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Clientes de Ashley Furniture reclaman sus derechos

Luego de que el pasado miercoles, el Departamento de Asuntos del Consumidor (DACO) radicara una demanda contra Ashley Furniture Homestore por supuesto incumplimiento de contrato, decenas de consumidores puertorriqueños se lanzaron a reclamar sus derechos.

A las 10 de la mañana del sábado, ya un grupo de personas se encontraban apostadas a la entrada de la sucursal de la mueblería en Hato Rey, ubicada en la calle Calaf a pasos de Plaza Las Américas. En la puerta de cristal leía un cartel: 'Cierre temporero por inventario y mercancía pendiente de entrega. Se atenderán los clientes ordenadamente para servirles individualmente y ofrecerles las alternativas disponibles'

Los consumidores afectados esperaban que abrieran las puertas para resolver una retahíla de situaciones: incumplimiento con la entrega de mercancía ya paga, el pobre seguimiento en los servicios, los muebles dañados no respuetos, y la preocupación por las múltiples querellas, la demanda al local y el posible cese de operaciones.

Una empleada de la tienda, que prefirió no identificarse, explicó que durante todo el día estarían negociando con los clientes afectados, brindándoles la posibilidad de adquirir mercancía de piso idéntica a la que compraron, aunque usada. De carecer del mueble en el suelo de la tienda, se les otorgaría un crédito para adquirir otras piezas, con un 25% de descuento en las mismas, para compensar por el monto total gastado.

El posible cese de funciones de la mueblería en Puerto Rico, luego de que cerrara en febrero sus sucursales en Caguas y Bayamón, dejaba a algunos clientes en el limbo. 'Yo compré a crédito. En estos días vienen con que van a cerrar, entonces me voy a quedar en el aire, porque todavía los muebles no me los han entregado', se quejó Ivette Mateo, residente de Bayamón.

Luego, Mateo saldría satisfecha, debido a que cancelaron su orden y el pago ya invertido del primer mes, se lo devolverían. Sin embargo, la política de la tienda establece que el dinero no se puede reembolsar, comentó la empleada a NotiCel.

No obstante, de prevalecer la demanda que radicó DACO el pasado jueves, en el Tribunal de Primera Instancia, con todas sus disposiciones, se le exigiría a la mueblería que devuelva a los consumidores que no recibieron sus muebles, la totalidad del dinero con los intereses correspondientes, así como el coste de honorarios de los abogados a los que los ciudadanos tuvieron que contratar para reclamar sus derechos y una compensación de $500 mil para sufragar daños y tiempo de espera.

Daniris Díaz, residente de Trujillo Alto, compró en efectivo un juego de cuarto el pasado 11 de abril, bajo la promesa de que en dos semanas recibiría su mercancía. Llegó la fecha estipulada y nadie la llamó. Cuando empezó a darle seguimiento a su compra, contó que siempre emergía una excusa diferente, que el barco no había llegado, que había problemas con los impuestos en los puertos, entre otras justificaciones.

'Hace tres semanas llamé, y me dijeron que tenían parte del juego de cuarto, la cama, el espejo. Pero me enteré por las noticias de lo que pasó y enseguida llamé a DACO, que me orientaron que viniera', dijo la joven acompañada por su madre, quien llegó segunda en la mañana de hoy.

A mediados de semana, el gerente de operaciones de la tienda, Carlos Ramos, admitió que la empresa confrontaba problemas con el inventario, lo cual les dificultaba entregar la mercancía por la que los clientes habían pagado.

Por lo tanto, uno de los objetivos de DACO en el caso es que Ashley Furniture cese de vender muebles hasta que se realice una auditoría rigurosa para determinar cuántos muebles se han vendido y cobrado, pero no han sido entregados a sus respectivos dueños. Para ello, solicitó al Tribunal que nombre un administrador judicial que asuma la operación del comercico para que los fondos existentes respondan por los muebles vendidos sin entregar.

También, la posibilidad de que la sucursal en Hato Rey cerrara dejaba a muchos clientes en el limbo, que sirve como secuela al cese de operaciones las dependencias en Caguas y Bayamón, por lo que eso significaría el cese de operaciones en Puerto Rico.

Aproximadamente a las 11:00 a.m. abrió la tienda. La empleada comenzó a filtrarlos en pequeñas cantidades, mientras leía los nombres de la lista elaborada por los consumidores afectados. Entre ellos, se comentaban las dolencias. Los gastos de $2000 en la compra de una pareja, los dos años que ha pasado una persona de Mayagüez en resolver un asunto de garantías, los muebles que recibieron dañados y nunca se los repusieron.

Para muchos de ellos, fue una sorpresa de repente toparse con el local cerrado, sin luz, los teléfonos sin funcionar, y la voz de alerta dada solamente por lo que reseñaban las noticias. Fue entonces que se enteraron de las querellas presentadas a DACO por otros ciudadanos.

'Es una conducta criminal pero de comercio', denunció uno de los clientes.

Aun así, luego del proceso de negociación, algunos clientes salían satisfechos. La residente de Guaynabo, Priscilla Montejo, destacó el buen trato de los empleados. 'No es su culpa, ellos están ahí desempleados, atendiéndonos. El culpable es otro', dijo.

Sin embargo, otros no corrieron con igual suerte. Gilberto Serrano y Julissa Hidalgo, ambos residentes de Juncos, fueron los autores de una de las querellas sometidas a DACO. La pareja compró en efectivo un juego de cuarto en octubre del 2014, y cuando le entregaron la mercancía en diciembre, el gavetero estaba roto, una tablilla desprendida, y la mesa de noche, también quebrada. Pidieron que les cambiaran los artículos dañados, pero 'nunca aparecieron'.

'Me dijeron que esperara tres meses para la entrega de los muebles nuevos, y ya han pasado siete meses y nunca me los entregaron', compartió Serrano. Incluso, a la cama, que también estaba carcomida por debajo, le tuvo que insertar tornillos por los lados para poder quedarse con un mueble donde dormir.

Hidalgo explicó que luego de emitir la querella, DACO se comunicó con la pareja para que intentaran llegar a un acuerdo con el personal de la mueblería. Una hora después, la pareja saldría con el mal sabor de no poder cambiar la mercancía ni recibir sus muebles nuevos, puesto que, por ser uno de los querellantes, tendrían que esperar a la citación en el Tribunal de Primera Instancia, comentó otro de los clientes.

'Aquí debería haber alguien de DACO. No fue hasta que salió en la prensa que reaccionaron', notó la residente de Carolina, Johanny Rodríguez. La cliente, que gastó sobre mil dólares en una mercancía pagada en efectivo que todavía no le han entregado, fue otra de las querellantes.

Algunos de los clientes llegaban desde zonas distantes, como Franklin Rivera, residente de Ponce, que compró sus muebles en efectivo el pasado 20 de junio. 'Me dijeron que lo tenían en inventario, que estaba todo bien', dijo.

Contó que le confirmaron la oportunidad de adquirir un mueble de piso idéntico al que compró, aunque usado. Además le habían ofrecido llevarse también otra pieza de mueble cuyo valor superara el precio de envío que ya Rivera había pagado, debido a que no le podían reembolsar el dinero de envío.

Rivera se enteró hace dos días de los problemas que estaba enfrentando la empresa. Recordó que, desde Ponce, había acudido a Ashley Furnitre Homestore porque le pareció una tienda accesible, con un nombre conocido en Estados Unidos. 'Uno se basa en el buen nombre, y ya ves, no necesariamente es así. No cumplen con lo prometido', lamentó.

Ver también : 'DACO demanda a Ashley Furniture'

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