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Limitado el Proyecto de Educación Universitaria en las cárceles

El anexo 292 de hombres de la cárcel de Bayamón ofrece el Proyecto Piloto de Educación Universitaria, la primera iniciativa en Puerto Rico comprometida a que los confinados logren realizar estudios universitarios, sin embargo, este proyecto cuenta con varias limitaciones.

Según investigó NotiCel, no todos los confinados tienen la posibilidad de participar de dicho programa, particular que representa una de las limitaciones del programa.Al presente, hay 25 individuos que toman cursos universitarios, no obstante, el anexo tiene una capacidad de 276 personas.

La posibilidad de que los reos estudien se da por un acuerdo contractual que se hizo en el2014 entre la Universidad de Puerto Rico (UPR) y el Departamento de Corrección y Rehabilitación (DCR).

Según laexcoordinadoradel proyecto,EdnaBenítezLaborde,otras limitaciones para los interesados en participar de esta iniciativa constan de la necesidad de contar con cuartoaño (particular que la cárcel no trabaja) y el requerimiento de que el reo posea la buena conducta que establece elDCR.

No obstante, a preguntas de NotiCel sobre la cantidad de confinados quecuentancon cuartoaño,el actual coordinador de este Proyecto, que lo presidedesdeenero de este año, Ramón Rosario LunaRosario, dijo no tener la cifra exacta y agregó estar inseguro si se ofrecía educación superior en la cárcel.

Esta problemática de falta de estudios superiores se suma a laalta sentencia de los reos que les impide el proceso de traslación a otros planteles que siofrecen formación pedagógica secundaria y requerida para continuar estudios universitarios.

El Proyecto Piloto de Educación Universitaria comenzó en el 2014 y se renueva su contrato anualmente en junio.

'La expectativa es que cada año académico ingresen más estudiantes a participar del programa. La mayoría de los estudiantes, que tienen experiencias cogiendo el curso, van avanzando intelectual y positivamente, ellos dan prestigio al proyecto', expresó Rosario Luna.

Esta iniciativa comenzó en la cárcel de mujeres en Vega Alta, donde al iniciar contó con solo seis estudiantes. El proyecto se trasladó luego aBayamóndonde 'son 16 las participantes del Proyecto porque solo hay 16 pupitres para ellas', añadió Benítez Laborde.

Según explicó Rosario Luna, para que se lleve a cabo el ejercicio del derecho a la educación en las cárceles, se tienen que dar las condiciones físicas necesarias como: espacio apropiado, pupitres y bibliotecas, particularidades que al momento restringen la posibilidad de más cupo para las clases que ofrecen, según Rosario Luna.

Al momento, 15 profesores practican del proyecto. Se detalló que estoscomenzaron trabajando sin paga y luego se les empezó a dar un estipendio de $35.

'Esto es un Programa que todavía está en fase piloto. Pero, tiene apoyo de la Rectoría y se administra desde la Facultad de Estudios Generales', aseguró Rosario.

El profesor Fernando Picó con confinados de la cárcel de Bayamón. (Suministrada)
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