Suprema 'agüita' a Hernández Denton y Vélez Colón por amapuchar queja contra juez (documentos)
El exjuez presidente del Supremo, Federico Hernández Denton, al igual que la exadministradora de Tribunales, Sonia Ivette Velez Colón, se llevaron su 'agüita' con la reciente resolución del máximo foro judicial en cuanto al archivo de una queja que interpuso un panel de jueces del Apelativo contra el juez superior Carlos Candelaria Rosa, ya que al fallar en notificar el archivo de la queja a la parte promovente, 'se fomentó la imagen de que en la Rama Judicial se esconden los procedimientos disciplinarios contra jueces detrás de un pesado telón burocrático'.
El Supremo también concluyó que el procedimiento contra Candelaria Rosa no ha acabado hasta tanto la Oficina de la Adminsitración de Tribunales (OAT) no le notifique textualmente al exjuez Carlos López Feliciano, y los jueces Sixto Hernández Serrano y Olga Birriel Cardona, sobre el archivo de la queja que llevaron al máximo foro judicial contra el Juez de Primera Instancia para que tengan 10 días para solicitar una reconsideración.
Esta resolución volvió a mostrar la división político partidista en el Supremo con el voto particular disidente de la jueza presidenta Liana Fiol Matta, al que se unieron Anabelle Rodríguez y Maite Oronoz. No obstante, el juez Luis Estrella Martínez no intervino en el caso y Erick Kolthoff Caraballo se inhibió. Tras unirse al voto particular disidente, la jueza Rodríguez, 'considera preocupante la campaña de descrédito y desligitimación que poco a poco ha ido hilvanando la mayoría de este Tribunal contra la OAT y sus funcionarios'.
Según se desprende de la decisión, el panel de jueces del Apelativo llevó a la atención de Hernández Denton una queja contra el juez Candelaria Rosa, y este a su vez lo refirió a la División de Asuntos Legales de la OAT. Luego de la investigación la entonces Directora Administrativa concluyó que aunque las acciones del Juez podían constituir violaciones a los cánones de ética, era la primera vez que incurría en tal conducta, por lo que recomendó archivar la queja pero que se le apercibiera de no repetir la misma. Los jueces del Apelativo sostuvieron que en una decisión de Candelaria Rosa, este les faltó al respeto. Según los cánones, el Juez de Primera Instancia debe guardar respeto por los jueces de tribunales mayores, como es el de Apelaciones.
Aunque Vélez Colón afirmó en aquel momento que aprecibiría al juez Candelaria Rosa, de la notificación se supo que apenas le recomendó que 'fuera más cuidadoso y prudente en sus opiniones' por el escrutinio público. Luego, la Exdirectora de OAT compartió a Hernández Denton el archivo de la queja. Este a su vez nunca notificó al panel del Apelativo lo que había ocurrido con la queja, y no es hasta que se publica en NotiCel que el exjuez López se entera de su archivo.
Por regla, las notificaciones de quejas tienen que ser por escrito para no violentar el derecho que tiene la parte promovente en solicitar una reconsideración. Vélez Colón erró en interpretar que la parte promovente fue Hernández Denton y no los querellantes. Además, la resolución también destacó que sería anómalo que el propio Juez Presidente en ese entonces fuera a solicitar una reconsideración a una subalterna luego de ser notificado. Por ello, se determinó que nunca se informó apropiadamente sobre el archivo de la queja y se determinó que el proceso disciplinario contra el Juez no ha culminado.
'La interpretación de la Directora de Administración de los Tribunales convirtió en un teatro de lo absurdo el procedimiento disciplinario contra los miembros de la Judicatura', achacó la resolución. 'Optó por hacer una interpretación reglamentaria que terminó promoviendo la imagen que tanto hemos luchado por evitar', remata el documento.
La decisión del Supremo recalcó que, 'Si se acepta que el entonces Juez Presidente Hernández Denton era el único que tenía derecho a ser notificado en cuanto al archivo de la queja contra el Juez Candelaria Rosa se convalidaría el lamentable escenario de que los jueces que activamente promovieron al investigación disciplinaria quedarían a oscuras y nunca se enterarían del resultado de la acción que ellos mismos activaron'.
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