficiente".

El punto donde estuvo ubicado el Atlantis, barco de investigación donde estuvo la puertorrriqueña.
Foto:

En las profundidades, la académica de la Universidad Willamette, en Oregón, aprovechó para recolectar muestras biológicas, de rocas, sedimentos y registrar lo que observó. Cumplida la tarea, a las 5:30 de la tarde, ya la puertorriqueña estaba sobre la cubierta del Atlantis recibiendo aplausos.

León Zayas continúa a bordo del barco realizando su trabajo (regresa hoy a la Isla) con la satisfacción de que, en su primera inmersión, se convirtió en la primera persona en Puerto Rico en sumergirse tan profundo en el mar y, específicamente, en la Trinchera, aunque dos colegas de la Isla, Melitza Crespo Medina e Ileana Pérez Rodríguez, también llegaron lejos: a cerca de 2,500 metros.

Así es el sumergible.
Foto: Imagen NDSF

Precisamente, Crespo Medina, quien bajó no una sino cinco veces en Alvin en distintos puntos del planeta (dos en el Pacífico este, en una zona de volcanes marinos, otra en el Golfo de California y una última en el Golfo de México), comentó a Noticel lo que se vive dentro del sumergible: “La primera vez uno no sabe qué se va a encontrar. Es terrible. También el sumergible tiene un espacio pequeño, por lo que se sufre un poco de claustrofobia. Da terror y nervios”.

Pero, a la vez, está el privilegio de acceder hasta un lugar “donde pocas personas han llegado. Y la impresión es grande… Es, a la vez, bien bonito. Se llega a un lugar que nadie ha visto”, en el caso de Alvin “sentada y frente a una ventanilla”.

Dentro del submarino, “todo es muy frío. Además, la esfera de titanio pone todo húmedo porque estás ahí respirando. Toda la ropa debe ser de fibra natural y nada sintético por temor a un cortocircuito. Tampoco puedes bajar tu propia cámara. Ellos (los que manejan Alvin) te dan una. Como científica, la experiencia de bajar hasta esas profundidades es incomparable, porque te permite tomar decisiones más precisas (que si fuera una cápsula no tripulada) y acceder a más información, porque puedes escoger".

Los exploradores que llegaron más profundo

El explorador estadounidense Víctor Vescovo también estuvo en la Trinchera de Puerto Rico -una cadena de montañas, valles, precipicios, picos y volcanes sumergidos- y llegó más profundo.

El 19 de diciembre de 2018, como parte de la Expedición Five Deeps, logró alcanzar una profundidad de 27,480 pies (8,376 metros) también en un vehículo de inmersión profunda (Triton), con lo que se transformó en la primera persona en llegar al fondo del Océano Atlántico.

En tanto, en 2012, el director de cine y explorador James Cameron se sumergió en la fosa de Las Marianas hasta más de 35,000 pies (10,898 metros) en el sumergible Deepsea Challenger y fue así la primera persona en descender en solitario al lugar más profundo de la Tierra.

Sin embargo, en 2019, Vescovo, un año después de lograr el récord en la Trinchera de Puerto Rico, obtuvo un nuevo logro en el descenso para un humano: bajó a casi 36,000 pies (10,927 metros) y pudo acceder una vez más a la zona Hadal, como se denomina a las zonas más profundas de los océanos.