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Economía

Graduaciones y 'senior proms' rompen el bolsillo

La toga, el traje, los zapatos, la etiqueta, el 'beauty', la estadía en el hotel, el 'senior trip', el regalo de graduación? En época de graduaciones los padres suelen hacer 'de tripas corazones' para poder pagar los gastos que estos eventos representan en la vida de sus hijos.

Muchos dirán que no hay gastos obligados, pero la realidad que la mayoría de los padres buscan, dentro de lo posible, complacer a sus retoños ya casi adultos con los gustazos que en colectivo las clases graduadas deciden darse antes de continuar otros rumbos.

Ya es una práctica el establecimiento de una cuota de graduación por cada uno de los graduandos que puede variar de escuela en escuela desde los $100 hasta cifras mucho mayores que se dividen por los años de estudio en la escuela. A eso, se le pueden sumar los recaudos de actividades especiales de 'car wash' y ventas de alimentos. En fin, la idea es tener una gran fiesta, una de las más importantes que van a tener en sus vidas, para celebrar 12 grados de estudios.

Una dificultad queda sobre la mesa: qué pasa con aquellos que no pueden pagar?

Según el trabajador social y profesor universitario Pedro Rodríguez Amaro, los gastos en los que incurren los padres de los estudiantes en las épocas de graduaciones pueden superar los miles de dólares porque en ese contexto hay considerar que no solo se costean los elementos necesarios para la realización del evento, principalmente la graduación y el 'senior prom', sino que la ocasión merece mejores galas para el graduando y para su familiares. Se suman las cenas fuera de casa que hacen las familias en esos días especiales y toda la preparación de la imagen que el graduado lucirá en el esperado 'senior prom'.

'El joven quiere compartr esa última experiencia con sus compañeros de clase. Es un evento que ciertamente marca un final en un capítulo importante de la vida de uno y todos queremos lucir bien, además de tener la fiesta más espectacular', comenta Rodríguez Amaro, quien ha tenido experiencias de trabajo en el escenario escolar.

'Una persona que de plano económicamente no está bien y no ha podido bregar con estos gastos, probablemente no ha tenido dinero para otras cosas durante el año escolar. Si me he limitado de comprarme cosas, de ir a algún 'party' y para colmo no tengo dinero para estar como quiero en esa última fiesta de la que todo el mundo está hablando y todos se están preparando, mi autoestima se va lacerando y es como una revictimización', comenta.

El asunto, señala, es que las directivas de muchas clases graduandas establecen las condiciones de sus celebraciones basándose en lo que sus miembros, como individuos quieren y pueden pagar. Por ejemplo, 'senior proms' en hoteles de la capital, lejanos a los pueblos donde residen y estudian los jóvenes, la contratación de las orquestas y grupos musicales más pega'os del momento, la decoración más ostentosa… Para eso, dice el especialista, no se debe partir de la premisa 'el que no pueda pagar no va. No puede ser tan simplista'.

'Un grupo lo componen muchas personas y hay que estar conscientes y ser sensibles a las necesidades de los otros sin ser paternalistas ni hacerlos sentir mal', añade.

La vision que padres deben velar en la organización del evento es el sentido del compartir.

'Yo trataría de enfocar la actividad en que se trata de una celebración de los logros obtenidos, más allá de ser una actividad para presumir que puedo modelar equis o ye vestido, que un compartir no necesita ser una cosa ostentosa, que la fiesta la hacemos nosotros y no el lugar ni la orquesta que toque y que el valor del compartir va más allá, sin importar tu condición social'.