La Fed y Puerto Rico: Consejos sobrios y silencios elocuentes
A veces ocurre que eventos importantes pasan casi desapercibidos, y creo que ese ha sido el caso con el informe del Banco de la Reserva Federal de Nueva York (BRFNY) sobre la economía de Puerto Rico, el cual se presentó hace unas semanas en la Isla.
Pasó casi desapercibido no sólo porque se presentó ante una asamblea donde los interesados del sector privado brillaban por su ausencia, sino porque no se ha debatido en la prensa ni en los medios profesionales, empresariales y académicos. Y el informe es importante; a mi juicio no tanto por lo que dice, sino más bien por lo que no dice, y por el contexto en el que se produce ese silencio selectivo y 'politically correct'.
Me parece, en primer lugar, que este informe es importante porque representa una especie de institucionalización del análisis de la economía puertorriqueña en la esfera federal. Por supuesto, ha habido muchos informes y estudios de entidades federales sobre nuestra economía, pero siempre como resultado de una encomienda especial, o enfocados en alguna propuesta específica. En este caso, el banco que encabeza el distrito del cual formamos parte en el sistema monetario estadounidense continúa con este estudio una iniciativa de investigación que comenzó tímidamente hace unos años, cuando en Manhattan se percataron de la debacle que se estaba escenificando en un rincón hasta entonces casi desconocido de su jurisdicción. Se percibe en esta iniciativa un interés oficial por darle seguimiento continuo a nuestra economía, partiendo de un estado de situación que acaban de plasmar en el informe que nos ocupa. Y aunque esa no sea la intención del BRFNY, esta iniciativa puede abrir un canal de diálogo permanente con las autoridades de Estados Unidos sobre el presente, y, sobre todo, el futuro, de la economía de Puerto Rico.
Debe indicarse, también, que se trata de un estudio bien hecho, basado en un análisis serio y de adecuada profundidad, y con recomendaciones bien pensadas. No fue un estudio para salir del paso. Pero, como ya se ha dicho, es también un estudio de silencios elocuentes.
Para el resto del análisis del economista Juan Lara y la reacción del secretario de Estado, Kenneth McClintock, vea Sincomillas.com.
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