Dependencia de fondos federales afecta crecimiento (documento)
Un análisis sobre las finanzas públicas de Puerto Rico publicado en marzo por Breckinridge Capital Advisors pinta a Puerto Rico como una especie de 'patito feo' en el mundo de las finanzas estatales por lo mal que estamos y lo mucho que cojemos prestado, y adjudica que la dependencia que tenemos de las transferencias de fondos federales es un obstáculo para el crecimiento económico.
El análisis fue publicado en parte hoy por el diario El Nuevo Día (END), pero el documento original toca más temas y es más amplio que lo indicado en la reseña.
Las muchas formas en que el gobierno federal mantiene a la isla fue uno de los focos del documento.
'[E]l gobierno federal subsidia la deuda de Puerto Rico a través de la triple exención contributiva que tienen los bonos de la isla, las dádivas contributivas corporativas que le tiene a las manufactureras, y los pagos directos que hace a los residentes de Puerto Rico', establecieron.
'Estas inversiones y subsidios han aumentado los estándares básicos de vida. Sin embargo, el ingreso promedio de una familia sigue en los $15,000, y sólo el 35% de los puertorriqueños tienen un empleo. También, la dependencia en esos pagos directos e incentivos contributivos han limitado las posibilidades de crecimiento a largo plazo', concluyeron.
Parte del análisis que se hace es que se felicita a la Administración Fortuño por las medidas fiscales que han tomado, pero también la fustigan porque, igual que otras administraciones, manejan los datos de las finanzas públicas con demasiada secretividad y son notablemente exagerados al dar información económica.
'Puerto Rico consistentemente adopta pronósticos económicos y financieros agresivos. El Banco Gubernamental de Fomento (BGF) ha incumplido pronósticos de crecimiento económico por tres años consecutivos. Los políticos siguen hablando de progreso, con datos económicos y financieros relativamente débiles', indican los asesores.
Sobre el propio BGF se advierte que está bajo mucho 'estrés' financiero, y que se ha politizado al meterse a supervisar directamente la operación de agencias de gobierno, como la Autoridad de Energía Eléctrica, el Departamento de Educación, y la Universidad de Puerto Rico.
Contrario a una historia que el propio END publicó recientemente, con la opinión de algunos economistas de que el 2015 podría ser el año de la quiebra financiera del gobierno, Breckinridge concluye que no es probable que la situación llegue a una quiebra. Esto sería por dos razones, la primera por las reformas de la actual administración, y la segunda porque no piensan que vaya a ocurrir un evento detonante, tal como que baje la clasificación de crédito, que Estados Unidos elimine la exención de los bonos de la isla, o que los que tiene los bonos comiencen a redimirlos en masa.
Los analistas no creen que otros dos temas discutidos regularmente sean un factor: la reducción en los fondos federales, y la pérdida de empleos de manufactura. En el primero, no creen que los cortes se den a un nivel que afecten mucho la isla, y en el segundo creen que ya ese efecto pasó.
En la eventualidad de que la isla no pueda pagar sus compromisos financieros, los analistas creen que dos cosas podrían pasar: que se desarrolle una discusión a nivel de todo Estados Unidos sobre el status político de Puerto Rico, y que el Congreso coloque a la isla en un tipo de sindicatura, ya que el Tribunal de Quiebras no es una opción.
También, afectaría las posibilidades de tomar prestado de los estados porque provocaría una nube negra sobre todo el mercado de deuda municipal.
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