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Los tratos de 'Luisito'

Los tratos de "Luisito"

La renuncia de Luis Farinacci a su escaño en la Cámara de Representantes podría no ser el final del paso por el escenario político de este legislador popular.

A horas de presentar su renuncia, Farinacci dijo en entrevista con Telemundo que "mi carrera política no termina aquí... hay Luisito Farinacci para rato". El ahora ex representante no enfrentará el juicio político de sus pares en la Cámara, pero todavía le queda el proceso criminal por una querella por violencia doméstica que le presentó su esposa y que está a cargo de la Oficina del Panel del Fiscal Especial Independiente (FEI).

Aquí un resumen de algunas de las alegaciones que enfrenta, según el informe de la Comisión de Ética y según una declaración jurada de su chofer que reseñó el diario Puerto Rico Daily Sun y que es parte del expediente del FEI.

Declaración jurada del chofer Joel López:

El 25 de julio estaba con la pareja en las fiestas patronales de San Germán cuando la esposa del ex representante, Liza Rivera, le dijo a éste que estaba cansada y quería irse. De inmediato comenzaron a discutir e insultarse.

Farinacci ordenó al chofer buscar el vehículo para que se fueran. Tan pronto se montaron en al asiento trasero, el representante comenzó a abofetarla. Los golpes continuaron durante los 40 minutos que duró el trayecto a Ponce y resultaron en que la mujer sufriera un diente roto y se orinara encima.

Informe de la Comisión de Ética de la Cámara de Representantes:

El 14 de julio de 2010, a eso de las 9:36 pm, Farinacci llama a su esposa, Liza Y. Rivera, al celular de ésta. Ella se encontraba en el hogar de sus padres en Ponce, donde reside desde septiembre del 2009, cuando se separaron.

Discutieron pormenores relacionados a su divorcio. Ella, al notar su lengua pesada y actitud extraña, le cuestionó si estaba bebido o, insinuó, drogado. Farinacci se tornó agresivo y le reclamó sobre su vida social pública, pues se vería muy mal que la vieran con "otro macho" en la calle.

Comenzó a increparle y a decirle que ella y su familia iban a tener que irse de Puerto Rico, porque "iban a conocer quien era Luisito Farinacci". Que la iba a matar a ella, al que esté con ella, a sus padres y a su hermano menor. Esta expresión fue repetida en varias ocasiones.

Rivera se sintió muy inquieta, alterada y asustada, por lo que bajó hasta la planta baja de la casa donde se encontraban sus padres y puso el celular en altoparlante. De esta forma, los padres pudieron escuchar la misma expresión donde el representante repetía que iba a matarlos a ellos, a su hijo menor, a su hija y al que estuviera con ella.

Termina la conversación y la madre de Rivera lo llama y le pide que deje a su hija tranquila y le explica que ella también se quiere divorciar de él. Rivera le quita el celular a su madre y le dice al ex representante que no llame más y termina la llamada.

Rivera y sus padres llamaron a la policía. Rivera también llama a la casa de sus suegros y le relata lo sucedido a la hermana del ex representante. Rivera concreta la querella policial y solicita una orden de protección.

La misma noche de la llamada, Farinacci le envía a su esposa un mensaje de texto que lee "lamento las amenaza de tu mamá y papá Fabre!". Ella le responde con otro que lee "no me llames nunk mas, t metiste con mi familia y eso si q no t lo voy a perdonar. Yo no me meto contigo, dejame tranquila.".

El ex representante intenta llamarla pero ella no le contesta, por lo que llama a distintas personas para que intervinieran con ella y la persuadieran para que no presentara la querella. Entre ellas, llama a un amigo mutuo, a su primo, y a una mujer apodada "Mary la prieta", a quien conoce de "toda la vida" porque vive en el residenial público que está justo al frente de la residencia de los padres de Farinacci. Estas personas llamaron a Rivera para intentar persuadirla.

Posteriormente, llegó la policía a la residencia de los querellantes. Allí el agente Edgardo Márquez tomó los datos y llamó al ex representante para que se presentara en el cuartel del sector La Playa. El ex representante le dijo al policía que estaba grabando la conversación, que llamara a su abogado y que él estaba entre Lirios y Pámpanos, cuando realmente estaba en el área metropolitana. El agente indicó que lo notó con la "lengua pesada" y que se negó a ir al cuartel.

Rivera fue al cuartel con su cuñada. El agente volvió a llamar al ex representante, y volvió a pedirle que fuera al cuartel, pero éste se negó, sin decir dónde estaba. Al salir del cuartel, Rivera obtuvo una Orden de Protección provisional hasta el 20 de agosto, cuando se celebró la vista.

A Farinacci se le presentaron tres denuncias, dos por maltrato (incidentes del 25 de julio y el 19 de septiembre de 2009), y otra por maltrato mediante amenaza por los hechos del 14 de julio de 2010 relativos a la llamada.