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'Ojos que no ven, corazón que no siente'

'Ojos que no ven, corazón que no siente' es uno de los refranes con los que la sabiduría popular despacha algunas situaciones engorrosas, como por ejemplo el adulterio. Pero el dicho es aplicable y conveniente para situaciones más complicadas como la que conocerán a continuación:

Era un viernes apacible, que estaba a punto de terminar para iniciar un fin de semana de recuperación de las cargas laborales. Las perspectivas eran cotidianas y rutinarias, arrancar para casa, prender el televisor, descorchar una botella de vino, beber la mitad de ella hasta que llegue el sueño, pero ese viernes se cruza un compañero de trabajo y, cándidamente, me dice 'Weber, vamos a tomarnos un traguito al Guayabo'. Arrugué un poco la nariz, pero pensé…'por qué no', y respondí, 'tá bien, vamos'.

Así llegamos al Guayabo que no es más que una simple barra como las miles que existen a lo largo y ancho de todo Puerto Rico. Un par de mesas y sillas, una barra de madera tosca y otro pedazo de madera circular en el medio donde se agrupan sin orden los distintos licores que sacian las gargantas obreras y de empleados de medio pelo.

Allí estaba con un vodka con 'china', que es como le decimos en Puerto Rico al zumo de naranja, cuando se acerca un hombre con cara de cansado, pero tan común que podría ser confundido con cualquier persona en cualquier lugar de la Isla. No tenía rasgos característicos ni memorables de manera que, si al otro día nos cruzamos con él, bien podría ser que ni lo saludáramos, porque no nos acordaríamos de su rostro.

Este parroquiano no hizo más que acercarse a la barra y de una esquina a la otra me espeta…'Tu eres Carlos Weber, no es cierto? (El tuteo es atávico en Puerto Rico. A veces no me gusta, o, por lo menos, creo que es inapropiado, pero también considero, que es profundamente democrático, revolucionario y antimonárquico). 'fAjá!', le respondí afirmativo. Ahí mismo me dijo con el mismo tono agradable, sin rencor, como una cosa cotidiana: 'Hace un tiempo atrás tu hablaste mucha mierda sobre mí y algunas cosas eran verdades, pero la mayoría era basura'. Hizo una pausa para continuar con el mismo tono, 'YO TE IBA A MATAR'…

No calibré la importancia de la última aseveración. Ni siquiera pensé en lo fuerte de la frase. Di por sentado que me lo decía en el marco de lo exagerado que somos a veces, cuando queremos contar algo, de manera que mi explicación al nuevo socio de barra fue…'Compañero discúlpeme pero no tengo recuerdo de lo que usted dice. Yo a usted nunca lo había visto así que, cómo me voy a inventar cosas suyas o tener animosidad en su contra? Probablemente la policía, porque así funciona mi trabajo, proveyó información suya que usted considera o dice que era falsa, pero yo NO me la inventé'.

Cruzamos dos o tres comentarios más que deben haber sido tan intrascendentes que no los recuerdo. Mi compañero, el que me invitó al traguito, escuchó toda la conversación, pero no dijo nada ni noté en él ningún síntoma de preocupación. Supongo que entrada la primera o segunda hora del sábado me debo haber despedido y arranqué a mi cotidianidad hogareña.

Habrían pasado tres o cuatro meses cuando leyendo los periódicos, en los tres principales del país salió una información con la foto del aludido. Al ver la foto exclamé para mí mismo,'yo conozco a este tipo'. Era el mismo de la barra, pero lo que me hizo subir la presión arterial fue el titular de los periódicos que casi no tenían variación: 'ULTIMAN A SICARIO'.

El cuerpo de ese titular lo leí con fruición casi literaria…'Ariel Ortiz Rodríguez, el siniestro sicario apodado 'NEGATIVO' fue acribillado por varios pistoleros poco después de haber comparecido al tribunal y se cree que uno de sus compinches está herido'. Negativo era, a su vez, el pistolero más cercano del encarcelado narcohampón Miguel 'Bolo' Díaz Rivera. Lo asesinaron al salir del centro judicial de Bayamón donde respondía por una amenaza de muerte. Este mismo año, cuando fue arrestado, se le encontraron en su poder drogas y dos pistolas cargadas con dos magazines extras repletos de balas. Pero ahí no acababa el prontuario de esta joyita. 'Negativo' también era el principal sospechoso de la masacre ocurrida en el barrio Tortugo, de Rio Piedras el 25 de mayo pasado y la división de homicidios de Bayamón también lo tenía como el principal sospechoso de otros seis asesinatos, además que sus tentáculos, junto a 'Bolo', su jefe, se extendían desde Guaynabo a Bayamón, Coamo, Peñuelas, Ponce y hasta la República Dominicana.

Ahora saben a lo que me refiero cuando digo 'ojos que no ven, corazón que no siente'. Si en el momento que mantuve la conversación con aquel parroquiano, hubiese tenido toda esta información, probablemente mis esfínteres no hubiesen respondido a mi cerebro y mi presión arterial no se hubiera calmado con el paso de las horas sino en un hospital. Lo que en un lenguaje menos diletante y más acorde a la calle y al ambiente donde nos encontrábamos, significa me hubiera 'caga'o encima'.

Pero esta historia, que hoy es felizmente solo una anécdota, no termina ahí. Mi compañero de trabajo, el que me invitó a 'un traguito en el Guayabo', me confesó, el día que salió la información en los periódicos, que él sabía todo el 'pedigrí' del tal 'Negativo' y que aquel día, cuando el individuo reveló sus contenidas intenciones de matarme, no quiso decir nada para no preocuparme, pero de paso el que se cagó en los pantalones, ese día, fue él!

*El autor es periodista y presentador de Las Noticias Univisión. Tomado de 80 Grados.

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