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Sec. Justicia acepta modelos para combatir corrupción no están funcionando

El Secretario de Justicia, Luis Sánchez Betances, admitió ante los presentes del la cuarta Cumbre Interagencial Anticorrupción que los modelos actuales para combatir la corrupción, como el aumento de leyes y agencias punitivas para reforzar las sanciones por actos de corrupción, han probado ser inefectivas. Por el contrario, se necesita invertir en los componentes de la justicia social para que cada ciudadano se convierta en la solución al problema.

Según Sánchez Betances, se necesitan nuevos enfoques y modelos para combatir la corrupción, tanto en el servicio público como en las actividades de la empresa privada.

'Durante décadas, se ha estado legislando para atender el cáncer de la corrupción que, como un virus, se propaga y contamina el quehacer público. Parecería que se ha convertido en inmune; sin medicamento social que lo detenga y extermine. Se enmienda el Código Penal, se crean agencias, se les dan más poderes, se amplía la base y el ámbito de sus funciones y se asignan millones de dólares para combatir la corrupción. Resultado: la enfermedad sigue igual o empeorando en la percepción de la gente. Esto, a pesar de que en la realidad, se tienen logros importantes en esa lucha. Yo les propongo hoy, que el antídoto para ese mal, está en nosotros mismos', dijo Sánchez Betances.

El funcionario agregó que la sociedad tiene que invertir en el individuo para detener la corrupción. A su juicio deben enfocarse más recursos en 'la educación, el empleo, la salud, la vivienda, todos componentes de justicia social para que la función coercitiva del Estado sea la mínima necesaria'.

Sánchez Betances finalizó su alocución haciendo un llamado al país a promover el cambio de enfoque que propone. 'Dediquémonos a atajar el mal en sus raíces. Atemperemos la educación de nuestros jóvenes a los retos socio-culturales de nuestros tiempos y veremos una cosecha de nuevos puertorriqueños y puertorriqueñas a quienes no tendremos que imponerles reglas y reglamentos de conducta; a quienes no tendremos que castigar si se portan antiéticamente porque sus conciencias serán sus propios frenos. De eso es que se trata'.