Análisis: La Macacoa del ex dirigente de los Knicks
El puesto de un dirigente en la NBA tiene sus serias altas y bajas. Por un lado trabajas haciendo lo que más amas y cobrando millones por ello, por otro lado existen solo treinta puestos y cientos de miles de personas compitiendo por ellos. Por si fuera poco, la probabilidad de ser despedido en los primeros cinco años es de más de un 60%.
En las últimas décadas, solo dirigentes de la altura de Phil Jackson, Greg Popovich y Pat Riley han logrado una verdadera estabilidad en un mercado tan volátil como éste. El recién 'renunciado' coach de los New York Knicks tuvo esa estabilidad en sus manos hace unos años y la dejó escapar.
En el 2008 Mike D'Antoni estaba al mando de los Phoenix Suns, un equipo que contaba con una escuadra lo suficientemente poderosa para, al menos, competir por el campeonato de los próximos años.
Un genio en el lado ofensivo de la cancha, D'Antoni sobresalió por su famosa ofensiva de ataque de 'sevensecondsorless' que consistía en atacar el canasto antes que el reloj de los 24 llegara a los 17 segundos, y hasta fue documentado en un libro del mismo título por uno de los mejores escritores deportivos, Jack Mccallum.
Con el espectacular Steve Nash al comando de la nave, los Suns llegaron dos veces a finales de conferencia donde una combinación de lesiones y mala suerte los detuvo de dar ese último brinco. La fama del dirigente llegó a tal nivel que fue nombrado como asistente de Mike Krzyzewski en la selección de Estados Unidos que logró el oro en las olimpiadas de Beijing.
Fue en ese mismo verano donde una decisión lo llevó poco a poco a una caída de la que hoy no se puede levantar. A pesar de tener el apoyo total de la franquicia y poder decisional sobre el personal, D'Antoni presentó su renuncia tras negarse tercamente a la sugerencia de su gerente general, Steve Kerr de contratar a un asistente especialista en el lado defensivo de la cancha, la gran debilidad de los Suns por muchos años.
El dirigente recomendado por Kerr lo era Tom Thibodeau que luego de ser rechazado por D'Antoni firmó como asistente de Doc Rivers en Boston convirtiendo a los Celtics en el mejor equipo defensivo de la liga y celebrando un campeonato junto a estos. D'Antoni podía darse el lujo de ver como las ofertas le caían una tras otra por el éxito conseguido en Phoenix. Las dos opciones más tentadoras, siendo los Bulls de Chicago y los Knicks de New York. Ambos fuera de los playoff y encaminados a un asiento en la lotería de los jugadores novatos pero ambas franquicias con gran tradición y grandes mercados.
Tras decidirse por el equipo de la Gran Manzana, el destino le hizo una jugada dolorosa al otorgarle a Chicago el primer turno en el draft y la oportunidad de elegir a Derrick Rose, el actual jugador más valioso y uno de los diez mejores jugadores de la liga.
Mike pasó los próximos años en plena mediocridad mientras se cuadraban las finanzas de la franquicia en New York para ir detrás de los peces gordos y el premio mayor que era el controversial LeBron James. Luego de que el 'King' decidiera firmar con Miami, New York se enfocó en Amare Stoudemire y en desarrollar un nuevo núcleo.
A mitad de la pasada campaña, un mega cambio trajo consigo al estelar jugador de descendencia boricua, Carmelo Anthony. Múltiples fuentes confirmaron que D'Antoni estuvo rotundamente en contra del cambio pero su poder ante las decisiones de la franquicia las dejó en el desierto de Phoenix.
A un año del gigantesco cambio, NY se encuentra en la mejor posición, en cuanto a talento se refiere, desde que Patrick Ewing empapaba su camisa con sudor, gracias a la presencia de dos estrellas en Melo y Amare mas la llegada del centro Tyson Chandler y la estrella fugaz en Jeremy Lin. Pero D'Antoni lo va a tener que apreciar desde su casa tras presentar su renuncia recientemente, luego de múltiples reportes de su posible despido en las próximas semanas.
Para colmo de males el destino continúa echándole sal a su herida ya que hoy día Tom Thibodeau, quien iba a ser su súbdito en Phoenix, es el actual dirigente de los Chicago Bulls, equipo al cual D'Antoni le dió la espalda, donde ganó el premio a dirigente del año en la pasada campaña y, junto a Rose se han sembrado en la cima de la conferencia del este. Aquí parecen retumbar las palabras del borracho en la canción Pedro Navaja: 'La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida'.