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Se le cae cuento a Casellas de hombre que huyó de la casa con su rifle

La teoría de Pablo Casellas Toro, acusado por el asesinato de Carmen Paredes Cintrón, sobre el hombre que supuestamente salió de su casa portando un rifle de su propiedad se desplomó este miercoles, luego de la declaración de la testigo 28 de cargo.

De acuerdo a la seróloga forense, Jenny Acevedo González, las pruebas que realizó al rifle encontrado en un gazebo justo al lado de la casa del matrimonio para detectar material genético revelaron que solo se encontró ADN de Paredes y de una persona adicional, pero la misma no pudo ser identificada por la poca información genética recopilada.

‘No tenía cromosoma Y (perteneciente a hombre). La otra persona que no podía determinar tenía que ser mujer', aclaró la experta en ADN a preguntas de la fiscal Janet Parra Mercado.

Acevedo González sostuvo, además, que la occisa al parecer no se defendió de su asesino, de acuerdo al material genético recopilado en sus uñas. 'Cuando es mecanismo de defensa (como arañar) habría material genético para tener un perfil completo específico. En este caso, no se detectó', indicó la bióloga, quien trabajó por cuatro años para el Instituto de Ciencias Forenses.

Agregó que 'la pieza de evidencia presenta el perfil genético parcial de más de una persona en la mano derecha … Concluimos que la mayor contribuyente es Carmen Paredes'.

La también bióloga manifestó que el material genético recopilado de las uñas de la víctima era suficiente para incluir o excluir al corredor de seguros. Tampoco se puede determinar a quién pertenece el ADN recopilado en el gatillo de uno de los rifles. Lo que sí se especificó en su declaración, según las pruebas forenses, es que en dos de los peines y en las municiones el mayor contribuyente era Casellas Toro.

Por otra parte y según el testimonio de la investigadora forense II, Brenda Plá, Paredes Cintrón murió la mañana del 14 de julio del 2012 en la silla de la terraza de su residencia en la Urbanización Tierra alta III, en Guaynabo,

La especialista en patrones de sangre declaró en su testimonio estipulado y leído por el juez de la sala 706 del Tribunal del Bayamón, José Ramírez Lluch, que la occisa 'recibió los impactos de bala y murió en la silla donde fue encontrada'.

Un testimonio estipulado es al que ambas partes, fiscalía y defensa, llegan a un acuerdo para no sentar al testigo, pues la prueba es acumulativa o su declaración ya ha sido confirmada por otros testigos en sala.

Otro testimonio estipulado fue del empleado de seguridad del Banco Santander, de Torrimar Shopping Center, Jan Mangual, quien afirmó que según las cámaras de seguridad de la institución bancaria, el corredor de seguros visitó la ATH a las 9:20 de la mañana.

Mientras, la declaración de Margarita Ayala Caraballo, una porteadora de periódicos en la exclusiva urbanización, estableció que vio al hijo del juez Salvador Casellas la mañana del sábado cuando se registró el trágico suceso.

Según su testimonio, Casellas Toro le mostró unos rasguños entre el muslo y la nalga que, alegadamente, recibió en el 'carjacking' que sufrió el 17 de junio de 2012, pero no quiso abundar sobre el suceso.

El juicio por asesinato en primer grado, violación a la Ley de Armas y destrucción de prueba continúa el jueves a las 9 de la mañana cuando testificará el balístico Carlos Del Valle y la patóloga forense, Rosa Rodríguez.

Pablo Casellas, acusado de asesinar a su esposa, en el Tribunal de Bayamón. (Juan Costa para NotiCel)
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