Pistola disparada contra Paredes no 'guarda' los casquillos
Varios gerentes de armerías en el área metropolitana, aseguraron que no existe un aparato recolector de casquillos - una supuesta herramienta que se adosa al arma - por lo que en la escena del asesinato de Carmen Paredes, si la cantidad de casquillos recobrados no concordaba con los impactos de bala, alguien tuvo que recogerlos.
Magy Vargas, gerente del Club de Tiro y Armería Ponce de León, explicó que en todas las armas 'el plomo sale por el cañón y el casquillo va al piso', lo que significa que si no se encontraron todos los casquillos correspondientes a los disparos 'alguien los tuvo que haber recogido'.
La incongruencia entre los alegados 14 impactos que recibió Paredes y la cantidad de casquillos encontrados ha sido discutida previamente en versiones que ha dado la policía, publicadas por la prensa y la televisión. Otras fuentes de la investigación señalan que Paredes recibió tiros certeros, uno entre ceja y ceja, y otros en el centro del pecho que le dejaron una línea recta, hechos por alguien con puntería entrenada.
Vargas tildó de 'un disparate' que la pistola FN calibre 5.7x28, con la que se ha dicho fue asesinada la víctima, sea una 'cop killer' o 'mata policías', porque lo que atraviesa el chaleco anti balas es precisamente una bala especial a la que sólo tienen acceso 'las agencias federales y la milicia'.
Curiosamente la FN 5.7x28 fue el arma que Pablo Casellas alegó le fue robada en un 'carjacking', el 17 de junio de este año. La gerente señaló que dicha pistola cuesta uno 1,200 dólares en el mercado y es fácil de manejar porque 'patea poco'.
Empleados en la Armería Metropolitana también ratificaron que no hay tal cosa como un recolector de casquillos y que la única forma en la que puede haber menos casquillos que los disparados, es si la persona los recoge, o en el caso de un cuerpo, que los disparos se hayan hecho en un lugar y el cuerpo se haya encontrado en otro.