'Edison Burgos morirá cuando Díos lo llame y no cuando un jurado lo decida', fue el argumento, hoy profetico, que la defensa de Edison Burgos presentó y al que un jurado puertorriqueño accedió.

La falta de acuerdo para ordenar ejecutar al hombre, que aseguró que el cuerpo de la que fuera su novia y ex informante informante de la Administración de Control de Drogas (DEA), Madelyn Semidey, nunca aparecería, resultó en que éste tenga que pasar el resto de sus días en la cárcel. A pesar de su determinación, el panel, que también lo encontró culpable el 29 de agosto, no fue condescendiente.

Los doce miembros del cuerpo aprobaron todos los agravantes para los cargos de asesinato y desaparición del cuerpo, y cuando se les preguntó sobre la calidad de persona que era el contratista yaucano, fueron severos.

Ninguno de ellos lo catalogó como un buen padre o un buen patrono, y cuando se les preguntó si pensaban que su familia sufriría si él moría, sólo cinco contestaron que sí. Únicamente tres miembros del panel dijeron que Burgos era una persona que realizaba actos humanitarios, a pesar de los esfuerzos de la defensa, encabezada por el abogado Steven Potolsky, de probarles que Burgos era un miembro caritativo de la comunidad y que su vida tenía valor.

Sin embargo, el jurado en su mayoría entendió que Burgos sí era un hijo colaborador y un buen amigo.

Hoy, luego de tres días de deliberación, al mediodía, el jurado anunció que tenía un veredicto. Pasados varios minutos, a la sala del Tribunal Federal entró un elegante Burgos vistiendo una chaqueta y pantalón crema. En primera fila lo observaba la fiscal federal general, Rosa Emilia Rodríguez, y su séquito de ayudantes.

Los padres de la occisa, como los del acusado, también esperaban tranquilos en sala. En el lugar imperaba un tenso silencio, que fue interrumpido por el juez, Jay García Gregory, para anunciar que el jurado le había indicado que había alcanzado un veredicto.

La incertidumbre creció en el lugar, cuando las votaciones del jurado fueron unánimes en aprobar todos los factores agravantes, como lo fueron la premeditación del crimen y la conspiración para distribuir 5 kilogramos, o más, de cocaína.

Aun así, la secretaria de sala leyó el escrito del jurado, en el que estos indicaban haber fallado en llegar a un acuerdo en la sentencia final. 'No hemos podido llegar a un voto unánime para sentencia de muerte o de cadena perpetua. Entendemos que le toca a a la corte imponerle la sentencia de cadena perpetua'.

Burgos escuchó sin pestañear, mientras a su abogado se le aguaban los ojos.

Tras escuchar el veredicto, la madre de la víctima, Georgina Morales, dijo 'no es que estemos felices, pero respetamos la decisión del jurado' y se negó a enviarle algún mensaje a Burgos, pues dijo estar segura de que 'él no nos está escuchando'. El padre de la víctima, Carlos Semidey, recordó que independientemente de la decisión, 'esto ha sido duro para las tres hijas de Madelyn, porque ellas no saben que él hizo con ella'.

'Lo importante es que mis padres tengan paz, que ellos descansen al igual que mis sobrinas... Se le hizo justicia el día que se le declaró culpable', expresó Mayra Semidey, hermana de la víctima.

Los padres de Burgos salieron por la parte de atrás del tribunal sin emitir comentarios. Su hermano, Efraín Burgos, comentó que 'esto es algo positivo entre lo negativo. Pedimos por la familia para que tenga paz espiritual'.

Potolsky, aún conmovido, dijo que 'todavía hay dos familias que pasan por una profunda pena, por lo que mis oraciones van hacia ellos'. Ante los alegatos de los familiares de Burgos de que éste es inocente, el abogado recalcó que 'hoy no es un día para hablar de apelaciones, mas bien para validar el valor de la vida del un ser humano'.

Dos casos de pena de muerte esperan para ser vistos a principios del 2013.