En Puerto Rico el trabajo, el poco que hay, está finito
Mía Dávila tiene una maestría en Mercadeo y siete años de experiencia en su área, pero a sus 32 años no ha podido obtener un trabajo que le pague más de $8.90 por hora y que le ofrezca beneficios de seguro social y plan medico. Trabaja 'por servicios profesionales', con un contrato de seis meses que cada vez que expira, su patrono opta por renovárselo por seis meses más bajo las mismas condiciones. Nunca ha podido solicitar una plaza permanente para la posición que ha estado ocupando por los pasados cinco años.
Dávila es una de tantas puertorriqueñas preparadas que sufren la tendencia cada vez más aguda hacia la precariedad del trabajo.
'A esta edad, yo pensaba que iba a estar establecida, como amerita mi experiencia y mi preparación, que iba a tener un lugar fijo que fuera mío y la posibilidad de viajar durante mis vacaciones, pero si tomo vacaciones, no me las pagan', cuenta.
'No me da tristeza ni pena conmigo misma, me da coraje, pero sé que no es mi culpa, son las circunstancias en que vivimos'.
Tendencia hacia la precarización
Hace apenas un par de décadas era posible conseguir ese empleo seguro que servía de carta de presentación a la hora de comprar una casa u otra propiedad. Pero ese tiempo acabó. Las plazas permanentes han quedado en peligro de extinción y el poco trabajo que hay se ofrece en contratos temporales de labor a tiempo parcial, con menos o ningún beneficio y con el requerimiento de que sea el empleado el que ponga los recursos para realizar las tareas.
El alto nivel de desempleo, que en Puerto Rico ronda el 15%, permanece como una amenaza silenciosa. Quien no acepte las condiciones actuales, sabe que hay una fila de personas esperando por su posición.
'La precariedad ha sido una tendencia en aumento desde la década de 1980', explica Tania García, catedrática del Departamento de Psicología de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras. Habla de los despidos masivos que ocurrieron en Estados Unidos desde entonces, sobre todo en compañías de gran empuje económico como IBM, AT<><><><><><><><><><><><><><><><><><><><><><><><><>&T y, más recientemente General Motors. Es el mismo fenómeno que se experimenta en Puerto Rico de forma más evidente desde 1990 con el cierre de importantes farmacéuticas que eran el motor económico de muchos de los municipios que ahora se encuentran en gran depresión./p
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La situación se agravó en la isla con la ola de despidos en el gobierno en el 2009, cuando ya 166,000 empleados de la empresa privada habían quedado sin empleo./p
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El Partido Nuevo Progresista (PNP) se adjudica en su campaña por la reelección la creación de 18,000 nuevos empleos en los últimos seis meses, pero de acuerdo con estadísticas del Departamento del Trabajo, desde 2006 se han perdido 189,000. El Movimiento Socialista de Trabajadores ha expresado que aún estos nuevos empleos, en su mayoría, son casi todos en el sector de la construcción, no son permanentes y están muy mal pagados. 'El que cientos de miles de familias en Puerto Rico estén sin un trabajo fijo sin posibilidades de conseguir uno es la principal razón detrás del descontento social, la criminalidad y otros problemas sociales como la drogadicción y el alcoholismo', manifiesta el portavoz Hugo Delgado Martí./p
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El panorama en la isla está estrechamente ligado con una crisis estructural internacional. 'Es la crisis estructural del capitalismo, cuando en muchos países las compañías bajaron sus tasas de ganancias y bajó lo que los gobiernos obtenían de ellas a través de las contribuciones que pagaban'. Surge así una nueva forma de gobernar conocida por los científicos sociales como neoliberalismo. Los gobiernos renunciaron a la responsabilidad social que tenían con los constituyentes y comenzaron a reinvertir los ingresos para privatizar los servicios públicos./p
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'En el caso de Puerto Rico hay que mirar no solo el contexto global sino que el modelo de desarrollo que tenemos caducó, que es el llamado modelo de desarrollo Manos a la Obra que se implantó para traer capital exterior como las farmacéuticas, petroquímicas y otro tipo de industrias para supuestamente darle empleo a la gente', indica García. No ocurrió así. La mayoría de los habitantes de Puerto Rico trabajan en pequeñas o medianas empresas. Hay otro grupo que se mantiene en el gobierno y solo unos 70,000 trabajadores laboran en grandes empresas./p
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La segunda causa de la precarización del trabajo que menciona García es la innovación tecnológica acelerada que el mundo ha experimentado desde la década del 70. Es el cambio de la era de la máquina a la era electrónica. 'La cantidad de empleados que necesitas ahora para producir es mucho menor. A nivel de la producción a gran escala, tienes equipos electrónicos que hacen el trabajo para el que antes necesitabas a cientos de personas. Esto ha abonado a la disminución de la necesidad de contratar más gente'./p
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strongY si repartimos el trabajo que hay entre todos los que somos?/strong/p
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Históricamente, las crisis del capitalismo se han superado con la creación de empleos, pero, precisamente la innovación tecnológica ha frustrado la regeneración esta vez. Estudiosos del tema han estudiado la alternativa de reformar el sistema económico de forma que garantice la subsistencia de todos los miembros de la sociedad./p
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'Aprendimos que era central trabajar para poder vivir. Debemos revisitar esa premisa de que tenemos que trabajar una jornada completa, y a veces más, que hay que matarse para subsistir', establece la también decana auxiliar en el Decanato de Estudios Graduados e Investigación de la UPRRP./p
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'Yo creo que es necesario crear nuevas políticas sociales que vayan más allá de la necesidad de obtener un empleo para vivir. De lo que hablan muchos autores es de la reducción de la jornada laboral para redistribuir el trabajo entre los desempleados, los que tienen trabajo y los trabajadores precarios'. Es tomar todo el trabajo que queda por hacer en los distintos sectores y repartirlo entre la población productiva. El resultado sería menos cantidad de trabajo para las personas, pero esa estrategia debe estar acompañada de un ingreso social garantizado que le permita a los ciudadanos cubrir sus necesidades y mantener un nivel de vida aceptable. 'No tendríamos que vivir para trabajar, no tendríamos que matarnos, como hemos aprendido a hacer. Tendríamos entonces mayor tiempo de ocio para actividades recreativas, culturales, que ahora mismo los que trabajamos no podemos disfrutar'./p
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García reconoce que es una propuesta utópica. Sobre todo porque los avances en tecnología muy poco han beneficiado en mejoras de condiciones de trabajo a los obreros y mucho a los dueños de los medios de producción que ya no necesitan contratar a tantos empleados. Pero a es tan utópica como lo fue en su momento la reducción de la jornada laboral a 40 horas semanales./p
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'Estas posibilidades tendríamos que gestarlas la gente', apunta la profesora. 'Creo que debemos luchar por tener las mejores condiciones de trabajo, pero también por las mejores condiciones de vida. La vida es mucho más rica que salir todos los días a un trabajo. Nos enfocamos en el trabajo y nos olvidamos de la vida'./p