Encolerizada, atacada en llanto y gesticulando con sus manos, la madre de Yexeira Torres Pacheco, desaparecida desde el mes de octubre del año pasado, acusó a Roberto Quiñones de asesinarla y le reclamó que le dijera dónde está su cuerpo.

Luego de que la fiscal Alma Méndez le preguntara porqué cree que su hija no se ha comunicado con ella desde el 24 de octubre del año pasado, Iris Pacheco tomó un minuto para calmarse y contestó: 'La explicación que yo doy, su señoría, es que Roberto Quiñones desapareció a mi hija y no sé por qué no me dice dónde está...Mi hija está muerta porque si ella tendría que salir o escapar de algún sitio para venir a mi, ella lo haría'.

La mujer, descontrolada, señaló a Quiñones, que no mostraba ninguna expresión facial y le dijo al juez 'él sabe que la amo, que yo vivía por ella, que ella no se separaba de mi, y él lo resentía, no se porqué no me dice dónde está'.

Seguido, la mujer cubrió su rostro para estallar en llanto, mientras una enfermera en sala iba a tomarle la presión.

Entre otras revelaciones que hizo Pacheco, ésta comentó que días antes de su desaparición, Jessie, como le dice de cariño, le confesó que había encontrado a Quiñones, en su casa, tratando de ahorcarse.

La vista durante la mañanaLa madre Yexeira y el agente que recibió la querella por la desaparición de la joven bailarina, fueron los primeros testigos presentados por fiscalía en la vista preliminar celebrada hoy por los cargos de asesinato en primer grado y destrucción de prueba que pesan contra Rivera, ex compañero de la joven.El agente José González Santana relató que el pasado 30 de octubre de 2011, la madre de Torres Pacheco no sabía nada de ella cuando llegó a eso de las 3:00 de la tarde a la comisaría de Carolina a hacer la denuncia.'Estaba llorando, desesperada, ansiosa y solicitando ayuda', narró González Santana.Ante preguntas de la fiscal Méndez, el agente dijo que en aquel entonces la madre le informó que luego de muchos intentos se había comunicado con el Quiñones Rivera y éste le indicó que no sabía nada de su hija porque hace unos días la bailarina había terminado con él y se había marchado en un auto verde.Según el relato, el tono que utilizó Quiñones Rivera fue uno hostil y se despidió diciendo que tenía que enganchar porque salía para Chicago a las 5:00 de la tarde.El testigo dijo que procedió a visitar el aeropuerto, pero en ninguna de las líneas aéreas estaban registrados para viajar el imputado y su presunta víctima.El oficial de la Policía contó que el próximo día se dirigió a la casa que alquilaba la pareja en Villa Carolina y notó que habían varios periódicos en la entrada y polvo en la puerta, como si hace tiempo no entrara nadie.En su contrainterrogatorio, el abogado defensor, Jorge Gordon, trató de restar credibilidad al testimonio del agente, argumentando que la querella realizada carecía de detalles específicos y de evidencia concreta como fotos de los periódicos en la entrada de la casa.La segunda al estrado fue la madre de 'Jessie', como cariñosamente le llamaba doña Iris a Yexeira. La mujer, jubilada luego de trabajar 31 años como directora escolar, identificó afectada las fotos de su hija presentadas en corte.Físicamente, doña Pacheco describió a su hija como 'de buen cuerpo, elegante, preciosa' y apunto que tenía un tatuaje en el brazo de un corazón con una letra 'j' y otro en la pierna de un lobo con cacique indio.La testigo detalló que su hija conoció a Quiñones Rivera porque él le envió un 'request' en una red de internet y a partir de entonces desarrollaron una relación que consensualmente comenzó en septiembre de 2010 cuando se mudaron juntos. Doña Pacheco describió al acusado como alguien 'distante' que en medio de las reuniones familiares se quedaba dormido.Con su hija comentó que tenía una estrecha relación en la que todas las noches se llamaban para saludarse, e incluso, a pesar de que Yexeira tenía 23 años al momento de su desaparición, ella la cargaba en su falda para mimarla.Doña Pacheco explicó lo buen proveedora que era la chica, quien además de ser bailarina de reggaetón con Miguelito, tenía un negocio de ropa llamado Candela Urban Wear, que montó con el dinero que ganó de una demanda.El suspenso llegó al relato cuando Doña Pacheco expresó que le pareció extraño que el lunes 24 de octubre de 2011 cuando llamó en la mañana a su hija, ésta le respondió que acompañaba a su novio a un trabajo de tapicería pero le repitió en voz baja 'no puedo hablar ahora, no puedo hablar ahora'. La madre dijo que la llamó en la noche para preguntarle qué ocurría a lo que la joven contestó que 'tenía a Roberto al lado'.En eso, el juez César Almodóvar interrumpió el interrogatorio para decretar un receso de almuerzo. El mismo se reanudaría a la 1:30 pm.El Ministerio Público ha adelantado que cuenta con 61 testigos de los cuales 40 podrían ser sentados a testificar y el restante se dispondrían a través de declaraciones juradas.A su salida de la sala la fiscal Méndez negó que la defensa haya tratado de llegar a un acuerdo con la fiscalía, aunque dijo siempre estar receptiva a la posibilidad.