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Luto en El Prado recuerda al país el valor de los hijos

El dolor que albergaban los familiares de las seis víctimas del atropello frente al residencial El Prado, al momento de enterrar los cuerpos y despedirlos en el Cementerio Municipal de San Juan, era insostenible.

Los cuerpos de Amanda Calderón García, Rayza Esther Calderón García, Laura Meyling Montalvo Calderón, Génesis Meyling Saldaña García, Anthony Jeniel Saldaña García y Laura Esther Vivas Rodríguez finalmente fueron albergados bajo tierra entre globos y flores, con el recuerdo vivo de quiénes fueron en vida .

Durante la ceremonia de despedida, los ujieres de la corporación que administra el residencial, Mass Corporation Service, se tomaron de las manos para hacer un cerco alrededor de los féretros y asi dar un espacio para que la familia y allegados pudieran dar su útimo adiós.

Los presentes se mantuvieron en calma durante los himnos religiosos, que interpretaban fieles de la Iglesia Adventista del 7mo Día y otras denominaciones. Mediante los cánticos de fe, los religiosos buscaban reconfortar a los familiares.

Mas cuando se abrió paso para que la familia pudiera despedirse de cada uno de sus seres queridos, el ambiente en el cementerio fue uno de dolor y llanto.

'Ay, mi santa. Tú eres mi mamita bella. Te amo con mi vida', era el grito que predominaba en la escena.

'Por qué me quitaste a todo el mundo? Me dejaste vacía', sollozaba la hija de Laura Esther Vivas Rodríguez.

El Pastor Hugo Alor buscaba ser escuchado: 'Esto no termina aquí. Si el hombre muere, volverá a vivir', repetía. Pero el dolor de los presentes, no hallaba consuelo.

Según una residente de El Prado,la tragedia ha tenido un efecto transformador entre las personas de la comunidad, especialmente en las madres, que son más de 200.

'Lo mejor que podemos darle a nuestros hijos es calidad de tiempo. Antes de que vayan a la escuela, darles un abrazo, decirles que les quieres, orar con ellos', dijo Monin Rivera, una amiga de las familias de las víctimas, y residente por 40 años en El Prado.

El residencial se compone de 220 familias y 350 niños, según comunicó a la prensa la líder comunitaria, Carmen Berrios.

La Oficina Municipal para el Manejo de Emergencias atendió cerca de 10 personas por crisis nerviosa durante los actos fúnebres y sepelio.

Momentos previos a los entierros

Durante la mañana del jueves, los familiares y amigos participaron de otras celebraciones religiosas en la Iglesia Adventista del 7mo día, en honor a las seis víctimas de la tragedia, que aún está sin resolver de parte de las autoridades.

La caravana hacia el Cementerio Municipal de San Juan salió poco antes del mediodía, frente al Residencial El Prado y la escuela Gaspar Vilá Mayaris, donde estudiaban los cuatro niños.

Con el dolor de haber perdido a sus hijos, su abuela y hermana durante el atropello automovilístico, Jennifer García estalló en llanto al momento en que los féretros blancos eran ubicados en los carros fúnebres, como parte de la caravana que saldría hasta el cementerio.

La multitud, que acudió a dar su último adiós a las víctimas, vestía camisetas blancas con las imágenes de los fallecidos, y algunos llevaban globos como simbolismo a los niños.

Entre los presentes de la comunidad, habían quienes abrazaban a sus niños y expresaban 'tanto que se quieren y hay quienes (no valoran su vida)'. Otros se lamentaban de que nunca hayan construido un puente peatonal en la zona.

'Llevo 40 años viviendo en El Prado y eso siempre ha sido así', decía un vecino del residencial.

(Josian Bruno/NotiCel)
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