Log In


Reset Password
SAN JUAN WEATHER
English

La labor periodística en entredicho

Columna de opinión

Julian Assange, cofundador de Wikileaks, fue arrestado esta semana estando dentro de la embajada de Ecuador en Londres tras pasar casi siete años en calidad de asilado en dicha embajada. Aunque originalmente su encausamiento se relacionaba con un supuesto delito de indole sexual en Suecia, las denuncias fueron eventualmente retiradas por el gobierno sueco.

Pero Assange ya se había refugiado en la embajada de Ecuador, país que a traves de su expresidente Rafael Correa le había concedido la ciudadanía ecuatoriana. El presidente incumbente en Ecuador, Lenín Moreno, a quien Wikileaks lo habia relacionado con un esquema de corrupción, le despojó de su ciudadanía y permitió que la policía británica entrase a su embajada para ejecutar el arresto.

Assange temía ser extraditado a Estados Unidos (EE.UU) ya que dicho país consideraba que Assange había conspirado con la oficial del ejercito Chelsea Manning para publicar documentos oficiales relacionados con la invasión de EE.UU. a Irak, la Guerra en Afganistán y el manual de la armada de cómo tratar a los presos en Guantánamo, los cuales le hacían daño al gobierno norteamericano. Aunque Channing fue convicto en EE.UU., el presidente Barack Obama posteriormente conmutó su sentencia y salió en libertad.

Las razones para encausar a Assange se basan en que los documentos publicados afectan la seguridad nacional de EE.UU. y son punibles criminalmente. Todas estas acusaciones en contra de Assange contradicen lo acontecido con documentos similares publicados por el New York Times y el Washington Post sobre la guerra de Vietnam que afectaban el proceso de la guerra en contra de los intereses de EE.UU., ya que admitían todas las violaciones cometidas y que la guerra no se podia ganar. Pero el propio sistema de justicia norteamericano declaró mediante sentencia, el famoso caso de Pentagon Papers, que la publicación de los documentos estaban protegidos constitucionalmente basado en el principio de libertad de expresión. En Puerto Rico se reconoció por los tribunales cuando acontecieron los hechos del Cerro Maravilla, dónde dos jóvenes independentistas fueron emboscados por fuerzas de la policía, y se ordenó que se publicara todo lo relacionado con la investigación efectuada por la propia policía y por la fiscalía.

Este mismo principio aplica a la situación de Assange, pero el gobierno norteamericano se ha tornado reaccionario bajo el presidente Donald Trump y buscará enjuiciar y encarcelar a Assange y sus ayudantes. De paso, Trump reconoció el trabajo de Wikileaks cuando se publicaron inicialmente, pero teme que los documentos publicados lo relacionen con la trama de influenciar con el gobierno ruso las elecciones cuando salió electo y ahora ha negado la existecia de Wikileaks.

Ya se comenzó la persecusión citando a Manning para que testificara en torno a lo acontecido pero esta se negó y ha sido encarcelada sumariamente. Todo el mecanismo va encaminado para que Gran Bretaña envíe a Assange a EE.UU. para ser procesado y eventualmente convicto. Todo por publicar información protegida por los mismos estatutos de EE.UU. Esperemos que se le haga justicia a Assange liberándolo de los cargos falsos que se le imputan.

*El autor es abogado que ha trabajado el tema de acceso a la información, incluyendo la representación de la parte prevaleciente en el caso del Tribunal Supremo que estableció el derecho constitucional de acceso a la información.

Arresto de Julian Assange en la embajada de Ecuador en Londres, 11 de abril de 2019. (Twitter)

Foto: