'Fracaso' de las escuelas públicas es negocio
No se trata solo de Félix Plaud y su empresa Strong Institute of Education, Inc. Hay sobre 70 otras compañías privadas que han visto en el 'fracaso' de las escuelas públicas del País una oportunidad de hacer dinero, consiguiendo contratos con el Departamento de Educación que sobrepasan hasta los 6 millones de dólares.
Estas empresas, entre las que se incluyen varias universidades privadas, librerías, editoriales y corporaciones de creciente creación, han sido contratadas para ofrecer servicios profesionales de orientación y adiestramiento a maestros y directores, de acuerdo con la fase de reestructuración que establece la ley 'Que Ningún Niño Quede Rezagado'.
Se indica en esta legislación de 2002, que aquellas escuelas que tras varios años en el llamado Plan de Mejoramiento por sus estudiantes no haber demostrado proficiencia en las Pruebas Puertorriqueñas de Aprovechamiento Académico (PPAA), pasan a la fase de reestructuración. Es aquí donde entran las empresas a ofrecer sus servicios, tanto en el sistema de Puerto Rico como en los de los estados.
Sindicatos como la Federación de Maestros de Puerto Rico han denunciado lo que consideran como todo un esquema montado sobre el fracaso para 'el saqueo de fondos federales'.
El presidente de la organización magisterial, Rafael Feliciano, indicó que en los últimos años el presupuesto del Departamento de Educación se ha duplicado, pero es en estos momentos cuando menos dinero llega a las escuelas.
Dice que son las compañías que guisan con el aparente bajo aprovechamiento de los estudiantes las que al final del día se quedan con los millones de dólares destinados a mejorar la educación de niños y jóvenes sin haber aportado mucho.
En algunas escuelas, maestros ya han dado testimonio de lo que los empleados de estas compañías van a hacer en los salones de clase.
'Se meten dentro de los salones, se quedan observando a los maestros, tomando apuntes, como inquisidores, interrumpen todo el proceso educativo, crean un clima de histeria, un ambiente de tensión en los estudiantes y muchas veces los maestros no saben ni qué fue lo que apuntaron porque no les dicen nada', apuntó Feliciano. 'Como inquisidores, lo que hacen es entorpecer y espiando a ver qué maestros van a mover el año que viene'.
Los suplidores contratados por el Departamento también han estado ofreciendo talleres, 'talleres en hoteles carísimos, que son muy divertidos, pero que no tienen contenido, que a veces lo que hacen es jugando con trivialidades'.
La propuesta, dijo, que los maestros del sistema sean quienes adiestren a los otros maestros. 'Eso saldría gratis'. 'Lo que hay que hacer es devolverle la autonomía escolar a las escuelas y que sean los propios maestros, los que conocen las necesidades de cada comunidad, los que decidan que le mejor les conviene'.